Cautela ante futuras repatriaciones
La vicepresidenta defiende que España tiene «una obligación» con sus nacionales, pero no avanza cómo se actuará en el futuro
MADRID. Actualizado: GuardarLa vicepresidenta del Gobierno no quiere avanzar acontecimientos y menos si hablamos de la posibilidad de nuevas repatriaciones en el futuro. «Paso a paso», subrayaban ayer fuentes gubernamentales, y Soraya Sáenz de Santamaría ahondaba en esa idea. «Yo no adelantaría nada», aseguró tras el Consejo de Ministros, sin aclarar cómo se va a proceder en caso de que en África se produzcan nuevos contagios de españoles.
Para el Ejecutivo es un asunto delicado. El traslado de los misioneros Miguel Pajares y Manuel García Viejo y su fallecimiento en Madrid desató lo que en los medios de comunicación se ha venido denominando «crisis del ébola». Desde que el lunes se conociera el contagio de la auxiliar de enfermería, Teresa Romero, todo está en revisión. Por eso, en el palacio de la Moncloa se insiste en pedir calma y cautela. Soraya Sáenz de Santamaría no se desmarca de las repatriaciones efectuadas. Es más, defendió que España tiene «una obligación con sus nacionales» y recordó que los misioneros eran ciudadanos de este país que habían solicitado su regreso.
«Se hizo de acuerdo con lo pautado por la Organización Mundial de la Salud y no hemos sido los únicos», explicó. En el Gobierno se pone como ejemplo que países como EE UU, Reino Unido, Alemania, Francia o Noruega también han actuado de la misma manera. Por eso, «con las debidas garantías», el Ejecutivo considera que hay que respetar los derechos de quienes, además, viajaron a África para cuidar a otras personas de manera solidaria y voluntariamente.
Por todo ello, la vicepresidenta quiso reconocer la tarea del padre Pajares y el doctor García Viejo, así como la de Teresa Romero, hospitalizada en el Carlos III de Madrid. Su entrega a los demás es la idea desde la que hay que «enfocarlo todo», según Santamaría.
Si nos referimos a próximas actuaciones, sin embargo, nadie se expresa con rotundidad. La número dos del Gobierno explicó que habrá que tener en cuenta la posición de la OMS, que es el organismo encargado de los protocolos, pero también los procedimientos que habiliten los estados. España no quiere desmarcarse en ningún caso de la comunidad internacional. «Son muchos los que han tomado las mismas decisiones que nosotros y queremos hacerlo hablando con ellos». El objetivo fundamental es trabajar coordinadamente y siempre teniendo en cuenta cómo se procede en África.