“España puede y debe aumentar las plazas para solicitantes de asilo”
Francisco Morales es el rostro visible de CEAin (Centro de Acogida de Inmigrantes), la organización que durante más de un cuarto de siglo se centra en la protección de personas en situación de vulnerabilidad, especialmente migrantes. Con la satisfacción del buen trabajo realizado, del apoyo prestado, y la desesperación de que siempre quedará mucho por hacer, que nunca será suficiente.
Es una época convulsa (¿cuál no lo es?) y las vicisitudes que nutren este tiempo provocaba que «esa vulnerabilidad» haya «ido a peor», como reconoce Morales. «Cuando hay guerras, conflictos emergencias climáticas... se produce el desplazamiento de la población y eso repercute en nuestra actividad», expone, y señala ahora con su dedo «la emergencia canaria», adonde llegan cada día cientos de inmigrantes desde el vecino continente africano. «Desde Europa tenemos más necesidad de acoger a gente. Tenemos la obligación de acoger a estas personas y ellos tiene el derecho de asilo».
No hace falta dar la réplica pues asume los discursos que afloran en muchos sectores de la sociedad. «No es un número excesivo. Es un porcentaje muy pequeño el número de refugiados en comparación con lo que tiene el contiene o la propia España».
Morales aduce que «el sistema ha colapsado y hacen falta más plazas. Hay muchas personas esperando a entrar y pocas citas. La situación es desesperada, de familias con niños», y ahí actúan desde CEAin pero es fundamental el apoyo de las administraciones, desde la local hasta la continental.
Además, van surgiendo nuevos retos. Reconoce un paso positivo en cuanto a la integración de los chicos y adolescentes, «porque hay recursos, programas, que cumplen una función muy importante. Pero cuando cumplen 18 años, es necesario un plan integral y trabajar en un itinerario de inserción social y laboral». Son varias las asociaciones que ponen la luz sobre la siguiente cuestión. ¿Y ahora qué?
«Ha habido un porcentaje importante de jóvenes que tras completar la formación han sido contratados. Pero muchos superaban la mayoría de edad y se quedaban en una situación comprometida».
Desde CEAin destacan estas «tres áreas de intervención»:
-El área social, «de acción, de atención humanitaria, de protección internacional a las personas. Todos tenemos derechos y deberes y se aplica desde ahí. Formamos parte de los programas del Ministerio de España, y apoyamos tanto a los recién llegados como a los que ya llevan tiempo viviendo en España, ofreciendo asesoramiento en lo que necesitan».
-Empleo: «Las mayores dificultades son para encontrar trabajo, y por eso tenemos programas de inserción social-laboral que arrojan resultados muy positivos», reflexiona. «Se trabaja con la hostelería, comercio, pero también con otros sectores como las energías fotovoltaicas, que necesitan mano de obra cualificada».
-El área de intervención en el plano socioeducativo: «con actividades de sensibilización y formación, contra el absentismo escolar...».
Morales apunta que «este curso hemos apostado aún más por el empleo como herramienta principal para la integración mplementando en nuestra ciudad el programa Tándem, que está desarrollado por Andalucía Acoge y subvencionado por el SEPE, en colaboración con el Ayuntamiento de Jerez, explica. Se configura un itinerario formativo en alternancia con el empleo, como las antiguas escuelas taller.
«El proceso de formación se desarrolla entre las edades de 12 a 18 años, y el alumno combina la formación técnica con el desarrollo de un servicio. En nuestro caso, hemos ofrecido el servicio de jardinería en distintas zonas de jerez, como por ejemplo el zoo. Terminado el proceso, tienen una buena formación y además pueden presentar el contrato, así que se pueden acoger a la figura de arraigo formativo para tener autorización de residencia». Por ello, siguen «trabajando en esa línea para que estos jóvenes, nuestros jóvenes, tengan un futuro social y laboral».
«A su vez estamos realizando campañas de educación y sensibilización». Y es que «preocupan los bulos y los estereotipos, que tienen una incidencia muy alta en la población, la cual se informa principalmente por las redes sociales. Queremos ejecutar con Andalucía Acoge un programa que ayude a combatir estas mentiras. Pues crece el número de personas que, basadas en falsedades, señalan al migrante como chivo expiatorio de todos su problemas».
El mundo cambia, los problemas no
El planeta está en continua transformación, pero los problemas de siempre sólo cambian de lugar, y persisten. «Los conflictos no se solucionan. Hace unos años fue Afganistán, y la situación no ha mejorado. Sigue siendo muy grave en cuanto a la violación de Derechos Humanos. Ahora el foco no está puesto allí, pero el problema no desapareció. Al igual que Siria, o Ucrania... y se van acumulando. Decían que esta última sería una guerra corta. Pero ni termina ni se avista un final».
«A ellos se suman personas de Marruecos, Senegal, Gambia... acogidas dentro de CEAIN y que llegan de manera constante». Es un problema de origen. «Siguen sin existir cauces seguros y legales para llegar a Europa, y hay un número relevante de personas que mueren en el camino. La manera de acabar con las mafias que se aprovechan de ello es ofrecer ese corredor seguro, porque sin él, tienen más margen de actuación para explotar a las personas vulnerables y desprotegidas. Hay que reducirles su campo de actuación».
Comprende que la sociedad occidental ha de asumir este nuevo paradigma, «Debemos tener la perspectiva de que España cuenta con un 14% de población de origen migrante. Es un hecho estructural y han de mejorarse los programas de integración. Nos preocupan los hijos de los inmigrantes que han crecido con dos patrones socio-culturales. Son jóvenes adolescentes y, en función de como se hayan hecho las cosas, estos chicos y chicas pueden sentirse integrados en la sociedad... o no. Y hay que ver si se sienten arraigados, porque no es positivo que se desvinculen de su lengua y su cultura de origen».
Habla «de la segunda generación de inmigrantes y que ya forman parte de la sociedad española. Es una realidad que en nuestra sociedad ya hay una pluralidad importante, pero eso no significa que estén integrados».
Desde CEAin laboran de manera transversal pues los perfiles de tantos demandantes de ayuda son muy variados. «Y es que decir personas migrantes es tejer un saco enorme. No es lo mismo quien lleva 15 años que quien acaba de llegar. Ni uno que llega de una guerra a otros personas que son migrantes económicos. Estos últimos no vienen por capricho y se generan situaciones injustas, donde está una de nuestras preocupaciones».
Por ello pide la revisión «de un pacto a nivel europeo que contraviene la idea inicial. Se quería fijar una solidaridad a nivel de cupos, para que no dieran cobertura sólo los países fronterizos. Que cuando un país se negara a acoger, tuviera que abonar 20.000 euros por cada personas, lo que ya pone el precio de lo que vale un ser humano para ellos. Pero Europa va a externalizar más los controles para dificultar el acceso a nuestras fronteras con pactos con países que no respetan los derechos humanos».