Día Mundial sin Alcohol

«Cada día me apetece beber alcohol y tengo que esforzarme para no hacerlo»

Un joven gaditano que lleva un año sin consumir relata cómo está siendo su recuperación tras entrar en el programa de Proyecto Hombre y asumir que tiene adicción al alcohol

«El 25 de noviembre toqué fondo. Ese día marcó un antes y un después. Mi hermana, la persona que más me ha ayudado para superar esta adicción al alcohol me dejó las cosas claras. Me dijo que borracho y en esas circunstancias no iba a entrar en casa. Me agarró de la mano y me llevó al hospital. Fue el peor día de mi vida». M.J.M. prefiere no descubrir su identidad porque no quiere comprometer su futuro laboral. El alcohol es una droga legal, –incluso bien vista en ocasiones–, pero sin embargo estigmatiza a la persona dependiente. Hay muchos prejuicios y Cádiz es una ciudad pequeña.

Hace 346 días que el protagonista de esta historia no ha probado el alcohol pero cada día vive con miedo porque teme no ser lo suficientemente fuerte para no beber. «Soy alcohólico aunque hace casi un año que no consuma. Todos los días me apetece y lucho por no caer en la trampa de esta droga, aunque soy consciente de que me puede pasar; porque pasa».

La vida de este gaditano no difiere demasiado de la de muchos jóvenes. Comenzó a beber a los 18 años (ahora hay niños, pre adolescentes, que con 14 años ya se han emborrachado). Relata que entonces lo normal era hacer botellón los fines de semana en Muñoz Arenillas y en Ingeniero de la Cierva. En invierno, se salía por la plaza de Mina y San Carlos para terminar en la Punta San Felipe. Nada extraordinario. Pasaron los años y M. siguió estudiando. Hizo un ciclo formativo de Dirección y Administración de Empresas, trabajó en la hostelería y después ingresó en las Fuerzas Armadas. También siguió bebiendo y emborrachándose. Y aunque conseguía que su adicción no interfiriera de forma directa con el trabajo, cada día le costaba más centrarse y cada vez necesitaba más alcohol y más a menudo. Poco a poco dejó atrás el consumo social y empezó a beber solo. Anhelaba esa falsa sensación de desvergüenza, esa nebulosa alegre en la que todo daba igual, en la que era capaz de cualquier cosa porque nada importaba demasiado excepto beber una copa más, una cerveza más. Lo necesitaba aunque sabía que el día siguiente sería terrible y no solo por la resaca. «Me he llegado a despertar con gente que no recordaba, sin cartera y en lugares que no conocía. En mi caso, nunca he sido agresivo ni me he metido en ninguna pelea pero cuando comenzaba a beber perdía el control y ya no me podía frenar».

Los problemas con el alcohol no eran algo nuevo en el hogar familiar. De pequeño, el gaditano, ya vivió algún episodio con su padre de protagonista. Su madre temía que M. replicara las conductas que tanto daño les habían hecho y trataba de ayudarlo pero sus consejos y cariñosos reproches eran inútiles. «No servían de nada. Estaba ciego. No escuchaba a nadie».

Pasaron los años y le destinaron a Almería. Allí estuvo viviendo con su mujer pero el problema lejos de desaparecer se fue acrecentando. El deterioro era gradual y colonizaba poco a poco todos los aspectos de su vida. Se separó y volvió a Cádiz. Seguía consumiendo. «Llegué a beber hasta doce litros de cerveza porque era lo más barato. Consumía desde por la mañana porque mi cuerpo cada vez era más tolerante». Poco antes de la pandemia, en 2018, su madre falleció y se fue a vivir con su hermana. Fue entonces, cuando tras una salida que se prolongó casi dos días y donde perdió hasta las llaves de casa, cuando todo se quebró. «Toqué fondo. Mi hermana me dijo que tenía dos niñas pequeñas y que no iba a permitir ese ejemplo en su casa. Me vi solo. Me di cuenta de que si perdía a mi hermana, lo perdía todo. Ahí comenzó mi recuperación. Ahí empecé a afrontar mi problema. Y decidí que quería rehabilitarme».

«Todo se lo debo a ella»

La llave que abre la cerradura del cambio solo la tiene uno mismo, pero la familia es el puntal que lo sustenta todo. «En mi caso, mi hermana fue mi motivación. Fue quien me agarró de la mano en mi peor momento; ella es la que sigue conmigo y me acompaña junto médicos y terapeutas. La desintoxicación y el síndrome de abstinencia de los primeros días son durísimos», asegura.

Poco a poco –con mucha voluntad y esfuerzo–, su vida se va recomponiendo. M. confiesa que vive con miedo, con un temor atávico a no poder rechazar la llamada de lo que para él es una necesidad, una sustancia que le hace perder el control. «Con la terapia y los grupos vas aprendiendo estrategias para poder afrontar el alcoholismo. Yo, por ejemplo, cuando estoy con amigos y siento que me apetece mucho beber, se lo digo. Hago una vida normal pero he optado por no ir con gente que consume. Prefiero el ambiente más sano porque mi cuerpo sigue anhelando alcohol y yo lucho todos los días para evitarlo. Es duro pero en Proyecto Hombre me han ayudado mucho. Acudo dos días a la terapia de grupo porque compartir los problemas ayuda a sanar». La asociación gaditana atendió el pasado año a 118 personas dándoles apoyo en el proceso de aprender a vivir sin alcohol.

