Policías locales de Arcos se la juegan para detener a un fugado condenado por tres homicidios
Se dio a la fuga en un control de la Guardia Civil y se adentró en Arcos, tratando de atropellar a los agentes que lo perseguían y poniendo en peligro a peatones
ARC0S. Actualizado: GuardarUna intervención de película que pudo haber terminado en tragedia. Agentes de la Policía Local de Arcos protagonizaron ayer, a eso de las 15.00 horas, una persecución a un individuo que, en principio, se había saltado un control de la Guardia Civil contra la prevención del tráfico de drogas. El hombre, un varón de 41 años que responde a las iniciales de J.M.M.L., se saltó el dispositivo y se adentró en Arcos con la intención de darse a la fuga, por lo que desde la Benemérita se requirió la ayuda de la Policía Local.
La patrulla de agentes que intervino trató de darle el alto nada más entrar en la avenida Miguel Mancheño, para lo que llegaron a cruzar el vehículo en la calzada tratando de obligarle a parar. El hombre no desistió en su intención de fugarse y se montó sobre la acera con el coche llegando incluso a estar a punto de atropellar a una mujer que caminaba por la zona con su bebé, al que llevaba en un carrito, además de poner en peligro a los demás peatones que había en la zona. Los agentes siguieron en la persecución y lo alcanzaron en la zona de Motos González, donde colisionó con el coche contra la base de un cartel. Desde ahí emprendió la huida a pie pero los policías locales siguieron en sus trece y lo siguieron hasta que uno de ellos logró abalanzarse sobre el hombre y pudo detenerlo.
La sorpresa para los policías que intervinieron en el dispositivo fue mayúscula cuando comprobaron que el huido no sólo llevaba una cantidad considerable de hachís sino que se trataba de un preso que se fugó de prisión mientras cumplía una condena por tres homicidios. Algo que hacía todavía más meritoria la actuación de la Policía Local ya que los agentes llegaron a poner en peligro su propia vida. Según testigos presenciales «llegó a tratar de embestir a los policías con el coche con no muy buenas intenciones». Una vez en la Jefatura pudieron comprobar que existía un aviso en la zona porque se había visto a este individuo «muy peligroso» moviéndose entre la Sierra de San Cristóbal y la Zona Sur de Jerez, alertando incluso de que iba armado. El detenido se negó a identificarse ante los agentes y fueron estos los que se dieron cuenta de que era el protagonista de uno de esos carteles que se difunden entre las Comisarías y Jefaturas de policía alertando de su peligrosidad.
Fugado
El individuo se fugó en 1991 de la cárcel de Picassent, en Valencia, y desde entonces se encontraba en paradero desconocido. Por las redes sociales se había difundido una imagen suya de vecinos que alertaban de su presencia junto a algunos colegios de la localidad, asegurándose que estaba fotografiando a niños, aunque estos hechos no han podido ser confirmados de momento. Lo que sí que es cierto es que su fuga se produjo cuando estaba cumpliendo condena por tres homicidios con torturas.
Los vecinos de la zona no daban crédito a lo sorprendente de la actuación que los agentes de la Policía Local llevaron a cabo, poniendo en peligro incluso su integridad física. Una actuación que en cualquier lugar que se precie sería digno de una condecoración.