Un futuro laboral que se teje en Jerez
El reloj marca poco más de las diez de la mañana y el patio de Upacesur en Jerez rebosa actividad. Los usuarios han llegado en las coloridas furgonetas de la entidad y después de saludarse estiran los músculos y se preparan para afrontar un nuevo día. «El ejercicio siempre viene bien y más después de tantos meses de pandemia donde todos nos hemos vuelto un poco más sedentarios», comenta uno de los tres monitores del centro dirigido por Beatriz Barragán. Son los primeros días de marzo. El ambiente es relajado y las risas y las confidencias matutinas calientan un ambiente que aún es fresco en la calle. Después de completar el circuito deportivo y con el cuerpo y la mente despejados llega el momento de entrar en el aula y poner manos a la obra.
Las coloridas bobinas coronan la bordadora. Hilos rojos, azules, amarillos, verdes, llenos de fuerza y vitalidad como cada uno de los usuarios de la entidad que se muestran muy ilusionados con la puesta en marcha del nuevo taller. La bordadora, que se ha adquirido con la donación de la Fundación ADEY al igual que la máquina de serigrafía digital, permitirá personalizar polos, camisas, polares, chaquetas, gorras, bolsas o neceseres con excelente calidad. El bordado dota de un valor añadido a cada prenda y la historia de quienes han participado en su elaboración completa su significado.
El valor de las personas
María Rosa Ruiz es una de las participantes del centro ocupacional. Es de las más veteranas porque lleva en la entidad alrededor de treinta años. Disfruta realizando trabajos manuales y es aficionada a la costura, una pasión que arraigó en ella desde pequeña cuando su madre le traía piezas de punto de cruz que la metódica María Rosa terminaba con pulcritud y armonía. «Me gusta aprender y hacer cosas nuevas». El barbecho y la inactividad no son compañeras habituales de esta mujer que siempre se ha distinguido por su gran disposición para el trabajo y un tesón que le han permitido alcanzar metas que algunos pensaron que estaban fuera de su horizonte. Se equivocaban.
La jerezana ha realizado trabajos de administrativo y atendido al público en una tienda. Puede que necesite algo más de tiempo pero cuando interioriza los procesos es imparable. Ahora se muestra ilusionada con este nuevo proyecto. Es consciente de que todos necesitan un tiempo de adaptación y aprendizaje –las máquinas son complejas y los monitores que se ocuparán de trasvasar ese conocimiento aún se están formando en su manejo–, pero ya cuenta con que hay multitud de tareas que tendrán que asumir: recepción de los pedidos, doblado y planchado de la ropa, empaquetado, clasificación de los envíos... Además, está previsto que los artículos estén disponibles en una tienda online y que a través de una página web se puedan realizar los pedidos con productos que se quieran. La particularidad es que los diseños serán personalizados con logotipos ideados por los usuarios de Upace o por clientes particulares que deseen una imagen en concreto. Para ello, se usarán unas tabletas gráficas donde, de una forma muy intuitiva, se puede dibujar y plasmar las ideas posteriormente realizará la máquina de serigrafiado.
El abanico de opciones es muy amplio pero es importante dar a conocer el proyecto y que la gente colabore realizando encargos. Así que hoy toca familiarizarse con los procesos y las actividades que se desarrollarán en este taller que permitirá aumentar sus opciones laborales mediante la fabricación y venta de productos. La iniciativa se engloba dentro de las acciones relacionadas con el área de empleo que se llevan a cabo en Upacesur para desarrollar las competencias e incrementar al máximo nivel de empleabilidad de los usuarios. Primero valoran el potencial de las personas y después montan los cursos de formación. En el caso de este taller de serigrafía, la idea surgió de los monitores para fomentar la autonomía e independencia de las personas, en base a sus intereses y gustos. «Este proyecto encaja porque tiene muchas posibilidades. Es innovador y está dentro de la línea de desarrollo sostenible pues consigue que los usuarios crezcan, que cada día necesiten menos supervisión y sean más autónomos. El objetivo final es mejorar su calidad de vida».
Una familia que crece
Upacesur tiene entre sus objetivos primordiales proporcionar una atención de calidad a las personas con discapacidad, en especial a aquellas que tienen parálisis cerebral y trastornos afines, en todas sus necesidades a lo largo de su vida, para lograr su plena inclusión. Actualmente tiene centros en Jerez, Trebujena, Sanlúcar y Algodonales así como en las localidades sevillanas de Utrera y Dos Hermanas. En total, atiende a más de 600 familias.