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Cádiz CF: las claves del descenso a Segunda División
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Una mala planificación deportiva, jugadores sobrevalorados y el relevo de Sergio, algunos de los aspectos fundamentales que han condenado al cuadro gaditano
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Está claro que muchas cosas que pasan en el fútbol y el deporte no son casualidad. Más aún cuando lo que se analiza es una temporada regular, de 38 partidos, en los que lo que pasa al final de la misma es totalmente justo y hasta incluso lógico. Hablar del descenso del Cádiz CF a Segunda División es hacerlo de la crónica de una muerta anunciada, como si de a García Márquez se tratara de emular. Porque el descenso del equipo amarillo era previsible desde hace muchísimo tiempo.
Lo hará casi desde aquel Getafe 1-0 Cádiz del 6 de noviembre en el que el equipo de Sergio cayó por la mínima en el Coliseum ante un rival que jugó toda una segunda mitad con diez jugadores. Lo erá desde que en Copa del Rey se pasó ronda ante un Segunda Federación en el penaltis y cuando semanas después se cayó eliminado ante otro equipo de la misma categoría en la piscina de Aranda de Duero. El descenso era previsible desde que se sumaron la friolera de 23 jornadas sin conocer la victoria. Bajar de categoría era cuestión de tiempo cuando en el pasado mercado de invierno se dicieron fichar a solo tres jugadores, de los que dos eran auténticos desconocidos. Y bajar a Segunda era casi un hecho cuando se falló ante Celta, Rayo y sobre todo el Mallorca hace menos de un mes en Carranza.
Estos son solo algunos de los muchos motivos que esconden un descenso. Toca analizar, criticar y sobre todo señalar para que no vuelva a ocurrir. Esto es deporte y para equipos como el Cádiz un descenso no debería ser una tragedia, si bien ello no debe ocultar que se han cometido errores de mucha índole este campaña, dentro y fuera del terreno de juego. Al final todo influye y está bien que el presidente, Manuel Vizcaíno, cargue con la responsabilidad, pero mejor sería que señalara lo que se ha hecho mal porque hay para elegir por desgracia. Ahí van algunas de las claves que han marcado una de las peores temporadas del Cádiz en su historia, a pesar de haber estado en Primera División.
Una planificación sobrevalorada y lesionada
Por orden cronológico, la temporada comienza con una plantilla a todas luces muy mejorada respecto a años anteriores. Jugadores contrastados como Darwin Machis y Maxi Gómez llegan a una plantilla con apuestas como la de Lucas Pires, Kouamé o Robert Navarro, entre otros.
La opinión generalizada es que el club había dado un paso adelante y eso se demostró con un comienzo de temporada muy esperanzador. El Cádiz sumaba siete de los primeros quince puntos del campeonato, ganando al Villarreal en casa aquel mágico 1 de septiembre de 2023.
Un espejismo total de lo que iba a ser la temporada pues desde aquella victoria pasaron muchos meses hasta la siguiente. En ese camino, el equipo de Sergio comenzó a caer estrepitósamente. Su identidad la fue perdiendo, el técnico comenzaba a no dar con la clave y el Cádiz mezclaba algún partido bueno con posibilidad de ganar, pero marcado por sus errores, con otros encuentros en los que claramente salía perdedor.
Asimismo, las lesiones han sido claves también para un equipo que perdió en buena medida su columba vertebral. Sin Luis Hernández, otrora fundamental, Fede San Emeterio, la lesión de Roger en su mejor momento, los problemas en pretemporada de jugadores como Escalante y Sobrino que les han marcado toda la temporada, la lesión de Kouamé en la recta final...muchos problemas físicos de un equipo que perdió totalmente su identidad en la primera vuelta.
Las estrellas estrelladas
A lo anterior habría que añadir que los jugadores llamados a ser diferenciales no lo han sido. Maxi Gómez acabará la temporada, si no lo remedia en la última jornada, sin un solo gol en su casillero anotador, algo totalmente imperdonable para que venía a ser el fichaje estrella del Cádiz.
