CÁDIZ-GETAFE

La afición del Cádiz sí dicta sentencia

La grada tiene claro, y así lo hace ver, quiénes son los buenos y quiénes son los malos tanto en el campo como en el palco

Primer bolo derribado (1-0)

Fotos: Las imágenes de la victoria del Cádiz ante el Getafe

Menos ambiente del habitual antes del partido del Cádiz CF ANTONIO VÁZQUEZ

J.M.V.

CÁDIZ

Dicen que cuando un artista sale al escenario sin sentir en el estómago las hormigas de los nervios, mejor que se diga que hasta aquí hemos llegado. Y la afición del Cádiz CF entró hoy al viejo Carranza sin ilusión ninguna, como alma en pena. Con lo que es la afición del Cádiz...

«No le ganamos ni al Getafe», aseguraba más de uno fuera del estadio tratando de frenar el optimismo incansable de unos pocos. Y sí, se ganó. La esperada victoria llegó en la «primera final» de cara a la salvación en palabras de Mauricio Pellegrino.

Uñas muy largas en la grada. Uñas de no haberse dado bocados en semanas. ¿Dónde están los nervios, la magia, la gracia, la chispa, la entrega sin condiciones o la ilusión? Pues se la han cargado, así de claro. Entre unos y otros, se ha dado una patada a los sentimientos más puros del cadismo.

Cabría pensar leyendo estas primeras palabras que el Cádiz ha perdido contra el Getafe. Y no, precisamente en un día en el que el frío interno se impuso al calor externo en las gradas, se sumaron tres puntos en el drama que está siendo la película de la temporada. ¿Este vivo está muy muerto o este muerto está muy vivo? Sólo el tiempo lo dirá. Queda poco tiempo para que haya respuesta. Continuará...

Ambiente desangelado, dando la sensación de que no hay grandes cosas en juego. Hasta que llegó el gol, después de una buena primera parte. Pocos lo cantaron desgañitándose, como es debido. Otros ni se levantaron de sus asientos. Tras el gol, poco a poco, de nuevo fue apareciendo la peor versión. Hasta acabar pidiendo la hora. Hay cosas que no cambian. «EL Cádiz somos nosotros», se recuerda a navegantes que se hunden.

Nombres propios

Al saltar el Cádiz al césped se veían todas las caras en el estadio. Nadie con su bufanda por delante cantando el 'Me han dicho que el amarillo'. Al acabar el partido, pese a los tres puntos que siguen dando vida, el 'Sí se puede' con menos fuerza que se recuerde. Sin signos de exclamación, saliendo sólo de una parte del graderío.

A estas alturas de la película ya se conocen todos. Y la grada, a diferencia de la tabla de clasificación, sí ha dictado sentencia. A Maxi sólo le salva que su único gol del curso sea el que dé la salvación. A Vizcaíno y a Contreras no les salva ni Saul Goodman. Al presidente lo de siempre: que se vaya, que no se le quiere. A Contreras, incluso insultos a su persona. Y no es nada personal...

Ledesma se jugó el tipo. Y eso la afición, aunque moribunda, lo sigue valorando. La entrega de Roger y Chris Ramos, aunque fallen lo que fallan, siempre obtiene recompensa desde la grada. Pocos se salvan de la quema. En el campo y en el palco. Y es que en la grada, a diferencia de lo que ocurre en la directiva, ya se piensa en lo que debe ser el Cádiz la próxima temporada. Y Pellegrino no se salva de la quema, más allá de la alargada sombra en lo sentimental que dejara Álvaro Cervera. La afición tampoco negocia.

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