Cádiz CF

El Cádiz CF busca internado

Ante la mala predisposición de Kouamé, el club intenta buscarle un destino en mercados que cierran a mediados del presente mes

Kouamé, con Momo Mbaye, que hasta su marcha era el encargado de traducir al jugador en francés. ccf

Alfonso Carbonell

Ha cambiado tanto la vida, la sociedad y los padres de hoy en día que quizás muchos muchachos desconozcan lo que es un internado, pero los que ya peinan canas habría días que aún se despierten con una pesadilla en la que aparecía dicho lugar donde iban los malos estudiantes, los inadaptados, en definitiva, los prendas de cada promoción.

Pues bien, en este vestuario del Cádiz CF hay un perfil futbolístico que se asemeja bastante a ese bala perdida que los padres más sufridores no tenían más remedio que meterlo interno para ver si así se enderezaba porque en casa no hacía otra cosa que molestar. Efectivamente, todo aquel que esté al cabo de la calle de la actualidad cadista sabrá que quien se escribe no es otro que Rominigue Kouamé, o Romi, como cariñosamente lo llamaba Sergio González, otro entrenador que sufrió las excentricidades de un jugador que nunca ha estado feliz en el club gaditano.

El jugador nacido en Cosyta de Marfil (Lopou, 1996), pero internacional con la selección de Mali sigue apartado del día a día en El Rosal y, de momento, no tiene mucha pinta de cambiar la situación. Al menos, hasta que no se le agote la última oportunidad de poder salir. El mediocentro ha tenido varias ofertas, y muy buenas para él, pero no así para el Cádiz CF, entidad que pagó hace un año 2,5 millones de euros al Troyes galo. Poco broma. Aunque la necesidad de una y otra parte es la de finiquitar la relación cuanto antes, Manuel Vizcaíno tiene muy claro que no puede regalar así por así dicha pieza. «Si no atiende a la entrega y a las peticiones del entrenador, pues a la grada, no sería el primero ni el último», decía este lunes en Canal Sur Radio el máximo dirigente de una entidad por la que «si tiene que mentir, mentirá». Así que lo que diga pues tiene el precio que tiene.

Lo que es una verdad sin contemplaciones es que Paco López tiene apartado a Kouamé, un mediocentro que se le ve algo en el campo, pero que más rompe fuera. De hecho, fue alejado del césped, aunque no tanto porque fue en el banquillo, cuando la afición ya no tuvo más remedio que ver lo que es este futbolista fuera de la cancha. Escalante llegaba al banquillo tras ser cambiado por su enésimo mal partido y cuando hacía acto de presencia junto a sus compañeros suplentes fue dando la mano uno por uno hasta llegar al africano, que desdeñó el saludo con mala cara ante la perplejidad del compañero argentino y la incredulidad de los presentes.

Tan dura está siendo a la adaptación del africano en el Cádiz CF que hasta un paisano como Momo Mbaye, ya pasado, era el encargado en traducirle en francés consignas técnicas de los entrenadores Sergio González o Mauricio Pellegrino, que vieron en él a un jugador de talento para romper defensas contrarias entre líneas pero al que nunca pudieron darle continuidad por un motivo, la implicación, u otro, la lesión que no le permitió acabar la temporada pasada.

Los feos o discusiones no son habituales en el futbolista, pero desde luego no son puntuales. De ello podría hablar Juanjo Lorenzo, el encargado de la coordinación deportiva del Cádiz CF, con quien Koaumé ha tenido no pocas y agrias conversaciones. No parece que el panorama vaya a cambiar y ante esto la directiva cadista no descansa en su intento de buscarle un destino al jugador para que no sea una manzana podrida en el vestuario. Ya saben lo que dice el refrán: muerto el perro, se acabó la rabia. Y es que en una temporada tan larga y que ha comenzado de la peor manera posible, todo lo que no sume ahí dentro, malo.

Estando así las cosas, y con el mercado europeo prácticamente cerrado, no queda otra que ampliar el horizonte y ver las competiciones donde aún se puede firmar a jugadores con contrato. Y el radar se ha detenido en Turquía y México, que cierran sus mercados el 12 y 13 de septiembre, respectivamente.

Apartado por decisión técnica, venderlo a un precio aproximado al que se compró sería lo más deseable, pero no va a ser tarea fácil en un país que no sea Francia, donde sí ha demostrado profesionalidad. Por este motivo, una cesión para abaratar su ficha sería un mal menor para las arcas del club de Vizcaíno, que fue claro. «Si llega la oferta que queremos», será vendido. En caso contrario, Paco López lo seguirá teniendo a sus órdenes con la esperanza de que el deber del trabajo le alumbre. Y para evitar malentendidos, el dirigente sevillano subrayó que «no va a salir ningún jugador en las condiciones que nos imponga nadie y el entrenador es libre de ponerlo y quitarlo».

El costamarfileño tiene contrato hasta el 30 de junio de 2026. Y entre medias, tal vez un internado no estaría de más para reformarlo porque con los libros andará mal el muchacho, pero fútbol tiene.

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