«Ponemos la mano en el fuego por el trabajo de Teresa»
El personal sanitario del Carlos III denuncia la falta de formación y recursos y pide la dimisión de Ana Mato mediante una protesta
MADRID. Actualizado: GuardarSon días difíciles para el personal sanitario del Hospital Carlos III. La preocupación y el miedo por el estado de salud de su compañera Teresa, que dio el lunes positivo por ébola, se suman a la creciente indignación por lo que consideran una deficiente gestión de las administraciones pertinentes.
Los profesionales del centro madrileño destacaron ayer la falta de formación y recursos con la que se han encontrado frente a una enfermedad completamente nueva, ante la que carecían de experiencia alguna. Consideran una temeridad la decisión de elegir un centro que se pretendía desmantelar y que se encontraba ya en transición como sede para el tratamiento de los misioneros repatriados y aseguraron que el material empleado no ha sido el mejor posible.
Por todo ello, un grupo de profesionales del Carlos III se manifestó sobre las 11.00 horas frente a las puertas del centro para de esta manera mostrar su indignación con las medidas tomadas. «Han desmantelado el Carlos III, le recomendamos a la ministra que se ponga en la situación de los trabajadores sanitarios. Aquí venimos a trabajar, no a jugarnos la vida», aseguró una enfermera.
«Nosotros no somos voluntarios ni cooperantes, somos trabajadores del hospital y hacemos lo que nos digan, el protocolo se ha cumplido, todos tenemos familia e hijos. Ponemos la mano en el fuego por el trabajo de nuestra compañera», explicaron de manera rotunda varios profesionales del hospital.
Por otra parte, el mismo personal del centro quisieron desmentir el control exhaustivo al que la Administración asegura que ha sometido a los profesionales encargados del cuidado de Miguel Pajares y Manuel García Viejo. «Que comprueben cuántas analíticas me han realizado, el control se ha limitado a simples llamadas telefónicas de manera periódica», detalló una de las enfermeras que atendió a los dos religiosos repatriados durante su estancia en el centro médico.