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Cádiz CF y afición: la distancia no se acorta

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Aunque el club recortó metros con su gente con la llegada de un entrenador de consenso como Paco López, la campaña de abonados agrava una brecha que sigue sangrando

El Cádiz CF lleva días llamando por teléfono a los socios para recordarles cuándo acaba el plazo de renovación

Contreras, Vizcaíno y Pepe Mata en la presentación de la campaña de abonados l.v.
Rubén López

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Uno de los primeros objetivos del Cádiz CF y su consejo de administración, con Manuel Vizcaíno a la cabeza, era recuperar el terreno perdido con un elemento fundamental e indispensable de cualquier club de fútbol, su masa social. Más incluso en una entidad como la gaditana que desata pasiones más allá de Cortadura y tiene una legión de fieles que en mayor o menor medida siempre han estado con su equipo y estarán, amén de la categoría en la que juegue el conjunto gaditano.

Una brecha que con la llegada del mes de julio sigue sangrando, sin que haya apósito o torniquete que frene la sangre que a borbotones sale de una herida totalmente abierta tras una temporada horrible, en la que lo deportivo no ha sido más que una gotita que ha colmado el vaso del aficionado gaditano.

Porque el Cádiz ha descendido, efectivamente, pero realmente hay mucho seguidor amarillo que está más quemado por otro tipo de decisiones que han recupercutido fuera y dentor del verde que otra cosa. Una cuestión que ha reconocido en algunas de sus entrevistas de final de temporada el presidente Manuel Vizcaíno. El dirigente sabe que hay mucha gente descontenta y cansada, a la par que él mismo no ha ocultado que se han tomado decisiones equivocadas, sin olvidar que seguirá decidiendo lo que él crea conveniente como máximo mandamás del club cadista.

Por eso y entendiendo que esa herida abierta entre club y afición no debía ir a más, el club sabía que tras el descenso y la horrible temporada en Primera tenía que tomar una serie de decisiones que fueran acertadas y hasta populares. Un rumbo que recortara distancias con el cadismo y que paliara en parte ese enfado que solo pasará a mejor vida si una vez comience la temporada las cosas comienzan a funcionar sobre el verde.

Y ahí, en esa primera toma de decisiones, Vizcaíno acertó de pleno. El nuevo entrenador, el capitán del barco y ese al que luego van a apretar y exigir como el que más. Debía ser un hombre de éxito, que conozca la categoría, que haya logrado el objetivo que el Cádiz tiene por delante de manera reciente. Y si a todo lo anterior se puede añadir que le gusta jugar bonito al fútbol, algo totalmente olvidado por estos lares, pues que más se puede pedir.

Paco López ha sido el primer mini punto del presidente en esta nueva temporada. De esa distancia con el aficionado de 100 kilómetros recortados a 80. No estuvo nada mal para empezar teniendo en cuenta el cabreo de gran parte del personal. Aguas algo apaciguadas y sensación de que si se arma un equipo competitivo las cosas pueden salir bien esta temporada en esta durísima Segunda División.

A esa buena decisión le unió semanas más tarde la llegada del que por ahora es el fichaje estrella del club, Ontiveros. Un hombre de mucha calidad, desborde, fútbol y un tipo de futbolista que gusta mucho en tierras gaditanas. Nuevo mini punto para el presidente y la distancia se sigue recortando. Sensaciones de que la herida puede cicatrizar más pronto que tarde.

Pero todo no se puede pedir en muchas ocasiones y entre la llegada de Paco López y la de Ontiveros se presentó la campaña de abonados, el quid de la cuestión y la comidilla de la que se habla en Cádiz y en la afición desde hace semanas. No hace falta leer comunicados de sectores de la afición, tampoco echar un vistazo a la redes sociales, solo hay que estar un poco en la calle o vivirlo en primera persona para comprobar que no, que el club no ha acertado con los precios de la campaña de abonados para Segunda División.

Un descontento generalizado, con salvedades. Habrá mucho cadista que pagará precios irrisorios, no hay duda, otros cuyo desembolso será asequible pero habrá otros tantos que paguen una cantidad importante con un leve descuento del 6% respecto a la temporada pasada. Y en todo esto hay que tener en cuenta varios aspectos para bien y mal de la política de precios de la entidad amarilla, en la que los precios base, altísimos para Segunda e incluso Primera, son la madre del cordero.

Para empezar no hay que olvidar que un gran grueso de aficionados del Cádiz no va a pagar esos precios base porque tendrán antiguedad y seguro descuento de los últimos años. Eso sí, pobre de aquel que se abonó hace tres o cuatro temporadas y es socio de Tribuna Baja, por ejemplo, ya que tendrá que pagar cantidades que pueden pasar de los 700 euros.

Por otra parte, el club ha vuelto a comunicar mal la campaña, cosa que recientemente reconoció elvicepresidente Rafael Contreras en una entrevista en Onda Cero. Por cierto, reconocimiento de mala comunicación que no es nueva en el club y que ya se ha dado en más de una temporada de manera reciente.

Y lo ha hecho mal porque esos precios base tan desorbitados generan una alarma tremenda si no se lee la letra pequeña. La comparación y la crítica es tan fácil que el Cádiz la ha puesto botando, como se suele decir, para criticar con dureza los precios. En este sentido, aunque el club recuerde que serán pocos los que paguen tanto, no hay que olvidar que el cadista que quiera engancharse al Cádiz en Segunda esta temporada va a tener que pagar esos precios, una cantidad anormal para cualquier equipo de la categoría de plata. ¿No sería mejor ganar nuevos abonados cuando se ha descendido a Segunda? Así es una quimera.

En resumidas cuentas, la herida entre club y aficionados sigue abierta, lejos de cerrarse. El club ha fallado en lo que quizás debía ser lo más sencillo, precios más asequibles para la gente teniendo en cuenta el descenso de categoría. Asimismo, el presidente ha dicho en más de una ocasión que los socios amarillos son unos privilegiados y que los ingresos del club no dependen del número de carnet que se renueven. Entonces, ¿qué costaba hacer una rebaja más importante más allá del 6% del año de antigüedad? ¿No era más fácil tratar de ganarse a la gente con lo más sencillo, el bolsillo?

Sea como fuere, y a falta de cifras oficiales del club, la sensación es que esta temporada el Cádiz tendrá una bajada de abonados, pero quizás no lo excesivamente significativa para el descontento que existe. La razón es que al final el futbolero gaditano es cadista y disfruta y sufre con su equipo. Se puede decir que es un regalo para muchos aficionados ver cada dos semanas a su Cádiz en su estadio. Y así será, pero tampoco se puede olvidar que el cadista no vive de la paciencia infinita y que la mochila se sigue llenado de peso.

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