Indoquivir es el nuevo gran reto de Brazadas Solidarias, el proyecto de la Fundación Vicente Ferrer para recaudar ingresos a través del deporte con el fin de mejorar las condiciones de vida de los habitantes de Annantapur, en la India. Cuatro días de esfuerzo extremo. Los participantes unirán el Guadalquivir sobre las ruedas de una bicicleta, en las piernas de sus corredores y bajo las aguas del río grande.

Entre los nadadores, Rafa Carmona, cordobés de nacimiento, gaditano de adopción y alma de la asociación en Andalucía. Cuando las fuerzas fallen y los brazos flaqueen, el corazón se encargará de recordar dónde está la meta: en la construcción de un centro especializado para personas con discapacidad en Dornala.

-Este miércoles comenzaba Indoquivir, que tras pasar por Jaén, córdoba y Cádiz llegará el domingo a Sevilla. Pero ¿en qué consiste realmente este proyecto?

-Indoquivir es un reto deportivo y sobre todo solidario que une cinco provincias andaluzas en torno al río Guadalquivir, desde su nacimiento hasta su desembocadura. Y lo une en tres modalidades deportivas: ciclismo, carrera y natación. El proyecto consta de cinco etapas, dos de ellas de ciclismo uniendo los 400 kms entre Cazorla y Sevilla, otra de carrera de 100 kms entre la capital hispalense y Sanlúcar de Barrameda, para finalizar en dos etapas remontando el río Guadalquivir a nado los 90 kilómetros desde su desembocadura hasta Sevilla.

-¿Cómo surge la idea?

-La idea surge de un grupo de deportistas que ya tenían experiencia en retos deportivos y solidarios, liderados por Manuel Olmo, que realiza todas las etapas del reto. A ellos se han ido sumando personas comprometidas sobre todo con la causa y el objetivo del proyecto. Se trata más de un reto solidario que deportivo, donde todos tenemos cabida, participando o colaborando. La idea de unir India con el río Guadalquivir me parece maravillosa y finalizar el reto llegando a nado a la Nao Victoria en Sevilla es una mezcla de mucha historia, hazaña, reto, lucha, homenaje, solidaridad...

-Tras meses de preparación, ¿cuáles son las grandes dificultades de esta prueba?

-Es mucha la logística que supone organizar todo el reto en cinco días seguidos. Si no fuera un trabajo en equipo sería imposible. Son muchos los detalles que tienen que estar hilados y en cadena para que todo funcione. Ya el reto deportivo es muy exigente. Se requiere de mucha fortaleza mental y entrenamiento. Quizás la parte del agua es la más compleja, el mar manda y el río es poco controlable, pero todo es una cadena con muchos eslabones para que nada falle.

-El fin de este reto es puramente altruita

-El objetivo no podía ser otro que apoyar a las personas con discapacidad. En Dornala (ciudad de la India) no existen centros especializados, y cientos de niños necesitan acceso a una educación y a una atención adecuada a sus necesidades para tener una vida más inclusiva y digna. Gracias a este reto, 70 niños con parálisis cerebral podrán tener un centro educativo. Eso es verdaderamente el fin y la motivación de este reto, y no solo de este reto, sino la suma de todos los eventos y actividades que se realicen en Andalucía durante este año

-Es delegado de la Fundación en Andalucía y Extremadura, y además participará en la prueba, ¿cómo es que se ha animado a participar en esta ocasión?

-Vicente Ferrer era un hombre de acción y creyó firmemente en la acción buena por los demás. Tuve la suerte de conocerlo en 2009. Desde ese momento cambió mi vida. Es un referente y para mí un ejemplo de que se puede cambiar y mejorar este loco mundo, cada uno cómo pueda y hasta dónde llegue, pero no podemos ser simples observadores. Hay que mojarse, lanzarse al agua y compartir, ayudar.

–¿Cuánto tiempo de entrenamiento ha necesitado para prepararse esta prueba?

–Pues con algunas que otras pausas de algunos años, pero casi que empecé a nadar desde pequeño, empecé a entrenar natación con 8 años. Muchos años cerca del mundo del agua. Primero, natación competitiva; luego, natación master, y en los últimos años la natación con solidaridad, que es donde verdaderamente he encontrado el sentido y las respuestas del por qué y para quién lo hacemos. Crucé el estrecho de Gibraltar a nado justo hace 10 años con un grupo de amigos de Córdoba y fue una de las mejores experiencias de mi vida, sobre todo cuando fuimos a India y gracias a este proyecto cientos de niños tenían una escuela para poder estudiar en su pueblo.

-Son casi 20 horas nadando, ¿qué piensa uno durante todo ese tiempo? ¿Qué es lo que te lleva a seguir adelante?

-Nunca he nadado tanto tiempo. Lo máximo han sido seis horas entre Formentera e Ibiza en 2019, y pasan muchas cosas por la cabeza. El cerebro no deja de generar pensamientos y a veces no son nada productivos, pero creo que se trata de no combatir contra ellos. Es como dejarse fluir en el agua, y al menos a mí me sirve tener siempre el foco de esos 70 niños que nos esperan en la India. Ese es el motor que da energía para poder seguir braceando y superar el cansancio acumulado tras muchas horas en el agua.
Para este reto esta siendo brutal la supercapacidad de uno de los integrantes del grupo, José Antonio González, deportista con discapacidad visual por daño cerebral adquirido que ha realizado las etapas de ciclismo. Una discapacidad sin límites, su entrega y humor han sido esenciales para el ánimo en el grupo

-¿Qué otros proyectos tiene la Fundación Vicente Ferrer para las próximas fechas?

-Pues no hay pausa. El mes de junio comienza con mucha actividad. Celebraremos la festividad del Holy, fiesta de la primavera y del color, con un gran evento solidario en Ceuta. También celebraremos el Día Mundial del Yoga con un festival de yoga solidario de la Bahía de Cádiz en el Monasterio de la Victoria en el Puerto de Santa el próximo 17 de junio, y en el mismo Puerto la Travesía a nado el próximo 25 de junio en la playa de la Puntilla, ello unido a otras pruebas deportivas de Brazadas solidarias en Euskadi y Murcia. Luego llegará el resto del verano con un calendario repleto de eventos y actividades, muchas de ellas relacionadas con el deporte.