TSS-6050470688001

JÓVENES SOLIDARIOS

«Mi objetivo desde pequeño era trabajar en la ambulancia, siempre me ha gustado ayudar a los demás»

Pablo Cortijo es voluntario en Cruz Roja Española en Cádiz

Desde que era pequeño el joven jerezano Pablo Cortijo tenía un objetivo: trabajar en una ambulancia. Gracias a su voluntariado en Cruz Roja Española en Cádiz ha ido alcanzando esta meta y acude allá donde se le necesita.

«Ahora mismo estamos en el Plan Romero que es el desembarque de las Hermandades de El Rocío. Mi misión es estar con los compañeros vigilando que no se ponga nadie malo y estar pendiente por si hace falta que ayudemos a alguna persona y necesite de nuestros recursos, atenderlo».

Pablo explica que cuando llegó a Cruz Roja era menor y por esa razón no comenzó con la ambulancia. «Llegue a Cruz Roja con 17 años, todavía era menor. Empecé en el apartado de la infancia hospitalizada porque al no tener la mayoría de edad no podía entrar a trabajar en la ambulancia. Entré en Cruz Roja para intentar conocer lo que era la organización, cómo trabajaban y conocer gente. Cuando cumplí la mayoría de edad me saqué el curso de Socorrismo Terrestre que es el primer paso que hay que dar para trabajar en la ambulancia».

«Mi objetivo era desde pequeño trabajar en la ambulancia. Siempre me ha gustado ayudar a los demás, tener esa inquietud de que la gente me necesite, echar un cable, ayudar», añade Pablo. 

Aunque su prioridad era la ambulancia, señala que «en Cruz Roja he hecho de todo. He estado con niños, inmigrantes, con personas mayores, servicios de ambulancias, he llevado a personas mayores al médico, casi todos los apartados que tiene Cruz Roja los he tocado».  Este joven voluntario no duda en recomendar la entidad porque, según sus palabras, «la gente, desde que entras hasta que terminas están contigo al 100%, si te hace falta algo te ayudan, y si tuviese que aconsejarlo, sería la primera que aconsejaría».

Una experiencia de voluntariado es gratificante y hace que los recuerdos se conviertan en imborrables. «el más especial... por ejemplo en una Feria de Jerez en una asistencia, asistimos a la persona, la llevamos al botiquín, la atendimos y al salir nos dió las gracias, nos quiso invitar, nos quiso dar de todo y nosotros somos voluntarios de pleno corazón. Y después, la satisfacción de que esa persona te vea por la calle, te reconozca y se acuerde de ti. ¡Gracias! ¡De verdad, que me salvaste! Eso es lo más gratificante y lo que más recuerdo», finaliza.

Comentarios