“Cada persona es feliz, con sus limitaciones y con sus capacidades”
Claudia Tello, cañaílla y salinera, tiene ahora 28 años y hace siete que se embarcó en Upace (Unión de Parálisis Cerebral) en San Fernando como voluntaria. Estudió integración social y mediación comunicativa y deseaba empezar a resolver tantas incógnitas con respecto a un futuro que se antojaba ya presente. "Cuando terminé de estudiar me pregunté ¿qué hago ahora? Me explicaron lo que era Upace y el voluntariado. Al terminar esa formación académica, quería vivir el mundo de la discapacidad, de qué manera podía ayudar y tomar experiencia. Y creo que me fue bien", reflexiona con una enorme sonrisa.
Recuerda esos primeros días, la sensación de que los iba "conociendo muy poco a poco" y es que al trabajar con el factor humano, la clave es que "cada persona es diferente, nadie es igual a otro".
"Al principio, no sabes cómo interactuar con ellos, pero te lo agradecen muchísimo. Cuando coges confianza, se acuerdan de ti, te conocen, quieren que vengas y entonces... no te vas de aquí", confiesa.
Eligió esta entidad porque "Upace está muy integrada en la ciudad, todos los vecinos la conocen, da mucha visibilidad, y tiene un gran programa de voluntariado que te permite participar. Te ofrece un abanico de posibilidades en las que puedes ayudar. También me lo recomendó gente que estuvo aquí".
Así que sus primeros pasos los dio como voluntaria, "en eso que me fui formando", sin dejar nunca ese papel aunque cogiendo peso en la asociación. "Si puedes trabajar de lo que te gusta, cómo decir que no. He estado con los pequeños y con los mayores. Si no hubiera estado antes de voluntaria y no me hubiese formado de esta manera posiblemente no habría entrado aquí", reconoce.
En esos inicios apoyaba en "las colonias, que son como sus vacaciones. Ellos van con un grupo de voluntarios y algún profesional, salen de la residencia, de las cuatro paredes, se relacionan entre ellos mismos, con usuarios de diferentes centros. Se liberan un poco. No es lo mismo estar siempre con los profesionales y la familia. Es una experiencia única". Entonces descubre que "cada persona es feliz, con sus limitaciones y sus capacidades también, y tú disfrutas haciéndola feliz.¡",
Por eso anima a la gente "a que venga de voluntaria, que no tenga miedo y que se animen. Entiendo que muchos no vienen por miedo, porque no saben cómo ayudar. Pero cada persona puede ayudar de una manera o de otra".
Espera quedarse en Upace, "formarme más, seguir aprendiendo pues van surgiendo nuevos métodos, nuevas tecnologías, diferentes formas de ayudar, y me encantaría continuar".
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