El viaje por el Guadalquivir de Carmen Laffón
El Centro Andaluz de Arte Contemporáneo exhibe una completa muestra de su obra
SEVILLA. Actualizado: GuardarEl Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC), en la sevillana isla de la Cartuja, ofrece al visitante un singular recorrido por la obra última de la artista Carmen Laffón, que es a la vez un viaje por las orillas del Guadalquivir, el territorio de su trabajo, y una experiencia del paisaje como contemplación. Los amantes de la obra de la pintora, exponente del nuevo realismo, tienen en esta exposición la oportunidad de ver cómo se va depurando su estilo hacia una sutileza máxima, una economía de recursos que hacen del color y la luz elementos esenciales.
La muestra se compone de 120 obras, algunas de ellas inéditas y realizadas durante este año. Se considera la más importante desde la que realizó el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en 1992. Hay también piezas prestadas por colecciones como el Patronato de la Alhambra y el Generalife, la Universidad de Sevilla y el CAAC. Óleos sobre lienzos, dibujos de carbón sobre papel, pastel y óleo sobre papel, pequeños y grandes formatos se unen a piezas de escultura, una disciplina que siempre le ha acompañado y que alcanza ejemplos soberbios, como la parra colocada al final de un pasillo, delante de una ventana que da a un jardín de la antigua cartuja y que ofrece una composición única. Hierro pintado, hierro, escayola, madera y aluminio, bronce pintado, témpera, carbón sobre madera completan la reconstrucción del mundo íntimo de Laffón, que conecta con la desembocadura del Guadalquivir, territorio mítico como pocos, con referencias a la vendimia, la naturaleza o el trabajo del campo.
El comisario de la muestra, Juan Bosco Díaz Urmeneta, engloba la colección en un momento de libertad creativa de la artista, «una libertad formal que radicaliza su concepción del paisaje entendido como contemplación», desembarazada de las ataduras del pasado, y el inicio «de una nueva travesía que sorprende y deslumbra precisamente por esa libertad y radicalidad respecto a lo ya hecho». La propia Carmen Laffón aparece, a sus 80 años, renovada, más segura y resuelta a continuar una obra que le ha merecido premios como el Nacional de Artes Plásticas, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes o el título de Hija Predilecta de Andalucía.
De la amplia exposición, cuidadamente montada en las salas del monasterio cartujano, resulta imprescindible perderse en la sala dedicada a la recreación de las orillas de Bonanza con todas las luces posibles. Una serie de una docena de cuadros de gran formato que son el mejor exponente de esta visión de la obra de Laffón como una decidida inmersión en la contemplación del paisaje y de la luz, una invitación a perderse en los matices y las texturas posibles en torno a un mismo escenario.
El viaje de Laffón en esta colección, dice su comisario, comprende el Guadalquivir «desde la ribera de la Cartuja, cuando aún era 'terra ignota' hasta su llegada al mar en Sanlúcar de Barrameda, pero el viaje cambia al viajero y las obras de Carmen Laffón, midiéndose con los diversos temples del río, abren un segundo camino a través del propio paisaje: paisajes del encuentro inesperado en la Cartuja, de la vitalidad de las márgenes del río en Bonanza, de la mirada que espera y espía el vigor de la luz sobre el Coto desde Sanlúcar, de la inminencia del mar en La Jara».
No está, ni se le espera, en este contexto de pureza y lirismo, el retrato que la pintora hizo de Miguel Blesa por encargo de Caja Madrid, para la galería de presidentes. Por él se le preguntó en la rueda de prensa de presentación y Laffón dijo ignorar su paradero. Parece que está en los almacenes de la actual Bankia. No es un personaje como para exhibirlo.
La muestra puede visitarse hasta el 8 de febrero, y cuenta con la colaboración del Patronato de la Alhambra y del Centro de Cultura Contemporánea de la Universidad de Granada.