“Muchas personas no habían salido de la crisis cuando les llegó la pandemia”
El informe de Cáritas Diocesiana de Cádiz del pasado 2020 es demoledor. Es un espejo que refleja la precaria situación de los más vulnerables. Si la crisis ha golpeado con fiereza a todos los sectores de la sociedad, ha castigado con virulencia a aquellos que apenas tenían para sobrevivir. Su secretario general José María Espinar lamenta que tras la profunda depresión sanitaria se avecina una económica de larga e incierta duración.
La organización eclesiástica, que realiza una labor solidaria encomiable, redobla esfuerzos para suavizar el impacto. Preocupan sobre todo aquellas personas que todavía no habían salido del agujero y apenas le quedan cimientos a los que agarrarse. Espinar desgrana este año y medio donde fue necesario agigantarse para estar a la altura de las circunstancias.
-La pasada semana presentaban el balance anual de Cáritas del pasado 2020. ¿Es el más precario que recuerda o ha habido años incluso más difíciles?
-Los años de la crisis financiera fueron años especialmente difíciles sobre todo desde 2009 en adelante. En el caso de muchas personas atendidas por Cáritas, la recuperación fue en forma de L; es decir, no habían salido del profundo agujero cuando ha llegado la pandemia para complicarles más la vida.
-¿Qué expectativa tenía? ¿Lo esperaba o le ha sorprendido?
Si bien en el 2008 había algo en el ambiente que al menos a mí me hacía pensar que no podíamos seguir viviendo con tantas ilusiones sin demasiada consistencia real ( recuerdo que se daban hipotecas por más el 120% del coste del piso sin apenas pedir avales o garantías), la pandemia de la Covid-19 nos pilló a todo el mundo de sorpresa. Ese 13 de marzo de 2020 se vino encima como algo nuevo, imprevisto y de consecuencias imprevisibles para la humanidad entera.
-En España han fallecido más de 80.000 personas. Usted dice que la recuperación social será más lenta que la sanitaria.
-Para las personas que han perdido a familiares y amigos íntimos, la vida ya no será igual; para las personas que han perdido gran parte de sus bienes, haciendas y negocios siempre hay una alternativa. Todo se arregla menos la muerte, pero para muchas de esas personas asimilar ese cambio de vida será un ejercicio largo y doloroso. Sí. Lamentablemente de las crisis no sale igual todo el mundo, y los que ya estaban al final del furgón, lo tienen ahora algo más difícil.

-¿Qué datos manejan? Ya ha pasado casi medio 2021 y se puede comparar en cierto modo un año con otro.
-Es pronto para hacer balance de este 2021. Queda todo el verano y sobre todo, el otoño y el invierno que son especialmente difíciles en zonas con economías que dependen tanto del sector turístico que es muy estacional…
-¿Cuál es el perfil de las personas en las que más ha aumentado la demanda?
-Básicamente familias monoparentales ( mujeres con hijos a cargo pero también hombres con hijos a cargo); pequeños autónomos que han perdido el negocio; y personas que entraron en ertes o eres y que se pasaron las primeras semanas del confinamiento sin percibir ingresos ni subsidios y no tenían ahorros. Los salarios en España son escandalosamente bajos: así es difícil luchar contra la economía sumergida.
-¿Ha habido casos en los que colaboradores de otros años son ahora los que necesitan ayuda?
-Alguno ha habido, pero afortunadamente no la mayoría ni un número muy alto.
-¿En qué ha afectado principalmente el confinamiento y las dificultades para realizar un servicio presencial debido al covid-19?
-La edad media de nuestros agentes voluntarios es muy avanzada. Las personas mayores se vieron recluidas de forma inmediata pues la covid-19 atacó especialmente a este colectivo de personas mayores.
Esto provocó que las acogidas de las parroquias se vieran de repente sin suficientes manos para atender las demandas de personas que acudían a las puertas pidiendo ayudas de todo tipo. Sin embargo, la Iglesia no ha cerrado sus puertas. En todo momento muchos voluntarios salían de sus casas para seguir ayudando en las acogidas, incluso cuando no podíamos garantizar suficientes epis.
