Semana contra la Pobreza y Exclusión

Cáritas debe ser “parte activa en la rehabilitación de una sociedad herida como la nuestra”

Arranca el ciclo de conferencias que se centran en reflexionar sobre los retos a los que se enfrenta Cáritas "para seguir siendo un espacio de esperanza y oportunidad para muchas personas"

Este lunes ha arrancado el ciclo de conferencias que este año se enmarca con el lema “Recibir-acompañar-integrar” y que se centra en reflexionar sobre los retos a los que se enfrenta Cáritas para seguir siendo un espacio de esperanza y oportunidad para muchas personas.

María Dolores Martínez, directora del Departamento para el Servicio de
Caridad de la Diócesis y Juan Pérez, director de Cáritas Diocesana, han
presentado a Vicente Martín, delegado episcopal de Cáritas Española, que ha
sido el responsable de abrir esta décimo cuarta edición. Ha comenzado su
intervención haciendo referencia a la reciente celebración del 75 aniversario de Cáritas y al encuentro con el Papa Francisco en el que les animó a que la
entidad sea “motor de la caridad de la comunidad cristiana”. Ante ello, Martín
ha añadido que “partiendo de la situación actual, una situación de crisis
prolongada, que va dejando a muchas familias y a muchas personas en la
cuneta, el Papa nos pidió que no seamos meros espectadores, sino parte
activa en la rehabilitación de una sociedad herida como la nuestra”.

A continuación, ha explicado que Cáritas debe ser “el motor de la acción de
toda la comunidad, pero que sea precisamente la comunidad cristiana la que
esté atenta, apoyando y acompañando a las familias y a las personas más
vulnerables”. Asimismo, ha añadido que “una ayuda y un apoyo que no se
reduce solo a cubrir necesidades básicas sino también a buscar alternativas
laborales e incluso contribuir a una sociedad más justa”.

Finalmente, ha dado claves sobre la labor de la entidad poniendo el foco en
que “Cáritas es la Iglesia y no hay Iglesia auténticamente cristiana si no vive la caridad” y ha añadido que “los agentes de Caritas somos motores de la acción de la comunidad cristiana y actuamos, no en nombre propio sino de la comunidad, y eso nos lleva a salir al encuentro de las personas, a transitar
caminos de justicia, a promover una sociedad de los cuidados, a constituir una
cultura del encuentro en medio de tantas polarizaciones y tensiones”.

 

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