![](/cadiz/prensa/noticias/201410/02/fotos/9505968.jpg)
Turquía declara la guerra al Estado Islámico y a El-Asad
Actualizado: GuardarGuerra al Estado Islámico (EI) y guerra a Bashar el-Asad, esta es la fórmula que defiende el presidente turco, Recep Tayip Erdogan, en vísperas de que su país dé luz verde a la cooperación militar con la alianza que lidera Estados Unidos. «Lanzar toneladas de bombas desde el aire es únicamente una solución temporal y sólo posterga las amenazas y el peligro», aseguró el mandatario otomano en su discurso de ayer ante el Parlamento.
Durante su alocución, Erdogan insistió en la necesidad de cambiar el régimen de Damasco, postura que defiende desde el estallido de las revueltas en Siria. Las protestas contra El-Asad pronto degeneraron en una continua lucha entre civiles que ya ha costado la vida a más de 190.000 personas, según datos de Naciones Unidas.
Turquía comparte una frontera de más de 1.000 kilómetros con Siria e Irak, un límite territorial cuyo punto más caliente en las últimas semanas es la zona próxima a la ciudad de Kobani, en el Kurdistán sirio. Los milicianos del EI sitian este lugar, bombardean el centro urbano y han ocupado 324 de las 354 aldeas, lo que ha empujado a más de 130.000 kurdos a buscar refugio al otro lado de la frontera.
Ankara mantiene decenas de tanques y vehículos blindados en una colina cercana a Kobani, pero espera la autorización del Parlamento. Hasta ahora el Ejército tenía un mandato que le permitía bombardear posiciones de milicias kurdas en el norte de Irak y defenderse de cualquier provocación del régimen sirio Por encima del asedio islamista a los kurdos -en esta zona el partido principal es el PYD, fuerza hermana del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) enfrentado a Ankara desde hace tres décadas- Turquía ha mostrado su preocupación por la invasión de la vecina tumba de Solimán Schah por parte de los yihadistas. El EI arremete de forma sistemática contra este tipo de monumentos y no parece que vaya a frenarse ante el padre del imperio otomano, enterrado en suelo sirio, pero cuyo mausoleo es considerado enclave turco y allí luce la bandera roja con la media luna y la estrella.
Mientras el foco mediático se ha desviado de la guerra civil a la intervención internacional, un doble atentado suicida a las puertas de una escuela en la parte de Homs bajo control del régimen costó la vida al menos a 39 personas, la mayoría niños, según informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).