Cádiz Cf
¿Por qué fue anulado el gol de Alcaraz en el Cádiz - Real Oviedo?
Desde el VAR, donde no vieron la roja a Alhassane por el pisotón a Ontiveros, no dudaron en avisar a Iosu Galech Apezteguía por una posible infracción previa al tanto del catalán

Corría el minuto 82 de partido cuando Rubén Alcaraz provocaba el delirio en el estadio del Cádiz CF. Un disparo ajustado y potente, imposible para Aarón Escandell, ampliaba la ventaja en el marcador y generaba un clima de alegría y tranquilidad al acercar la ansiada victoria. El cuadro de Paco López estaba siendo superior que el Real Oviedo y los tres puntos ya se acariciaban con el golazo del centrocampista catalán. Sin embargo, en este fútbol de VAR nada se puede dar por hecho hasta que el juego sea reanudado.
Hubo dos acciones previas al magistral lanzamiento que comprometían la validez de la diana de Alcaraz. La primera de ellas, una disputa entre Rubén Sobrino y Haissem Hassan cerca de la línea divisoria que fue revisada por el videoarbitraje. Aunque la jugada no dejaba lugar a dudas, ya que la acción del jugador del Cádiz fue totalmente limpia y reglamentaria, por lo que la infracción, en esa jugada en concreto, era inexistente. Lo que ocurre es que el ataque amarillo continua y, justo en el momento en el que Alcaraz controla el esférico para preparar el disparo, Escalante se interpone en el camino de Santiago Colombatto y el centrocampista argentino del Oviedo acaba sobre el césped.
Gorostegui Fernández-Ortega, muy atento para unas y desconectado para otras
El colegiado del encuentro, Iosu Galech Apezteguía, estaba perfectamente colocado y había vivido la acción a apenas un metro de la acción protagonizada por los argentinos. En primera instancia, a pesar de observar con nitidez la jugada, no aprecia falta y permite el disparo de Alcaraz que finalizaría dentro de los tres palos. Pero el donostiarra Aitor Gorostegui Fernández-Ortega, a los mandos del VAR y el mismo que se negó a avisar a su colega de campo en el primer tiempo tras un pisotón de Alhassane merecedor de roja directa y que bien pudo haber lesionado a Javier Ontiveros, tenía otra visión de lo sucedido.
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— Cádiz Club de Fútbol (@Cadiz_CF) October 26, 2024
Una vez invitado a acudir a la dichosa pantallita, incapaz de medir el impacto real de los contactos con la ridícula cámara lenta utilizada, Galech Apezteguía ya era influenciado antes de sacar sus propias conclusiones. «Lo vas a ver ahora mismo, el punto de contacto. Pero lo importante es la dinámica de la acción, ¿vale?», comentaba Gorostegui Fernández-Ortega. Tras varias repeticiones, el colegiado concluye que «no mira el balón, mira al jugador y saca el brazo. Por lo tanto, voy a señalar falta«.
Con la decisión tomada, anuló un tanto que, ciertamente, no debía subir al marcador por la existencia de la infracción de Escalante al impactar con el brazo en el cuello de Colombatto, pero en el que es inevitable pensar si otro árbitro de VAR hubiera apreciado la no reglamentariedad de la acción. Y es que la desigualdad de criterios y las distintas formas de arbitrar jugadas muy similares son el talón de Aquiles de una herramienta que, lejos de hacer el fútbol más justo, lo hace parcial y subjetivo.
Por suerte para los intereses del conjunto de Paco López, cuatro minutos más tarde llegaría el tanto de Chris Ramos que aseguraba la victoria. Jamás justificarán los problemas futbolísticos, pero es de justicia reconocer que el Cádiz no estaba teniendo suerte con algunas decisiones arbitrales en las últimas jornadas.