Cádiz CF
Brigadas modera sus ataques al club
El histórico colectivo de fondo sur baja el tono, que no la crítica, tras un acercamiento con la directiva
Vizcaíno y Contreras, en el foco

No hace mucho se ha producido, con naturalidad e inercia, cambios en la cúpula de Brigadas Amarillas, un colectivo que ha reconducido su política después de un tiempo en el que el mensaje no parecía muy uniforme dado que, por un lado, parecía haber un cierto acercamiento directo con la directiva, mientras que por otro se criticaba la gestión de Rafael Contreras y Manuel Vizcaíno a boca llena y, en muchos casos, con insultos de por medio, algo que desde el club se lleva diciendo tiempo que serán perseguidos todo aquel que falte al respeto.
Con el paso del tiempo, la uniformidad del mensaje es inequívoca, todo esto, dentro de un colectivo donde desde sus comienzos se ha dado libertad de ideas en tanto en cuanto de siempre ha habido, dentro de Brigadas Amarillas, secciones o peñas independientes pero vinculadas a la matriz.
Ya el año pasado, coincidiendo con la pésima temporada realizada por los pupilos de Sergio y, más adelante, Pellegrino se acusó bastante desde otras partes del cadismo la frialdad con la que Brigadas Amarillas vivió una temporada desastrosa; solo fue al final cuando se agitó un poco el asunto, pero el equipo ya era un cromo que solo ganaba ante rivales que no se jugaban nada. Todas esas críticas externas parecen haber tenido respuesta en cómo ha comenzado el curso el colectivo de animación, que desde la primera jornada ha animado al equipo, pero poniendo siempre en la diana al presidente y al vicepresidente.

De hecho, no fue hasta la jornada undécima y la derrota en casa ante el Racing que el fondo sur no señaló a los jugadores. Fue ese el día en que atronaron los cánticos de 'esa camiseta no la merecéis' o el clásico de 'jugadores mercenarios'. Unas consideraciones que, como se vieron el pasado sábado durante el transcurso del encuentro frente al Oviedo, sentaron nada bien en el vestuario dado los mensajes que enviaron a la grada Iza y Fali, claramente molestos por la pitada que sufrieron tras caer ante los cántabros.
Pero, ¿qué ha pasado en las últimas semanas entre club y Brigadas Amarillas? Varias cosas. Debido a la crispación existente al comienzo de la temporada, el club presidido por Manuel Vizcaíno decidió prohibir la entrada al estadio de bombos y demás instrumentos de animación al estadio. Fue a finales del mes de agosto cuando Brigadas denuncia públicamente que «la directiva del Cádiz CF ha decidido prohibir la introducción de elementos de animación, como bombos, megafonía y banderas, en el estadio debido a las protestas llevadas a cabo durante el primer partido de la liga (ante el Zaragoza). Esta decisión ha provocado la reacción del grupo de aficionados Brigadas Amarillas, que ha anunciado su ausencia en la grada durante los primeros 15 minutos del próximo partido en modo de protesta. El grupo ha comunicado que ha informado al vestuario de esta situación, expresando su pesar por los primeros afectados, quienes se han mostrado sorprendidos por las prohibiciones. En su comunicado, Brigadas Amarillas ha instado a la directiva a recapacitar, subrayando la necesidad del empuje de toda la afición para conseguir la primera victoria de la temporada», rezaba el mensaje.
No empezaba nada bien la relación 24/25 entre el grupo ultra y la directiva. Para colmo, la marcha del equipo no ayudaba y, por consiguiente, el estadio se volvía en contra del equipo. El verano también fue tenso y, consciente Vizcaíno de que no podía seguir agitando dicho clima de crispación constante, decide bajar el tono, ser más cercano y calmar la situación en beneficio de los suyos. Así lo ha hecho con parte de la prensa y así ha entendido que debía hacerlo también con el motor de la animación de Carranza, sus brigadas.
Tres reuniones ha mantenido el presidente del Cádiz CF con representantes de Brigadas Amarillas de entonces ahora. En la primera, no hay que negarlo, la tensión fue la nota predominante. Por un lado, los seguidores de fondo sur seguían poniendo el grito en el cielo debido a la prohibición que silenciaba por completo la principal acción del grupo, animar. De aquel encuentro se sacó poco en claro.
Más se sacó en el segundo, de casi tres horas de duración y en el que se debaten los temas anteriores más otro, uno que le lleva a Manuel Vizcaíno por la calle de la amargura, la presencia de Alma Cadista en las concentraciones y manifestaciones en contra de la directiva. Desde el club cadista no se entiende que Brigadas y Alma Cadista tenga que ir de la mano en cada reivindicación y, como en tantos otros temas, el mandatario sevillano explora en la división entre ambos colectivos. La teoría del divide y vencerás una vez más. Con muy buenas palabras, Brigadas se niega a romper relaciones con la plataforma pero se atiene a las consecuencias. Era entonces la guerra de los burofaxes y demás polémicas en torno a Alma Cadista, un grupo de socios cadistas a los que el presidente ve con recelo por su posicionamiento político.
Llegó la tercera y más productiva reunión. Y tras ella se llega al acuerdo tácito de que Brigadas Amarillas se compromete a erradicar los insultos personales, especialmente sonoros en la persona del vicepresidente Rafael Contreras. Desde el club que preside Manuel Vizcaíno se respeta, se considera incluso, toda crítica a la gestión, pero ya desde la temporada pasada se lleva diciendo que se perseguirán los insultos y las faltas de respeto. Y, efectivamente, y quitando un desafortunado caso aislado durante el minuto de silencio, desde el fondo sur las consignas que se gritaron en todo momento no pasaron nunca el límite de la crítica a la directiva, a la que se le sigue pidiendo que se vaya, pero sin entrar en faltas al respeto.
La relación sigue siendo distante entre club y su principal grupo de animación, pero por el bien de la armonía siempre se agradece un acercamiento cordial para debatir todo lo que pueda beneficiar a un equipo que confía en cambiar el ambiente de Carranza con la consecución de más victorias que allanen el camino para que el estadio gaditano recupere ese poder «con el que se acojonaba a los rivales», dixit Iza.