Cádiz CF
El Cádiz CF jugará por primera vez lejos del tejado
La distancia con el descenso y la última goleada cosechada en Elda le dan un respiro a un vestuario estresado desde el comienzo de Liga
Garitano y lo que falta por venir
Ya era hora. El Cádiz CF se ha instalado en la tranquilidad después de su última goleada cosechada en el campo del Eldense, al que ha dejado marcando la frontera con el descenso a seis puntos, que son siete por el tema del ¡goal average'.
Lo cierto es que hay relativa expectación por ver cómo se comporta el once de Garitano el próximo lunes (20.30 horas) en su estadio frente al Mirandés en el que puede considerarse como el primero de los partidos que el conjunto gaditano encarará sin ningún tipo de presión. Echando la vista atrás puede considerarse que ni el primer encuentro de Liga, en casa ante el Zaragoza, se dio bajo las condiciones óptimas para ningún jugador. No hay que olvidar que el verano fue polémico debido a las discrepancias de la mayoría de la masa social con la directiva y que el equipo venía de hacer una patética temporada que acabó en descenso.
Por tanto, el clima, sin ser hostil, tampoco era el mejor. Es más, basta las palabras formuladas por el entrenador de entonces, Paco López, para entender que, para muchos, lo que se respiraba en esa primera jornada celebrada en Carranza era «un ambiente de autodestrucción» tal y como reflejaron los gritos de 'Vizcaíno dimisión' en la grada y los pitos al equipo.
Para colmo, aquel debut acabó con un 0-4 que no hizo más que calentar un panorama que nunca se enfrió. La marcha del equipo fue de mal en peor hasta el punto de entrar en descenso, jornada en la que Paco López dejó de ser entrenador cadista al caer en el Martínez Valero en los últimos compases del encuentro.
El entrenador de Silla se empeñó en no moverse de unas ideas que le llevaron al despido, ese que le abrió las puertas del club a su colega Garitano, que en apenas un mes y medio ha apagado el incendio a base de simplificar las cosas tal y como haría un entrenador de todos los tiempos y gran conocedor de la Segunda División como Luis Ángel Duque, que en una formidable entrevista a Relevo dijo algo tan sencillo y elemental como lo que sigue. «Lo que si sé es que al jugador hay que explicarle las cosas muy claras, muy sencillas y muy fáciles. Si entrenas la estrategia de córner y le das 12 jugadas, es muy fácil que se le olvide. Si automatizas cuatro, probablemente te salgan el día del partido». Y eso mismo está siguiendo a pies juntillas el nuevo técnico del Cádiz CF.
Dinámica regular
Cinco encuentros han servido para reforzar la moral de un equipo que estaba hundido en la clasificación y, también, en el plano psicológico. Tres empates y dos victorias para salir del pozo y asomarse a la zona media de la clasificación han cambiado la dinámica irregular que se sufría desde la apertura del curso. Ahora, con algo más de calma y sin el agua al cuello, está por ver el comportamiento de un equipo que saltará al verde de su casa con la necesaria calma para intentar algo que hasta el momento no ha podido, soltarse.
Sobra decir que lo primero que ha trabajado y sigue trabajando Garitano ha sido la defensa; de ahí que Ontiveros y Ocampo sigan siendo los únicos recursos ofensivos independientemente del cambio de entrenador. Las coas marchan desde que ha vuelto algo de contundencia defensiva, si bien también se espera algo más en ataque.
Sin la presión del resultado, sin el agobio de caer en las llamas que suelta el descenso, Garitano y sus muchachos abren una nueva fase de esperanza en la que intentar, al menos, hacer algo más que puntuar.
Está por ver ahora que esa tranquilidad que ha vuelto al vestuario se haya instalado también en una grada capaz de empujar como solo ella sabe o de socavar cuando las cosas no van del todo bien. Es lo que tiene Carranza, que para las buenas es muy bueno, pero para las malas, ay por las malas... Por eso, porque se sobrentiende que el entorno ha dejado de pensar en objetivos que ahora mismo quedan muy lejos, se espera que a los de amarillo le dejen de temblar las piernas con el respaldo y el permiso de una afición que aguarda expectante si de verdad este equipo, más relajado, es posible que pueda dar más alegrías.