Artur Mas preside en el Palau de la Generalitat la reunión con los representantes de los cuatro partidos que respaldan el referéndum del 9 de noviembre. :: REUTERS
ESPAÑA

Mas consigue abrochar una precaria unidad sobre el 9-N tras una tensa cumbre soberanista

Esquerra acusa al presidente de la Generalitat de pensar solo en las elecciones plebiscitarias y no en el referéndum

BARCELONA. Actualizado: Guardar
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El proceso soberanista catalán vivió ayer sus horas más decisivas desde que Artur Mas y Oriol Junqueras iniciaron, hace dos años, un camino con final de trayecto en el 9 de noviembre. La unidad de CiU, Esquerra, Iniciativa y la CUP está más en el alero que nunca por las dudas mostradas por el presidente de la Generalitat sobre el referéndum.

Mas convocó a los líderes de los cuatro partidos que impulsan la consulta para tratar de consensuar en una cumbre en el Palau de la Generalitat otra hoja de ruta como respuesta a la suspensión del Constitucional del referéndum y la reunión constató que la unidad del soberanismo, uno de los pilares del proceso, junto a la movilización social, agoniza. El presidente catalán, Junqueras, Joan Herrera y David Férnández, además de Jordi Turull, Ramón Espadaler, Francesc Homs, Joana Ortega, Marta Rovira, Joan Mena y Quim Arrufat, tras siete horas de reunión, quisieron enviar una imagen de unidad y de compromiso firme con el 9-N. «Ha ido bien. Eso es muy importante. Seguimos adelante. Y lo haremos juntos», afirmó Mas.

Con el encuentro maratoniano, los actores principales del proceso independentista ganaron tiempo, una semana o diez días como máximo, que es el plazo que los partidos independentistas creen necesario para que el dispositivo preparatorio del referéndum esté listo y permita la celebración de la votación con garantías democráticas. Este fue precisamente el punto de fricción entre ERC y CUP, por un lado, y el Gobierno catalán, por otro.

Las formaciones independentistas exigieron a Mas que les pusiera al día sobre los preparativos de la consulta. Por lo que escucharon llegaron a la conclusión de que el Gobierno catalán está muy «verde» en lo que a la logística de la consulta se refiere. Algunos de los asistentes, sobre todo los representantes de Esquerra, dudan que la Generalitat lo puede tener todo listo el 9-N. Pero lo que más molestó a las fuerzas independentistas fue la falta de compromiso real del presidente de la Generalitat con la propia consulta. Esquerra, Iniciativa y la CUP le habían pedido gestos de su compromiso inequívoco y se fueron con las manos vacías. Aunque en la víspera Mas firmó el decreto de constitución de la junta electoral, ayer evitó comprometerse a reanudar otros trámites preparatorios. De ahí que los independentistas concluyeran con decepción que ya no piensa en la consulta, sino que está en la siguiente fase, la de las elecciones plebiscitarias.

«Es ahora o nunca», dijeron desde Esquerra. «Nunca vamos a tener la movilización social que tenemos en Cataluña, si Mas no está dispuesto ahora a desobedecer al Constitucional, ¿cuándo lo va a estar?», se preguntaron.

A su juicio, Mas ha subido al campo base del Everest con la firma del decreto de convocatoria, y a partir de ahí ha empezado a bajar sin haber intentado hacer cima. Una metáfora que muestra el enfado de Esquerra, que acusa al presidente de la Generalitat de haberles engañado, pues en la reunión que el jefe del Ejecutivo mantuvo con Junqueras en agosto le anticipó que no habría consulta, mientras que en una cita reciente transmitió lo contrario.

De un hilo

La unidad, por tanto, pende de un hilo, y si la cohesión del soberanismo no ha saltado por los aires es porque nadie quiere aparecer ante la ciudadanía, que en las multitudinarias manifestaciones pide a sus políticos que no se arruguen, como el culpable de la ruptura. Los partidos soberanistas dan por hecho ya que no habrá consulta del 9-N o si se celebra se hará de manera precaria y con pocas garantías para que tenga una validez internacional.

Al término de la reunión Mas compareció junto a los otros líderes, que escenificaron una buena sintonía y consenso, aunque evitaron concretar los acuerdos y no aclararon cómo tienen previsto reanudar los preparativos para la consulta. «Las dificultades las iremos subsanando», dijeron. «Iremos viendo» sobre la marcha, apuntaron. No precisaron si piensan volver a poner en marcha la campaña institucional de la consulta y si activarán ya los trabajos paralizados. «Iremos avanzando y adaptándonos a las dificultades. Iremos salvando las adversidades», precisó Joana Ortega.

El presidente de Esquerra, Oriol Junqueras, aseguró que son «conscientes de las dificultades que el Gobierno central pone para que los catalanes puedan votar». Pero estas «dificultades son un reto». «Hemos trabajado para conseguir que podamos votar el 9-N. El compromiso es que votemos el 9-N y eso es a lo que nos hemos comprometido», Oriol Junqueras. «Desde la esperanza, hay que hablar poco y trabajar mucho. Hay que obedecer el mandato de la ciudadanía. Hay que votar el 9-N», dijo.