“Es precioso poder despertar la ilusión de un niño”
Mario y Juan son buenos amigos en la Isla. Con 21 años, estudian Criminología y en su tiempo libro colaboran con la asociación de los Reyes Magos de San Fernando. Fue Mario, por herencia familiar quien sugirió la idea a su compañero. Durante toda su vida ha visto como su padre colaboraba con su hermandad y con este colectivo, en el reparto de juguetes, en la organización de actividad, y en todo lo que fuera necesario.
Veía el trajín de muñecos, coches y juegos, de un lado para otro, en su propio hogar. Y así se interesó por esta labor. "Me enteré de que estaba con los Reyes Magos, lo veía cuando se traía el trabajo a casa, y entonces empecé a colaborar en diferentes actividades", recuerda. Hace un par de años y de la mano de Juan, a quien siempre le ha gustado aportar su granito de arena porque "se pueden hacer grandes cambios con muy poquito esfuerzo".
"No me importa realizar actos que no me cuestan nada, y es que se puede ayudar con muy poquito que hagas. Ya sea colaborando en las actividades de la asociación o con otros trabajos", incide Juan Corona. "Con poco que hagamos podemos despertar la ilusión de un niño que el día de Reyes se levante con un juguete y una sonrisa en la cara".
Realizan diferentes actividades. Los sorprendemos en su sede junto al centro comercial Plaza en San Fernando. Unas nuevas instalaciones donde albergan no sólo juguetes, sino lo necesario para poder llevar a cabo la programación. Porque la asociación de Reyes Magos de San Fernando se nutre de la voluntad de sus socios, de los colaboradores, y también de actos como la feria de cortadores de jamón y la carrera solidaria de la Divina Pastora.
"Ahora mismo estamos recogiendo juguetes. Vienen los familiares a solicitar lo que necesitan para sus hijos", y además participan en todo lo que manden desde esta entidad, que presta un servicio altruista desde 1995. Es más, aseguran que el eslogan 'Ningún niño sin juguete' parte desde La Isla de León y ahora ha sido adoptado por numerosas asociaciones españolas.
Durante todo el año se realiza una labor silenciosa, con la locura de los últimos meses del año, ese sprint final entre octubre, noviembre y diciembre. Porque el 5 de enero todo tiene que salir perfecto. "La experiencia del año pasado fue muy gratificante", recuerda Mario Roldán. "Salimos con el Heraldo y te acercabas a cualquier niño y se le cambiaba la cara. Fue increíble. Es un impulso para seguir colaborando otro año más. Ha merecido la pena completamente."
"El día del Heraldo fue intenso y lleno de emociones. Nosotros lo vivimos desde esa perspectiva. Ver la ilusión de un niño de tres o cuatro años influye mucho. Llegas a casa, te recorres media ciudad y estás lleno por dentro", reafirma Juan.
Se alegran de que "a medida que pasan los años, la gente se implica más y hay más colaboración. A los eventos cada vez vienen más personas. La asociación nació en el 95 y está creciendo cada año", dice Mario. Porque como apunta Juan, "aunque estamos en San Fernando, en todas las ciudades hay personas que no se pueden permitir un día de Reyes generar esa ilusión en sus hijos. Cada vez nos ayudan más y agradecemos ese apoyo".
Ambos se sienten muy cómodos en la asociación, contentos y a gusto, y esperan seguir muchos años colaborando. "Noto un trato muy cercano. Quieres que la gente se ponga en tu lugar y puedo asegurar que aquí nos ponemos en el papel de esas personas que no pueden cumplir con los regalos en el día de Reyes. Y ver sus caras de satisfacción e ilusión nos reconforta bastante".
"Por supuesto, no cabe ninguna duda de que este 5 de enero volverá a haber magia en San Fernando".