Recuerdo que conseguir las primeras mascarillas fue un triunfo de la Confederación de Cáritas Española que repartió miles de ellas entra todas la Cáritas Diocesanas de España
Al mismo tiempo, hemos aumentado en más de 110 nuevos voluntarios durante estos meses de pandemia. Una puerta que se cierra y otra se abre. Siempre hemos vivido todo este tiempo con respeto, pero en clave de Esperanza. Nuestro Padre nunca nos abandona ni nos deja totalmente solos.
-Por suerte, ha habido un aumento del presupuesto.
-Ha habido un aumento extraordinario de recursos, tanto privados como públicos, que nos ha permitido adaptarnos mejor a las necesidades y ejecutar un presupuesto de gasto más abultado de lo que habíamos previsto para este 2020. Fundamentalmente, hemos aplicado más recursos al área de Familia, Atención primaria y Atención a Parroquias. También hemos podido reforzar estas áreas con más técnicos para atender las llamadas y llegar mejor a las zonas dónde no había voluntarios suficientes.
-Lo más demandado, como es habitual, alojamiento y comida. Pero habla también de necesidad de conexiones tecnológicas, sobre todo para los niños que han tenido que seguir las clases a través del ordenador y la conexión telemática. Esta pandemia ha enfocado precisamente esa brecha digital?
-La brecha digital ya había sido detectada por Cáritas en los hogares con menos recursos; en zonas rurales, y en las personas mayores.
La pandemia en realidad se ha convertido en una oportunidad para buscar soluciones imaginativas. Tendría que ver la cantidad de voluntarios que han aprendido a usar 'whats app' para hacer formación. Efectivamente los equipos informáticos en los hogares más necesitados ha sido complicado, pues además de los equipos no suelen tener recursos para pagar internet, etc…
-Igual ocurre con la soledad. -¿Cómo ha sido la situación con las personas sin hogar?
-Imagínese la siguiente situación: el 13 de marzo se decreta un estado de alarma que no sólo impide la libertad de salir de un determinado territorio, sino que obliga a no salir de casa salvo una horas al día para realizar determinadas gestiones… Ahora imagine que su casa es un cajero, o un puente, o el banco de un parque…..
Afortunadamente, los servicios municipales actuaron de forma más o menos rápida y eficaz. En La Línea, por ejemplo, la coordinación con nuestro proyecto de calle Café y Calor fue inmediata gracias a nuestros voluntarios; en San Fernando, tanto el albergue de San Vicente Paúl como el Ayuntamiento acogieron a todas las personas sin hogar que deambulaban por la calle, y en todo momento fueron acompañadas por nuestros técnicos que siguieron prestando ayuda a estas personas acercándose a los pabellones en los que los acogieron los ayuntamientos.
Sin embargo, para estas personas ha sido especialmente duro, sobre todo al principio. Este año hemos podido ofrecer nuestros centros para la vacunación de muchos de ellos…
-¿Qué se podría hacer para que esa recuperación social no sea tan larga y traumática?
-Depende de muchos factores que no están en nuestra mano por desgracia, y mucho me temo que se atenderán antes otros problemas menos importantes que los que la gente necesita. Se retomarán agendas con objetivos políticos y las necesidades reales volverán a pasar a un segundo plano. Quizá el principal defecto de las personas es la falta de retentiva y de memoria para lo que realmente interesa…
Por nuestra parte, como entidad volcada en los más necesitados por vocación, pero sin olvidar nuestro sitio como entidad subsidiaria de la administración, seguiremos ayudando y exigiendo que los que han quedado sepultados por esta crisis no sean olvidados y reciban la atención y ayudas que les permitan volver a tener una vida digna. Muchas veces confundimos el problema: ¿es un problema de desigualdad, o realmente el problema es la pobreza? Pero de eso habría mucho de lo que hablar…..
-Para finalizar, es menester poner en valor el trabajo solidario de voluntarios y benefactores.
-Definitivamente. Le he dicho que los ingresos aumentaron y gracias a ello pudimos ejecutar un presupuesto de gasto mayor del previsto. Esto se ha debido fundamentalmente a los socios y donantes que han contribuido con su esfuerzo económico a dotar las cuentas de Cáritas Diocesana de Cádiz; pero sin los voluntarios simplemente Cáritas no puede existir…