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Álex y Momo, los renacidos
El mediocentro y el central han salido del ostracismo para personarse en primera línea de batalla en los últimos y trascendentales encuentros
Momo y Álex, arriba en el centro, se han hecho fuertes en el once.
A la fuerza ahorcan. Así de obligado se ha visto Sergio en los últimos encuentros a la hora de de confeccionar un once desprovisto de muchos potenciales titulares que cayeron en las zarpas de la enfermería. A saber, en el centro de la defensa se le caía Luis Hernández (lesionado), Víctor Chust (entre lesionado y sancionado) y Meré (desfasado) y en el centro del campo Fede San Emeterio, Kouamé y Escalante. Tan mal iban las cosas en las dos demarcaciones que al entrenador cadista no le quedó otra que volver a confiar en dos jugadores que andaban perdidos en el ostracismo tras malas actuaciones.
Porque tanto Momo Mbaye como Álex Fernández parecían defenestrados. En su mayor parte, no por el entrenador y sí por unas actuaciones que dejaron bastante que desear en sus comienzos. De hecho, ninguno de los dos jugadores hubiera formado parte de la plantilla si por el técnico catalán hubiera sido. Sin embargo, Sergio ha obrado, primero por exigencias del guion, y segundo, por justicia. Y es que debido a las bajas con las que cuenta y a la irregularidad de jugadores que en teoría estaban por delante de ambos futbolistas, lo cierto es que tanto Álex como Momo Mbaye se están ganando con creces una nueva oportunidad. Y la están teniendo, entre otras cosas, porque se lo están mereciendo.
Álex lleva cuatro partidos consecutivos formando parte del once y jugándolo prácticamente casi todo. Su rendimiento en los mismos ha ido de menos a más y casi que tiene garantizado ser de la partida en los dos últimos encuentros que pondrán fin al año 2023. Ha renacido.
Lo mismo se puede decir de Momo Mbaye, al que el pasado verano se le abrió la puerta del mercado pero al que no se le pudo encontrar destino. Sobre el senegalés, tras el penalti cometido la temporada pasada en Almería, parecía sobrevolar una cruz imposible de quitársela hasta que le ha vuelto la oportunidad de desquitarse. Y a fe que lo está haciendo. Poco a poco, el central africano está cumpliendo, si no con nota, sí con austeridad, esa que le pide insistentemente un entrenador que está recompensando a ambos renacidos con la titularidad.
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