Tanques de Turquía en la frontera con Siria, cerca de Suruc. Abajo, el Ejército de Ankara expulsa a refugiados kurdos. :: BULENT KILIC / AFP
MUNDO

Turquía envía tanques a la frontera

La llegada de yihadistas a cinco kilómetros del enclave kurdo de Kobani, en el norte de Siria, enciende las alarmas en el Gobierno de Ankara

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El Ejército turco toma posiciones en la frontera siria y durante las últimas horas ha desplegado al menos cuarenta tanques en una colina próxima a Kobani, según recoge la agencia kurda Firat. Los milicianos del Estado Islámico (EI) rodean este enclave kurdo del norte de Siria desde hace semanas y han logrado situarse a apenas cinco kilómetros del centro urbano, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). Es el avance más importante conseguido por los yihadistas. El responsable del OSDH, Abdel Rahman, declaró a AFP que «al menos 16 cohetes cayeron en el centro por primera vez, dejando un muerto y varios heridos». La intensidad de los combates entre islamistas y milicianos de las Unidades de Protección Popular (YPG, en kurdo), establecidas por el Partido para la Unión Democrática, el más importante de la zona, provocó el impacto de varios proyectiles en el lado turco de la frontera, lo que encendió las alarmas en Ankara.

El Gobierno turco pedirá el jueves autorización al Parlamento para cooperar militarmente con la alianza liderada por Estados Unidos contra el EI. Tras permanecer en la sombra durante los primeros momentos, Ankara da un paso al frente después de haber logrado la liberación de medio centenar de ciudadanos secuestrados por el EI. En el caso de Kobani, las autoridades turcas se enfrentan al dilema de combatir a los islamistas en apoyo del Partido para la Unión Democrática, el brazo del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en Siria, incluido en la lista de organizaciones terroristas de EE UU y la Unión Europa por petición de Ankara.

Los bombardeos de la alianza continuaron ayer castigando posiciones del EI, pero siguieron esquivando Kobani pese a las peticiones de ayuda de las autoridades kurdas y al éxodo de más de 130.000 personas por el empuje yihadista. El Pentágono informó de que las fuerzas estadounidenses llevaron a cabo ocho nuevos ataques aéreos en Siria y otros tres en Irak.

Entre los objetivos del día se encontraban dos posiciones próximas a Raqqa, bastión insurgente en el norte del país, además de «un campo de entrenamiento» y un grupo de vehículos «en una zona de estacionamiento adyacente a unas instalaciones de almacenamiento de cereales» controladas por los extremistas cerca de Manbij, al norte de Alepo.

El OSDH denunció la muerte de al menos dos civiles en esta operación, con lo que las víctimas entre la población desde el inicio de los bombardeos en Siria superarían las cuarenta. El portavoz del Mando Central, coronel Patrick Ryder, aseguró que «somos conscientes de las informaciones sobre supuestas bajas civiles, pero no tenemos ninguna evidencia que (las) corrobore». La zona bajo influencia del EI es un agujero negro informativo.

El ministro de Exteriores sirio, Walid al-Moalem, aprovechó su intervención en la Asamblea General de la ONU para reiterar que su país apoya «todos los esfuerzos internacionales en la guerra contra el terrorismo». Una muestra más de la sintonía, hasta el momento. entre el régimen de Bashar el-Asad y la alianza.