El Banco de España augura problemas para la banca catalana con la independencia
El Gobierno insta a Artur Mas a que retire su «órdago» antes de empezar a negociar nada
MADRID. Actualizado: GuardarLa advertencia era conocida, pero verbalizada por el Banco de España adquiere tintes más inquietantes para las entidades financieras domiciliadas en Cataluña. El gobernador Luis María Linde dibujó dos consecuencias en el caso de una segregación de España: los bancos catalanes no podrían recurrir a los fondos del Banco Central Europeo y la seguridad de sus depósitos no sería la misma que antes de la independencia.
El máximo responsable del Banco de España prescindió de los paños calientes y expuso con crudeza las consecuencias para la banca catalana de una ruptura territorial. «Los bancos domiciliados (en Cataluña) -dijo- dejarían de hacer operaciones con el Banco Central Europeo» fruto de la inevitable salida del euro. Linde señaló que quienes hablan de negociaciones para seguir en el circuito de la moneda europea después de una declaración de independencia utilizan argumentos «que no son reales y no responden a lo que ocurriría» en ese escenario. La expulsión no se podría evitar, sentenció, porque «es algo automático». Decir otra cosa, remachó, «no vale para nada».
Desde la Generalitat de Cataluña, sobre todo sus responsables económicos, se defiende que la declaración de independencia no implica la obligatoria salida del euro. De ser así, mantienen en el Gobierno de Artur Mas, se podría abrir un proceso de negociación para tener acceso a la divisa pese a estar fuera del club comunitario. Otro argumento recurrente de los independentistas es que el poderío económico de Cataluña está por encima del de muchos socios de la UE y Bruselas tendría que hacer una excepción.
Pero el gobernador del Banco de España fue lapidario. Durante su comparecencia de ayer en la comisión de Presupuestos del Congreso y ante los requerimientos de los diputados sobre las consecuencias financieras de la independencia, señaló que sería inútil que una Cataluña segregada declarase que su moneda nacional es el euro porque estaría fuera de la unión monetaria. Puso el ejemplo de aquellos países que han establecido como moneda nacional el dólar norteamericano, pero, sin embargo, no gozan de la protección de la Reserva Federal de Estados Unidos.
Aseguró que los bancos domiciliados en suelo catalán al no tener acceso a la liquidez del BCE deberían buscar sus recursos financieros en el mercado interbancario, «como si fueran un banco chino a americano», que tiene condiciones más gravosas para el deudor.
Seguridad distinta
Linde indicó que también sufrirían las consecuencias los clientes de esos bancos porque sus depósitos tendrían una seguridad «muy distinta» a la que tienen ahora. Sería así, añadió, porque los bancos tendrían su pasivo en euros, pero estarán imposibilitados para acceder a la financiación del banco regulador de la Unión Europea.
El análisis del gobernador del Banco de España fue complementado con las admoniciones desde el Gobierno a Artur Mas para que acate con todas las consecuencias la orden del Tribunal Constitucional de suspender el referéndum del 9 de noviembre. El titular de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, pidió al presidente de la Generalitat que retire «el órdago» independentista que ha puesto sobre la mesa. Cuando lo haga, garantizó, «nos podremos sentar a hablar», aunque no dijo de qué.
Margallo advirtió a Mas de que corre el riesgo de que el proceso soberanista se le vaya de las manos y pase del debate político a las movilizaciones en la calle. Un cambio que, a su juicio, sería «extraordinariamente peligroso». El ministro señaló en la cadena Ser que cuando estos procesos desbordan el marco institucional se adentran en un terreno «que no se conoce» con el peligro que ello comporta.
Ya en tono más conciliador, el jefe de la diplomacia reconoció que era posible que «se hayan hecho las cosas mal por las dos partes», pero hay que pasar página. Es la hora, sostuvo, «de bajar el suflé, curar heridas y volver al diálogo».