15 días en Sierra Leona con la ONG gaditana que cada día ayuda a cientos de niños

Pequeña Nowina es el sueño de Cristina Martínez Caballero para mejorar la vida de los más pequeños y las mujeres en situación de vulnerabilidad

Este viaje empezó en El Puerto de Santa María, donde la ONG Pequeña Nowina tiene su sede. Desde allí cogí un tren hacía Madrid con Cristina Martínez Caballero, fundadora de la institución. Cinco maletas llenas de sueños, sueños que pesaban porque iban en forma de pinturas y material para hacer disfrutar de un proyecto único a los niños y mayores de Sierra Leona. Una escala en Sevilla, y en unas horas estábamos en Atocha donde nos encontramos con Carolina Vallejo, la artista ecuatoriana que pondría el arte y el color a esta maravillosa experiencia. El equipo al completo nos dirigimos al aeropuerto Adolfo Suárez para volar a Casablanca y de allí a Sierra Leona, donde llegamos a las 5:00 am, hora local. Después de numerosos trámites salimos del aeropuerto, donde nos esperaba uno de los mayores ángeles con los que cuenta Pequeña Nowina en el país africano, el Padre Pepe.

A pesar de haber dormido como se duerme en un avión, la llegada fue espectacular. Con un amanecer de ensueño, en una naturaleza apasionante y unos colores que no dejan a nadie indiferente. Cristina que es una experta en Sierra Leona, no solo porque la ONG que fundó cumple 10 años, sino también porque pasó allí dos años de su vida, no se sorprendía tanto del paisaje al que ya está acostumbrada. Suele ir varias veces al año a supervisar que todos los proyectos que tienen estén funcionando, o a ver que necesidades tienen sus “pequeñas Nowinas” en ese momento.

Durante el trayecto a la primera parada, Mange Bureh, el padre José Radilla, mexicano de nacimiento y misionero de Cristo de la Iglesia Universal, nos contaba su experiencia desde que llegó hace casi veinte años al país, en el que ha vivido situaciones muy difíciles como el brote del ébola. El aterrizó en Sierra Leona tras la famosa guerra civil que dejó al país aún más pobre y destruido. Su misión era clara, evangelizar a través de la enseñanza. Es ahí donde Pequeña Nowina ha ayudado desde sus inicios al Padre. A través de la ONG se hace una aportación económica desde hace 9 años para poder pagar un extra a los profesores, ya que las condiciones que tienen en el país son muy malas, y eso hace que con el esfuerzo que supone desplazarse por la falta de vehículos pues muchos estén desmotivados y a veces faltan a sus clases. Gracias a la ayuda económica extra, los maestros que se encuentran en el programa sienten un mayor compromiso por lo que proporcionan una mejor educación y se enfocan en los principales objetivos de la ONG, clases en inglés para darles mayores salidas a los pequeños y darles un lugar a las niñas, ya que es un lugar en el que desde muy temprana edad les suelen limitar.

Durante estos días en Mange pudimos llevar a cabo diferentes actividades enmarcadas en el proyecto “ARTE PARA UN MUNDO MÁS FELIZ”. A través de esta acción dirigida por la artista ecuatoriana Caro Vallejo se dio luz, alegría y color a las diferentes comunidades y escuelas que coordina el padre por la zona y que son benefactores de los diferentes programas de Pequeña Nowina. Empezando por los más pequeños, se pintaron las paredes de la guardería, y esto fue obra de los alumnos de primaria, que pintaron aquello que les hacía felices, hubo desde flores, mariposas, mangos, coches… hasta un rosario. Esto se realizó en el fin de semana, y cuando los más pequeños volvieron el lunes, se llevaron una enorme sorpresa que les hizo sentirse mucho más feliz y orgullosos de su rincón de aprendizajes. Es difícil expresar el sentimiento de gratitud recibido por unos niños tan pequeños, porque cuando fuimos a verlos con el mural terminado, lo que trasmitieron a través de un enorme cariño y sus repetidas gracias con una enorme sonrisa por el resultado, no se puede explicar, pero la realidad es que todo lo que hemos vivido en Sierra Leona, te llena el alma.

La otra iniciativa que se ha llevado a cabo es “FROM MY HEART TO YOUR HEART" (de corazón a corazón). Cuenta con la participación de 300 niñas de los diferentes colegios de Sierra Leona de los que Pequeña Nowina son benefactores. Cada niña ha dibujado y coloreado un corazón sobre un lienzo con pinturas acrílicas que han sido llevadas desde España. Para ellas era algo nuevo, algo que nunca habían hecho y que han llevado a cabo con un enorme entusiasmo y muchísima curiosidad. La idea era que cada "pequeña Nowina" tuviese la libertad de expresarse sin miedo a ser juzgada por hacerlo mejor o peor, simplemente se trataba de plasmar lo que sientan mientras disfrutaban de una actividad distinta en su día de colegio. Algo que sería de lo más normal en nuestro país, pero que allí se convierte en extraordinario. Las percepciones que han teniendo las responsables del proyecto son súper positivas, porque han visto como cada una de las jóvenes artistas tratan de esforzarse por conseguir el mejor resultado en sus obras de arte. Pero ese trabajo no ha quedado allí, estos pequeños cuadritos han viajado a España para ser expuestos en el taller que Pequeña Nowina tienen en el Centro Comercial de Vistahermosa y quien quiera podrá hacerse con uno de ellos. De este modo se estaría “apadrinando” a una niña para que según la donación pueda comer durante el tiempo que la persona que lo adquiera decida. Así y con la ayuda de muchos pueden seguir mejorando las vidas de los más vulnerables de este pequeño país africano donde tanto agradecen cada pequeño esfuerzo que hacéis por ellos.

