Netanyahu compara a Hamás e Irán con el Estado Islámico
NUEVA YORK. Actualizado: GuardarHace dos años Benjamin Netanyahu advirtió al mundo, con un dibujo propio de cómic, que Irán podría tener suficiente uranio enriquecido para atacar Israel en cuestión de meses. El tiempo ha restado credibilidad a su amenaza, pero no a su determinación de alienar al mundo contra el país islámico que considera su peor enemigo, como dejó claro de nuevo en la ONU.
Si cuando EE UU comenzó la campaña contra el Estado Islámico el primer ministro israelí le acusó de perder de foco al verdadero enemigo, ahora que la peligrosidad del EI ha dejado pequeño a Irán, Netanyahu ha cambiado de estrategia. En su discurso de ayer ante la ONU se unió a los que «correctamente han aplaudido al presidente Obama por liderar los esfuerzos para confrontar al EI», también llamado ISIS, una organización que equiparó a Hamás y a Irán, que a su juicio es la máxima expresión de las ambiciones globales del grupo terrorista.
«ISIS es Hamás y Hamás es ISIS», insistió el primer ministro hebreo, con el mismo infantilismo de la bomba inexistente. «Hamás es una rama del mismo árbol envenenado», aseguró. De nada sirve que la Guardia Revolucionaria iraní utilice las bases iraquíes para atacar a ISIS, porque para Netanyahu suníes y chiíes son la misma amenaza. «Puede sonar exagerado pero también sonaba así cuando se decía de Hitler», aprovechó para decir.
En su opinión, el EI, Irán, Boko Haram, Hezbolá y todos los demás extremistas «sólo están en desacuerdo sobre quién será el maestro de los maestros», pero comparten la meta de «dominar al mundo».
El jueves pasado, el presidente iraní Hasán Rohani compartió su preocupación por «el terrorismo globalizado», pero su discurso no debió impresionar a Netanyahu, que se refirió a sus «lágrimas de cocodrilo» y le recomendó que mejor hablase con su guardia revolucionaria, a la que acusó de perpetrar ataques en cinco países desde 2011. Su propósito, observó, es solamente lograr el levantamiento de las sanciones para continuar con su programa nuclear. Netanyahu pidió al mundo que no flaquee en apretar las tuercas a Teherán, por mucho que este alegue querer usar el uranio enriquecido para fines civiles.
Reproches a Palestina
Para Palestina, que le había precedido en la tribuna de Naciones Unidas, no tuvo mejores palabras, convencido de que su papel era «desmontar las mentiras que contra su país» se habían dicho en ese púlpito. Lejos de sentirse intimidado por los 1.865 muertos que dejó la reciente invasión de Gaza, casi la mitad mujeres, niños y ancianos, Netanyahu calificó al Consejo de Derechos Humanos de la ONU de «Consejo de los Derechos de los Terroristas» por exponer el número de víctimas inocentes que tanto dice lamentar.
Al devolver la pelota exhibió una imagen de la televisión francesa con la que probar que Hamás lanzaba misiles desde áreas pobladas. «¡Esto es un crimen de guerra!», acusó. «Nosotros usamos nuestros misiles para proteger a los niños, ellos usan a los niños para proteger a sus misiles».