Darwin Machis consuma su tercer descenso consecutivo (Granada, Valladolid y ahora Cádiz) con cuatro goles, segundo máximo goleador cadista. Aun así un rendimiento pobre del que venía a ser el sustituto de Bongonda. En su debe hay muchas cosas, la mayoría por tema de compromiso y actitud, pero también está en el de sus entrenadores, sobre todo un Mauricio Pellegrino que lo ha mandado totalmente al ostracismo. Un jugador diferencial, con calidad, que marcó un golazo ante el Celta y que no ha jugado casi nada, ni en los momentos de mayor necesidad. Increíble.
Y más allá de los que venían a marcar diferencias, no se pueden olvidar los que lo hicieron la pasada campaña y no han aparecido esta. Gonzalo Escalante, Roger, Guardiola, Rubén Sobrino, incluso Rubén Alcaraz por momento. El nivel de todos ellos ha estado por debajo o muy por debajo, según el caso, de lo que dieron en temporadas anteriores y eso lo ha notado el equipo gaditano.
El cese de Sergio y su relevo
Otra de las claves de la fatítica temporada cadista ha estado en el tardío cese de Sergio y en su relevo. Está claro que si algo bueno tiene Manuel Vizcaíno es su confianza en los entrenadores. Más allá de Álvaro Cervera en su momento que se convirtió por sí mismo en leyenda, la gran apuesta de Vizcaíno en toda su etapa como presidente ha sido Sergio González. El entrenador logró dos permanencias y para Vizcaíno era casi intocable, de ahí que tardara tanto en tomar la decisión de relevarlo en el banquillo, a pesar de los claros síntomas de descomposición.
En ese camino se perdieron puntos y partidos, hasta que llegó el cambio con el regreso de Mauricio Pellegrino a España. No fue la primera opción y se notó, pues seguramente no era el perfil de entrenador ideal para resucitar a un equipo muerto. Fan del orden, el conservadurismo y la tranquilidad, el argentino no ha sabido reconducir la senda del equipo, no ha aportado nada nuevo, ha quitado y puesto jugadores sin sentido alguno, no ha premiado a los que lo hacían bien. Un cúmulo de cosas para demostrar que la apuesta por Pellegrino ha sido mala a todas luces.
El mercado invernal
Sin lugar dudas hay que hablar del mes de enero. Ese momento en el que el Cádiz CF ha solucionado las tres temporadas anteriores fichando jugadores importante y arreglando lo mal hecho en verano. La diferencia esta temporada es que si bien los veranos anteriores se vio que fueron un desastre, en este parecía que no en su momento, cosa que cambió con el paso de los meses.
Y con esa percepción, la de saber que había hecho un esfuerzo importante en verano, la intención del club fue la de recuperar jugadores importantes a traerlos de fuera. Craso error. En verano no estuvieron Maxi, Escalante y compañía, no estuvieron en enero, ni tampoco han estado en mayo. Un desastre total que marcó un mercado invernal con solo tres incorporaciones: una garantía como Juanmi y dos fichajes 'random' como Samassekou y Ousou. Lo que en temporadas anteriores había sido clave, no lo ha sido en esta por apuesta pobre y desacertada por parte del club.
La dinámica sin ganar y los partidos clave
Para rematar la temporada quedan los partidos clave y la dinámica sin ganar. Comenzando por lo segundo, todo aquel equipo que esté 23 jornadas sin ganar está totalmente condenado al descenso. Meses sin conseguir un triunfo y eso es clave para cualquier equipo.
Asimismo, la campaña anterior el Cádiz se salvó por su rendimiento en casa y por ganar los partidos que debía: Valencia, Valladolid y Celta, entre otros. Esta campaña el Cádiz ha tenido muchas oportunidades en una campaña muy pobre en puntos en la que la salvación iba a estar muy por debajo de los 40 puntos. El cuadro cadista ha fallado en los momentos clave: Celta o Vallecas, el partido ante el Mallorca y para rematar el choque frente a Las Palmas.
Ha tenido más oportunidades que nunca y ni una sola ha sido capaz de sacarla adelante. Eso por no hablar de un rendimiento a domicilio patético. Una sola victoria, ahora en Sevilla, y unos cuantos empates. Así es imposible.