Día Mundial sin Alcohol

Cada año se producen tres millones de muertes en el mundo debido al consumo de alcohol. Por ello, el 15 de noviembre se declaró como el Día Mundial sin Alcohol con el objetivo de concienciar sobre los peligros de una droga que es la sustancia psicoactiva más consumida por la población general en todas las edades. En España, siete de cada diez jóvenes de 14 a 18 años reconoce haber consumido alcohol algún día en el último año y el 58,5% en el último mes. En el grupo de menores de edad un 47,1% de los chicos y un 52,3% de las chicas dice que se ha emborrachado alguna vez. El alcoholismo, además de ser una enfermedad por sí misma, es la causa directa de trastornos físicos y mentales como cirrosis, ictus, infartos y patologías cardiovasculares y gastrointestinales, cáncer, diabetes o demencia. El alcohol favorece conductas de riesgo y está involucrado en accidentes de tráfico. Está ligado a la violencia, al consumo de otras sustancias tóxicas, al absentismo laboral y a la ludopatía. El problema es especialmente preocupante entre las personas jóvenes y menores, que además son más vulnerables a sus efectos.

¿Qué es Proyecto Hombre?

Entidad privada, sin ánimo de lucro, que desde la profesionalidad y el compromiso con la transformación social, promueve la autonomía, individualmente y en su contexto familiar, de mujeres y hombres, jóvenes y adultos, con problemas de adicciones y otros comportamientos a través de la prevención y tratamiento según el modelo biopsicosocial.

Proyecto Hombre en la Bahía de Cádiz atiende a 600 personas cada año.  En 2021, han realizado un total de 60 seminarios y talleres que han contado con la participación tanto de usuarios como de familias.

>> Noticia relacionada: Así ha sido la reunión entre Policía Nacional y Proyecto Hombre Cádiz

Programas y Centros 

  • Centro de día Bahía de Cádiz

Dónde: Avenida Segunda Aguada s/n
Teléfono: 956 25 01 53
Contacto: proyectohombrecadiz@hotmail.com

Atención inicial de demanda de información, entrevistas, diagnósticos iniciales y derivación al recurso pertinente. atención a jóvenes desde loa 12 años hasta los 21 y adultos con problemas de abuso de las tecnologías, juego patológico o consumo de drogas. grupos de habilidades parentales, grupos de autoayuda…

 

  • Programa Base: Para personas policonsumidoras. con una importante desestructuración personal, familiar o social, se realiza en tres fases: Acogida, (Régimen ambulatorio), Comunidad Terapéutica (internado) y Reinserción Socio-laboral (ambulatorio).

 

  • Casa de Acogida: Vivienda  de  apoyo  al  tratamiento en la fase de Acogida para personas sin apoyo familiar. Gestionada por AFACESJE en Jerez,  contamos con 10 plazas.

 

  • Proyecto Joven: Para menores y adolescentes de 12 a 21 años, con problemas de comportamiento, en situación de riesgo, con conductas antisociales, consumo de drogas, abuso de las TIC (internet, móvil, videojuegos…) problemas con el juego online, las apuestas deportivas…

 

  • Programa de Apoyo: Para adultos con problemas de consumo de alcohol, cocaína, cannabis, trastornos de la conducta como la ludopatía, presencial u Online, las apuestas deportivas o uso problemático de las TICs.

 

  • Programa de prisión - asesoría jurídica: Programa que se lleva a cabo en los centros penitenciarios de la provincia. Trabajamos con personas que, privadas de libertad, presentan problemas de adicciones, con el objetivo de trabajar la toma de conciencia sobre la importancia del cambio de vida. Trabajamos por el cumplimiento de medidas alternativas que permitan a los internos e internas realizar nuestro programa Terapéutico Educativo en nuestro centro cuando la situación jurídico-penitenciaria lo permita. Realizamos nuestra labor en los centros penitenciarios de Puerto II, Puerto III y Algeciras, en Servicios Sociales ext. Cádiz y en el CIS de Jerez.

 

  • Programa de Prevención escolar, familiar y comunitaria: Conjunto de acciones para impedir y/o reducir la aparición de conductas de uso, consumo y abuso de drogas. Dirigidos a padres, madres, alumnos/as, profesionales de la educación y de la mediación social.

 

  • Programa INTÉGRATE: Educación de familias y  adolescentes para un uso responsable de las tecnologías.

 

  • Programa PREVENTIS de Intervención laboral: Planes de prevención para empresas que necesitan abordar internamente el tema del consumo de alcohol y otras drogas en los puestos de trabajo, promoviendo un ámbito laboral saludable que revierta en una mejora del ambiente de trabajo y la productividad.
  • Programa de Protección de Menores: Se atiende a menores españoles y extranjeros, en situación de desamparo, con graves trastornos de conducta.

 

  • Aula de formación y debate: Organización de cursos, jornadas, conferencias para el personal contratado, el voluntariado, alumnado en prácticas y público en general.
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