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El Cádiz hace aguas

El cuadro que dirige Paco López vuelve a conceder en defensa por enésima ocasión esta temporada

Paco López, durante el Cádiz - Málaga ANTONIO VÁZQUEZ

Pablo Vallejo

La afición del Cádiz tendrá que esperar, al menos, una semana más para ver la primera victoria del conjunto amarillo en la Tacita de Plata esta temporada. Y eso que las cosas contra el Málaga iban viento en popa a toda vela. La conexión Ontiveros - Brian Ocampo funcionaba a las mil maravillas y los ataques protagonizados por los de Sergio Pellicer o eran repelidos por las estiradas de David Gil o, por el contrario, eran interceptados antes de que fueran necesarias las estiradas del getafense.

De hecho, en la primera mitad el Cádiz se mostró mucho más agresivo y contundente en las disputas. El bloque de Paco López parecía haber comprendido que para ganar encuentros es totalmente obligatorio funcionar como un reloj en labores defensivas. Y, aunque no era exactamente lo que estaba ocurriendo, era de los días en los que el colectivo más se estaba aplicando en esta tarea. Hasta que llegó la segunda mitad.

«Los dos goles del Málaga han sido dos errores puntuales, no son errores defensivos. A nivel colectivo estábamos teniendo seguridad defensiva. Tenemos que evitarlos porque nos cuestan puntos. Los errores están ahí y nos han privado de sumar tres puntos«. De esta forma señalaba Paco López los problemas cometidos. Errores individuales que apuntan, en el primer tanto malaguista anotado por Dioni, a Antonio Cristian Glauder por un despeje al aire que dejaba solo al delantero del conjunto visitante.

El defensor algecireño volvía al eje de la zaga para acompañar a Víctor Chust y, aunque estaba mostrándose más seguro y decidido que en otras ocasiones, fue el encargado de dar alas al Málaga, que no dudo en aprovechar las concesiones amarillas e instalar el nerviosismo en todos los sectores cadistas. En el segundo tanto el dedo acusador parece ir hacia Fede San Emeterio, que es quien actúa de forma muy floja a la hora de ir al corte. Aunque en esta jugada se puede apreciar una pasividad defensiva tremenda, permitiendo hasta dos disparos sin demasiada oposición dentro del área a pesar de que Paco López, minutos antes, había confeccionado una línea defensiva con tres centrales dando entrada a Fali.

«Han sido cambios obligados y la intención seguía siendo matar el partido a la contra. Los cambios, excepto el de Fali, que vuelvo a insistir que todos han sido obligados, no tenían ningún carácter defensivo». Paco López justificaba así los pasos atrás dados por el Cádiz en la segunda mitad. Y lo cierto es que, aunque el técnico valenciano hable de errores individuales, el equipo volvió a transmitir en algunos tramos, sobre todo de la segunda mitad, fragilidad colectiva en términos defensivos.

La realidad es que el sábado el Cádiz se acostaba como el equipo más goleado de la categoría con 16 tantos encajados. Un problemón defensivo del que ya se podía intuir algo en verano cuando el mercado cerraba. La sensación era que en la línea de retaguardia habían quedado varios deberes por hacer y, tras dos meses de campeonato, se confirman las sospechas.

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