Martín Maline: “Me motiva saber que puedo ayudar a las personas necesitadas”
Martín Maline apenas tiene nueve años pero ya lleva uno colaborando con el Banco de Alimentos de Cádiz. Su historia es curiosa. Vive en Sevilla ya que por motivos de trabajo el padre tuvo que emigrar a la capital hispalense, pero él aprovecha los fines de semana de visita y las vacaciones de verano para repartir la comida entre los más necesitados. Siempre junto a su abuelo Alejandro, creando un vínculo inquebrantable y tejiendo una red solidaria por los diferentes rincones de la provincia.
El pequeño se embarcó en esta aventura "porque mis abuelos me lo propusieron y me pareció una buena idea. Y cuando lo probé, me gustó mucho y lo volví a a hacer". Resulta emocionante ver cómo organiza las cajas con la leche y los productos no perecederos también junto a su abuela Ana, que le acompaña en muchas ocasiones en sus andanzas.
Como apunta Martín, "mi función es cargar alimentos con ayuda de mi abuelo para luego traerlas a la sede y enviárselos a las familias necesitadas. Me motiva saber que yo puedo ayudarlas y también que gasto mi tiempo libre en una buena causa", reflexiona el pequeño.
En este tiempo su pensamiento ha evolucionado, comienza a abrir las fronteras de la mente y no con respuestas, sino especialmente con preguntas. "Tenía dudas como ¿por qué algunas familias necesitan comida? ¿Por qué se quedan sin trabajo?" Unas cuestiones "que me las resolvió mi abuelo", quien ejerce de Cicerone constante y habla con orgullo de su nieto.
El chico lleva enfundada la camiseta del Banco de Alimentos. No había de su talla y se ha elaborado una exclusiva para él, pues se siente plenamente identificado con la asociación. Tanto, que con nueve años ya piensa en un futuro muy lejano. "Cuando me jubile espero seguir estando en el Banco de Alimentos", lanza como deseo.
A principios de año, la entidad, referencia en la provincia de Cádiz, recibió una ilustre visita. Su Majestad la Reina Sofía acudió a las instalaciones para celebrar su 25 cumpleaños. Un cuarto de siglo luchando contra esta lacra, la pobreza y la falta de alimentos entre las personas que lo necesitan. "La Reina Sofía estuvo aquí conmigo y me dijo que era un buen ejemplo para mi clase y que era muy gracioso...", "y que tenía los ojos muy bonitos", remata su abuela.
Ya se prepara para comenzar la campaña en verano a la par que fija su mirada en los problemas más acuciantes de la sociedad actual. Por ejemplo, la guerra en el Este de Europa. "Envié dos cajas a Ucrania, una pequeña y otra grande, con medicamentos, mascarillas... para ayudar, y justo ese día me nombraron el voluntario más pequeño del Rincón Solidario", recuerda. Y es que "lo mejor para mí es sentir que puedo ayudar a la gente necesitada".