Sociedad

«Delibes no se lo podía creer»

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Aficionado a la observación de pájaros (de ahí el nombre de su local), Jesús Alcaraván habla rodeado de los 4.000 tomos que tiene expuestos, muchos descatalogados, otros de viajes, de naturaleza, de tradiciones, de boxeo, novelas.... No faltan, por supuesto, los de Delibes, que fue cliente suyo: «No se podía creer que hubiera una librería como Alcaraván en su Castilla, no lo entendía». Jesús, librero vocacional, hombre culto y leído, vive con pasión su diario quehacer: «Tendríamos que pagar por ejercer este oficio, que si además fuese negocio, ¡sería el paraíso! Yo prácticamente estoy endeudado hasta que me jubile».