Kim Jong-un, con las futbolistas de Corea del Norte. A la derecha, unos zapatos cubanos. :: AFP
Sociedad

Tacones pesados

La obesidad y el calzado que Kim Jong-un usa para parecer más alto, causas de que supuestamente el dictador se haya roto los dos tobillos

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El líder norcoreano es, estos días, algo menos líder. Según apunta el diario británico 'The Telegraph', Kim Jong-un se encontraría ingresado en un centro hospitalario de Pyongyang. Los indicios están ahí: la maquinaria propagandística del régimen informaba ayer de que el dictador había enviado un mensaje de felicitación al presidente chino, Xi Jinpin, por el aniversario de la fundación del país, pero lo cierto es que ya ha pasado casi un mes desde que fue visto en público por última vez. Y esto es lo que ha hecho saltar todas las alarmas, ya que, desde que tras la muerte en diciembre de 2011 de su padre, Kim Jong-il, el 'líder supremo' tomara el timón del régimen, sus visitas a fábricas e instalaciones civiles militares y otras actividades públicas han sido divulgadas y ensalzadas con una alta frecuencia por los medios estatales.

En la vecina Corea del Sur, medios de comunicación y expertos se han apresurado a formular varias hipótesis para responder a tan misteriosa desaparición. Todo apunta a que el dictador se habría fracturado los dos tobillos debido al sobrepeso que soportan -son 127 kilos con una altura de 1,74 metros de altura- y al uso de tacones cubanos para lucir una figura más 'imponente'.

Una serie de caminatas en las semanas previas podría haber sido la causa de que Kim Jong-un haya sufrido esguinces en ambos tobillos que, finalmente, al no tratarse, habrían desembocado en dos fracturas. La publicación británica añade que a mediados de septiembre, los servicios médicos le sometieron a una operación quirúrgica de la que ahora está recuperándose.

Otros, sin embargo, apuntan a que el dictador padece de gota, aunque es imposible confirmarla debido al tradicional silencio que rodea a la élite norcoreana y sobre todo, al legendario hermetismo de los miembros de la dinastía Kim.

De momento, el Gobierno norcoreano apenas se ha pronunciado al respecto, aunque sí manifestó, tras emitir unas imágenes a través de la televisión estatal KCTV en las que aparecía cojeando, que el joven dirigente sufría algún tipo de «malestar» sin especificar, en un hecho sin precedentes en la historia del régimen, que siempre ha ocultado cualquier problema de salud de sus líderes. En este caso, como siempre, será difícil resolver el misterio.