Sociedad

Nace en Suecia el primer bebé tras un trasplante de útero a la madre

La mujer, que carecía de este órgano, producía óvulos con total normalidad, por lo que los médicos realizaron una fertilización 'in vitro'

MADRID. Actualizado: Guardar
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Una mujer dio a luz el pasado mes de septiembre tras haberle sido transplantado el útero. La mujer, de 36 años y nacionalidad sueca, había nacido sin útero a consecuencia de una afección genética. Este trasplante realizado por facultativos del país escandinavo es presentado como un avance en las terapias contra la fertilidad.

Según recoge la revista The Lancet, la mujer, que deseaba ser madre se puso en manos del equipo dirigido por el profesor Mats Brännström, experto en ginecología y obstetricia de la Academia Sahlgrenska de la Universidad de Gotemburgo, que durante los últimos diez años había venido trabajando en el transplante de útero con mujeres que o bien hubieran nacido sin él; que tras un primer embarazo no pudieran llevar a término otra gestación; o que por algún tipo de enfermedad habrían tenido que extirpárselo. La carencia de útero era, hasta ahora, considerada como una de las causas de infertilidad femenina fuera del alcance de las posibilidades terapéuticas, según destacan los expertos.

La mujer se puso en manos de los especialistas que, antes del transplante, comprobaron que sus ovarios funcionaban correctamente y producían óvulos sanos. De esta manera, extranjero once óvulos para congelarlos y, posteriormente, implantarlos en el útero de la paciente fecundados 'in vitro'.

El problema fue encontrar un útero compatible con el organismo de la mujer. Según el artículo de la revista médica, esto resultó fácil. Una amiga de la familia, de 61 años y que desde hacía siete tenía la menopausia, donó el suyo.

La futura madre fue trasplantada hace un año. Tras observar que no había rechazo. La primavera pasada los médicos le implantaron un óvulo fertilizado con esperma del marido. La gestación comenzó con toda normalidad. «Fue un éxito tras más de diez años de investigaciones y de preparación quirúrgica de nuestro equipo», explica el profesor Mats Brännström, que destaca que la intervención «abre la esperanza a numerosas mujeres que sufre de infertilidad uterina». «Además, esta intervención viene a demostrar la viabilidad del trasplante de útero de una donante viva, aun cuando la donante sea menopáusica», agrega.

Pequeño rechazo

Durante la gestación, la mujer solo tuvo que ser tratada con corticoesteroides por el equipo médico debido a un principio de rechazo del embrión. Sin embargo, no tuvo necesidad de guardar reposo hasta la víspera de alumbramiento. El bebé se desarrollaba con toda normalidad hasta la semana 31 de gestación, pero los médicos tuvieron que practicar una cesárea al observar que la madre presentaba eclampsia -convulsiones debidas a la hipertensión-, lo que afectaba también al sistema coronario del bebé.

El niño pesó 1,775 kilos. Tras tres días internada, la madre fue dada de alta, mientras que el niño abandonó la incubadora diez días más tarde. Para el profesor Brännström, el haber conseguido llevar a término este tratamiento representa «una felicidad fantástica, no podíamos creer lo que habíamos conseguido».

Los médicos mantienen total reserva sobre la identidad de esta mujer y su pareja, ambos deportistas de élite. Ella es una de las nueve mujeres suecas que en 2013 se sometieron a un trasplante de útero de donante viva, realizado por el equipo del profesor Brännström. Siete de las pacientes carecían total o parcialmente de vagina y útero, un síndrome que afecta a una de cada 5.000 mujeres en el mundo. Estas mujeres no han sido la primeras en recibir un trasplante de útero de donantes vivas. En los casos anteriores, todas las intervenciones terminaron en fracaso. La primera tuvo lugar en el año 2000, en Arabia Saudí. A los tres meses tuvieron que extraer el útero trasplantado al detectar su necrosis.

El embarazo más largo, en este caso el trasplante de una donante fallecida, fue realizado en 2011 en Turquía. El embarazo terminó en aborto. The Lancet destaca que sólo en el Reino Unido hay más de 12.000 mujeres que no pueden quedarse embarazadas por infertilidad de origen uterina.