La actividad “FROM MY HEART TO YOUR HEART" se extendió por diferentes comunidades del país también con la colaboración de los otros ángeles con los que cuenta Cristina en el país africano, las Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento. Con ellas vivimos en su convento de Lunsar, donde tienen una escuela de secundaria a través de la cual Pequeña Nowina da de comer diariamente a más de 200 niñas, y que indirectamente también lo hacen a su familia. Muchas de estas niñas pintaron su corazón, disfrutaron mucho con ello y felices lo mandaron a España para cumplir con el proyecto.

Otra de las paradas del viaje fue en Lungi, donde las Hermanas Clarisas tienen un noviciado para dar formación a niñas que deciden seguir su ejemplo y entregar su vida a Dios y los demás. Muchas jóvenes han encontrado salida a situaciones difíciles gracias a la ayuda de las Hermanas, y han querido replicar su modelo. A través de la vocación han encontrado su felicidad y Pequeña Nowina ha querido ayudar a esa evolución de su vida mediante aportaciones económicas para el desarrollo del noviciado. Pudimos ver lo felices que eran con su decisión a pesar de su juventud. Allí pintaron una tabla con una palabra de lo que la ONG era para ellas, y la escogida fue gratitud. Pasaron una tarde distinta, llena de risas y aprendizajes, pero lo que más les gustó fue el resultado de su trabajo y crear algo que nunca hubiesen pensado ser capaz. Esta misma actividad se repitió con otros cinco grupos de personas que son benefactoras de Pequeña Nowina y que dejaron unos murales espectaculares para decorar sus espacios.

Una de las visitas más emotivas fue al hospital de Milla 91, donde el año pasado la ONG gaditana hizo una de sus más gratificantes aportaciones, un ecógrafo portátil que ha ayudado a salvar y mejorar la salud de muchas mujeres. Vivimos un momento muy especial, porque llegó una chica que se había caído y decía que no notaba a su bebé. Gracias a Dios todo estaba bien y se pudo enterar que estaba de unas 17 semanas aproximadamente. En ese lugar también existe una casa para voluntarios médicos procedentes del extranjero que van para compartir sus aprendizajes y cuidar a los enfermos que pasan por allí, esa casa es otro de los proyectos de la ONG en estos 10 años.

Cristina es una persona que vive constantemente pensando cómo puede ayudar a mejorar la situación del país a través de pequeños colectivos, por ello también está ahora involucrada en adaptar una escuela de cocina de las Misioneras Clarisas en Lunsar para que las estudiantes puedan salir con un diploma oficial.

Por último, hay que mencionar la colaboración que hacen con “Don Bosco”, un centro de reinserción de niños de la calle. Pequeña Nowina ha ayudado a financiar el campo de futbol y la panadería donde hacen 300 panes diarios para autobastecer a los niños que viven allí. Muchas de las niñas que terminan en ese lugar han sido víctimas de abusos y violaciones. En ese lugar sus ángeles son los padres salesianos.

Pequeña Nowina es una ONG que cumple 10 años.

Nació tras la experiencia de su fundadora, la portuense Cristina Martínez Caballero en Sierra Leona. Allí vivió en primera persona la discriminación que sufren las mujeres en dicho país. El objetivo de esta organización es ofrecerles la formación necesaria para ser libres, autosuficientes y poder tomar sus propias decisiones.

Una de las principales misiones que llevan a cabo es la de dotar a las niñas y mujeres de Sierra Leona de herramientas para que sean autosuficientes a través de la educación, la salud, la formación en valores y el empoderamiento en un país con una brecha de género del 67 por ciento y donde la esperanza de vida de las mujeres es de 61,7 años.

Además, a través de sus diferentes proyectos también ayudan a niños de primaria y secundaria que se encuentran en situación de vulnerabilidad por la falta de recursos económicos a tener una educación que les permita un futuro mejor.

Cada año Cristina junto a su equipo de voluntarios planea diferentes proyectos con los que ayudar a los sectores mencionados. Por ejemplo, el año pasado con el dinero recaudado en su tradicional fiesta de verano en el Castillo de San Marcos pudo adaptar la escuela de cocina de las Misioneras Clarisas para que las estudiantes de esta pudiesen salir con un diploma oficial.

Este año es uno de los más espaciales para Pequeña Nowina, ya que está celebrando su 10º Aniversario y por eso están haciendo un esfuerzo enorme para no solo ayudar a los jóvenes de Sierra Leona, sino que además han preparado un programa especial para hacerles un poco más felices disfrutando de actividades que nunca han hecho.

Durante su última estancia en Sierra Leona, Pequeña Nowina ha trabajado en diferentes actividades que han motivado he ilusionado a los pequeños y mayores que han participado de ellas. Cada segundo del viaje ha sido aprovechado al máximo, unos días casi sin descanso que han dado color a los distintos colegios y rincones a los que llega la organización.

Tras haber vivido esta experiencia en primera persona puedo destacar la gran labor que hacen desde Pequeña Nowina y como Cristina se ocupa de saber y hacer que toda la ayuda que recibe llega directamente a sus beneficiarios. Es un orgullo poder ver como una gaditana ha sido capaz de ayudar a más de 10.000 personas a lo largo de estos 10 años, y sobre todo eso se refleja en el cariño que le tienen allá por donde va del pequeño país africano. Dice que gran parte de este éxito se lo debe a las personas de su tierra, que desde principio le habían apoyado de diferentes formas. Cádiz es una provincia solidaria que le ha dado mucho a Sierra Leona.

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