El boomerang afilado que puede volver

Habría que saber bien hasta qué punto la motivación de un jefe por hacer algo coincide en su totalidad con el espíritu de sus empleados, que a menos que consigan en el objetivo recompensa en forma de dírhams poco o nada serán estimulados para abrazar una empresa más allá de lo que le dicte su propia profesionalidad. Por eso, al margen de lo que sientan, respalden o piensen los jugadores del Getafe por su presidente, Ángel Torres, el encuentro que tiene el Cádiz CF este domingo tiene tintes dramáticos para una afición, la cadista, que asistió con perplejidad a la contienda verbal que protagonizaron los máximos mandatarios de los dos equipos que se miden este fin de semana en el estadio Carranza.

Efectivamente, al club presidido por Manuel Vizcaíno le resta el calendario más llevadero y fácil de todos cuantos equipos se están jugando la permanencia en Primera a pesar de que es el que menos puntos tiene. Sobra decir que jugar ante contrarios que nada más que se juegan la honra es el camino más corto para hacer de los complejo lo más sencillo. Por todo ello, desde el Cádiz CF se han puesto manos a la obra para concienciar a la afición de que «todo es posible».

El caso es que el calendario ha querido que esta primera final se juegue ante un club con el que hay rencillas de épocas anteriores. Sin ir más lejos, la última vez que el Cádiz CF descendió a Segunda lo hizo en el campo del Getafe en la temporada 2005/06. Pero de eso ya han pasado casi veinte años. Eran tiempos en los que el Cádiz CF era presidido por Antonio Muñoz mientras que al frente del Getafe ya sí estaba Ángel Torres, que a petición del alcalde de la localidad sureña de Madrid compró el club en 2002 para sacarlo de una precaria situación económica. El empresario toledano no sólo lo rescató sino que en pocos años consiguió ascenderlo a Primera, meterlo en Europa y ser finalista de la Copa del Rey hasta en dos ocasiones.

El bagaje de Torres no es baladí, tampoco el de Vizcaíno, que sabe lo que es aportar su granito de arena en el mejor Sevilla de la historia y también lo que es ascender al Cádiz CF de Segunda B a Primera y reflotarlo económicamente. Son dos caracteres fuertes que como tal chocaron a mediados de la temporada pasada a cuenta del fichaje del Choco Lozano, hoy en Almería tras convertirse en mera moneda de cambio para los intereses del Getafe.

Como es sabido, el delantero catracho fue ninguneado por Vizcaíno en la segunda vuelta del campeonato una vez se conoció que no iba a renovar y que su representante ya negociaba con el Getafe, al que denunció ante LaLiga el presidente sevillano del Cádiz CF. Antes, el máximo mandatario cadista explotó en la Cope. «Equipos como el Getafe y presidentes como el del Getafe son el malísimo ejemplo del fútbol de trampa, del fútbol manipulación y un intento de atacar a un rival directo de una manera zafia», afirmó el 8 de junio de 2023. «Si fuera por mí, descendería al Getafe por el comportamiento que ha tenido», concluyó en su momento.

Las palabras de Vizcaíno obtuvieron respuesta en la presentación de las camisetas para la presente temporada en un acto presentado por el mediático Roberto González. «Yo sabía que no tenía recorrido», dijo en alusión a la denuncia cadista que ni LaLiga ni la Federación atendieron. Torres no se contuvo y contestó enérgicamente. «Menos ladrar y más trabajar, hay una norma y el Getafe trabaja siempre al lado de ella. No voy a darle explicaciones porque lo que quiere es estar en la prensa y conmigo no lo va a conseguir».

Como dos niños, ahora le tocaba responder a Vizcaíno, que en una tertulia en Canal Sur donde se hizo balance de la temporada pasada tiraba de ironía para incordiar más a su némesis. «Con 23 millones menos de plantilla hemos quedado por encima. El único ladrido que he escuchado hoy ha sido el de mi perra Ginebra», dijo tan pancho para cerrar el círculo de la discordia.

Y es que ya en julio, poco después, Torres tiró de cordura y rebajó el tono ante los medios de comunicación en la gala de LaLiga. «¿Vizcaíno? Los finales de temporada son tremendos, luego se olvida todo» , aseguró. Efectivamente, parece que la sangre no llegó al río y ya en el encuentro de ida que el Getafe ganó con uno menos ambos presidentes compartieron palco del Coliseum sin que se filtrase ninguna desconsideración o falta de respeto por parte de ninguno de los dos bandos. Eso sí, Torres no olvida y es posible que el boomerang lanzado hace un año por Vizcaíno le regrese más afilado aún y con una velocidad tal que no pueda detener. Para eso, para detenerlo, confía en sus muchachos. Ya saben, ¡los de amarillo!