Cádiz CF

Y el Cádiz CF de Pellegrino hizo 'click'

La trabajada victoria ante el Atlético arma de esperanzas al once amarillo

Los cadistas vuelven a sonreír tras 190 días sin ganar en una temporada que ha abierto un nuevo capítulo desde el pasado sábado

El entrenador argentino pudo saborear su primer triunfo como entrenador del Cádiz el pasado sábado en el estadio Carranza ccf

Alfonso Carbonell

Se lo venía mereciendo, sobre todo, después de los dos últimos encuentros que acabaron con empate a pesar de haber hechos merecimientos más que suficientes para haberle sacado los tres puntos tanto al Celta de Vigo en Carranza como al Rayo en Vallecas la semana pasada. Pero no, los dos puntos significaron muy poco en la clasificación, pero el cadismo quiso agarrarse a las sensaciones. Y efectivamente, esas no eran del todo malas. Al menos, eran mejores que las que se estaban despertando desde la llegada de un Mauricio Pellegrino que en sus primeras cuatro comparecencias no consiguió hacer avanzar a un grupo que permanecía igual de encallado que con su antecesor Sergio González en el banquillo.

Las ganas volvieron, eso sí. Y gracias a ellas se empató en el primer encuentro en casa ante un Athletic cansado por su partido de Copa ante el Barcelona. Una semana después, los de Pellegrino volvieron a evidenciar leve mejoría en otro empate sin goles, este en el estadio de La Cerámica ante un pobre Villarreal de Marcelino.

Esos dos empates le valieron al entrenador cadista para ganarse la confianza de no pocos aficionados que poco más tarde volvieron a caer en las redes de la decepción tras comprobar como esas tablas ante dos equipos 'europeos' parecían ser producto de la imaginación después de ver como el Betis de Pellegrini, sin hacer tampoco nada del otro mundo, se llevaba fácilmente los tres puntos de Carranza con un 0-2 incostestable que hacía sonar el sonido de viento en el estadio de La Laguna. Y si malas fueron esas sensaciones, las peores llegaron una jornada después en El Sadar de Pamplona, donde el Cádiz CF volvía a defraudar perdiendo merecidamente y sin tirar a puerta ante un Osasuna, al que le valió el doblete de Budimir para sentenciar al Cádiz CF.

Los malos resultados del Celta hicieron posible que los de Pellegrino llegasen con algo de vida a esa final en Carranza que comenzó de la peor manera posible y acabó con un empate 'in extremis' gracias al golazo de Machis con el que el venezolano le ahorraba a su presidente una gran bronca del respetable, que se iba de su estadio con una sonrisa en la boca aunque con el realismo por bandera dado que el empate no se podía dar por bueno antes de un encuentro que se puso 0-2 y acabó 2-2. Eso sí, los primeros brotes verdes comenzaron a verse gracias a la voluntad de sus jugadores y a la decisión técnica de relegar al banquillo a Fali (lesionado), Alejo y Chris Ramos en beneficio de Jorge Meré, Sobrino y Maxi Gómez.

La razón de ese encuentro tuvo continuidad una semana después y en la que Pellegrino terminaba de arriesgar sentando a un desaparecido Escalante por Kouamé, mediocentro costamarfileño que le ha dado al equipo mayor verticalidad y desparpajo.

Una vez más, el equipo amarillo volvía a empatar un encuentro en el que fue superior en un reparto de golpes. Sin embargo, ocasiones falladas de delanteros solos ante el portero (Sergi Guardiola ante el Celta o Maxi Gómez ante el Rayo) dejaban patente que los futbolistas del equipo gaditano seguían presos de las dudas. El aspecto mental pesaba sobremanera en un conjunto que había sobrepasado más de medio año sin ganar en lo que se resumía con 25 partidos sin conocer el triunfo, 23 en Liga y dos en Copa. La merma moral era tremenda y hasta Pellegrino hizo llamar a Joseba del Carmen, coach del prestigioso golfista Jon Rahm, para limpiar las cabezas de sus muchachos. Al tiempo, casualidad o no, se ha notado que los pupilos del técnico argentino se han ido notando tal y como se comprobó en un caño de Sobrino en Vallecas o en la jugada maravillosa que da inicio al primer gol de Juanmi ante el Betis.

Y es que el encuentro ante el Atlético ha venido para poner fin a esa pésima racha de partidos sin ganar al mismo tiempo que ha hecho ese click tan deseado el equipo para activarse en las diez finales que quedan por disputarse.

El calendario que se viene da miedo, pero más miedo daba sin duda los complejos que pesaban sobre un equipo que este sábado, como diría el exentrenador cadista Sergio, se quitaba un camión de mierda de lo alto para poder comenzar a respirar y a trabajar con muchísima más tranquilidad de la que había.

El Cádiz ha vuelto a respirar en una semana en la que ha hecho bueno el empate en Vallecas. Le falta, eso sí, hacer bueno el empate ante el Celta sumando en Anoeta y venciendo de nuevo en casa ante el Granada, próxima visita. Un equipo nazarí que por cierto perdía comba casi que de manera definitiva este pasado sábado al dejarse remontar un 2-1 en Los Cármenes por, precisamente, la Real Sociedad, próximo rival del Cádiz CF el próximo viernes a partir de las nueve de la noche en tierras donostiarras.

El Cádiz venía dando señales de ir despertando a medida que su entrenador se atrevía a hacer cosas distintas y parece ir por el camino correcto. Es más, el estruendo con el que se acababa una vez que el árbitro pitaba el final ante el Atético ha hecho despertar a un cadismo que, ahora sí y con razones, comienza a gritar lleno de argumentos el clásico 'Sí se puede' que ya se cantó con éxito en los dos últimos cursos.

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