La esposa de un magnate malayo

Lousie Karen residía en un chalé de Sotogrande junto a su hijo Adam, menor de edad. Aquí pasaba desapercibida porque apenas se conoce la historia que le llevó a ser protagonista de la prensa rosa de un país asiático remoto. En agosto de 1999 contrajo matrimonio con el hijo del gobernador de Sarawak, el estado más grande de Malasia, situado en la isla de Borneo.

Su marido, un rico hombre de negocios, se vio envuelto en una demanda civil por parte de su anterior esposa quien reclamaba que el matrimonio con Lousie no era válido porque aún seguía casado con ella. La reclamación incluía millones de dólares por la pensión.

Mahmud Abu Bekir fue descrito como un hombre violento y de gustos sexuales extravagantes por su primera mujer, quien aireó en los medios los problemas conyugales.

A Lousie Karen tampoco le fueron bien las cosas con Mahmud Abu Bekir, quien cambió de esposa a los pocos años. Ella tenía la custodia del hijon que tuvieron en común y desde que está en prisión, su padre se ha hecho cargo del menor de edad.