España descarta por ahora beneficiarse de la flexibilidad del déficit que logrará Francia
De Guindos reitera el compromiso de Madrid con Bruselas pero matiza que cualquier concesión a París deberá negociarse dentro de un pacto global
LUXEMBURGO. Actualizado: GuardarLos ministros de Finanzas de la Eurozona (Eurogrupo) se reunieron ayer en Luxemburgo para continuar diseñando la hoja de ruta económica más complicada en años, la misma que debe ser capaz de evitar una tercera recesión que ya ha dejado de ser una hipotética amenaza para convertirse en una dramática realidad. El objetivo es «crecer» pero la discusión, el gran caballo de batalla, es el cómo. El Pacto de Estabilidad y Crecimiento, la biblia que consagra los objetivos de déficit público, está más cuestionado que nunca por potencias como Francia, que respaldada por Italia ha exigido más «flexibilidad» para cumplir las reglas de juego. Y lo ha hecho por la vía de los hechos consumados, aprobando un presupuesto que ahora que puede ser vetado por Bruselas y en el que retrasa hasta 2017, dos años más, la meta del déficit 3% del PIB. Este es el gran partido que ahora se juega en Europa y en el que España tiene bastante que decir y mucho que ganar.
La regla de tres es sencilla. Si París incumple el déficit y lo hace, además, de forma unilateral, ¿por qué Madrid, el alumno aventajado de la Eurozona, el ojito derecho de Merkel, no lo va a hacer? Preguntado sobre este hecho, el titular español, Luis de Guindos, aseguró tajante que «no existen atajos», que el Gobierno «no se beneficiará» de la flexibilidad que a buen seguro recibirá Francia y que cumplirá con los objetivos recogidos en el presupuesto. «La credibilidad de la política fiscal es muy importante. Y las reformas estructurales hacen que sea más eficiente», recalcó.
Premio
El mensaje público es nítido y contundente -«no puede haber favoritismos de ningún tipo»- pero España se guarda un importante as bajo su manga. Porque si la 'rebelde' Francia logra, como todo parece, el enésimo favor de la Comisión a la hora de cuadrar sus cuentas, ¿los países que hacen reformas y están cumpliendo pese a las dificultades no tendrán 'premio'? «No voy a entrar ahí. Forma parte de la negociación global que debemos mantener», deslizó dejando la puerta abierta a que España vea allanado también su pedregoso camino de aquí hasta 2016.
Cerró 2013 con un déficit del 6,6% (una décima más de lo pactado) mientras que este ejercicio debería hacerlo al 5,8%. Sí, en condicional, porque el Ejecutivo popular, en un alarde de ambición, ha anunciado que lo hará al 5,5%. Es decir, que gastará del orden de 55.000 millones más de lo ingresado. El problema llega en 2015, año electoral. Hacienda debe cerrar con un desfase del 4,2% del PIB, lo que supone ajustarse en otros 13.000 millones. Un esfuerzo descomunal que deberá sumarse a los 14.000 que tendrán que recortarse en 2016 para descender al 2,8%. Y todo ello con una reforma fiscal que ya estará a pleno rendimiento y que prevé un coste para las arcas públicas de 9.000 millones entre 2015 y 2016. Sí, recortar bajando impuestos. ¿Cómo lo hará? Eso se preguntan los hombres de negro de Bruselas y el BCE en el informe publicado ayer sobre su visita de la semana pasada a Madrid.
Optimismo de Dijsselbloem
Los fantasmas de la tercera recesión acechan sobre Europa y ésta es la peor noticia para una España que después de mucho sufrimiento no sólo lidera el ranking de crecimiento de la Eurozona sino que también se ha convertido en la grata sorpresa de las proyecciones del FMI a diferencia de Alemania, Francia o Italia. Pero el efecto contagio, como admite Guindos, es real, así que Moncloa busca a toda costa que la Comisión active su particular 'plan Marshall' de 300.000 millones que Jean-Claude Juncker inyectará durante 2015 y 2016.
Hace tiempo que todas las alarmas saltaron en Bruselas (el crecimiento en el segundo trimestre fue del 0%) pero ayer el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, sorprendió a todos lanzando un inusitado mensaje de optimismo. «Déjenme decir que no creo estas historias sobre la recesión en Europa», recalcó. Lo hizo antes de defender la vigencia del Pacto de Estabilidad y advertir a Francia de que las reglas son iguales para todos. «Cualquier margen de flexibilidad será consecuencia de la credibilidad de las reformas estructurales», matizó. Reformas, inversión y empleo. Este martes, los ministros de Finanzas de la UE seguirán debatiendo cómo culminar la cuadratura del círculo.