Francisco se dispone a abrazar al Papa emérito, Benedicto XVI. :: TIZIANA FABI / AFP
Sociedad

El Papa pide que no se olvide a los ancianos

Francisco demanda que los centros geriátricos sean «realmente casas y no prisiones»

ROMA. Actualizado: Guardar
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El papa Francisco pidió ayer que las residencias de ancianos sean «realmente casas y no prisiones», durante el discurso que pronunció en la plaza de San Pedro en ocasión de la «Fiesta de los Abuelos». Ante cerca 40.000 ancianos que llenaron la plaza, el pontífice argentino dijo: «no pueden existir centros donde los ancianos vivan olvidados y escondidos». «Las residencias deben ser pulmones de humanidad en un país, en un barrio o en una parroquia. Deben ser santuarios de humanidad donde quien es viejo y débil es cuidado como un hermano mayor».

Francisco reiteró su denuncia contra la llamada «cultura del descarte» y aseguró que el abandono de los ancianos es como «una eutanasia escondida». Para el Papa, «un pueblo que no protege a sus abuelos y no les trata bien es un pueblo que no tiene futuro. No tiene futuro porque pierde la memoria y se separa de sus raíces». «Una de las cosas más bonitas en una familia es poder acariciar a un niño y dejarse acariciar por el abuelo o la abuela», indicó.

Durante la ceremonia que fue amenizada por cantantes como el tenor Andrea Bocelli, Massimo Ranieri y Claudio Baglioni, tomaron la palabra varias familias que relataron su testimonio. Entre ellas se encontraba una pareja de ancianos cristianos procedentes de Erbil, en el Kurdistán iraquí, ambos de 70 años y padres de diez hijos, que tuvieron que escapar de la zona en agosto tras el asedio de los extremistas del Estado Islámico (EI).

A ellos se refirió el pontífice cuando aseguró que «la violencia contra los ancianos, como contra los niños, es algo inhumano». «La vejez es un tiempo de gracia en el que el Señor nos renueva su llamada y nos dice que transmitamos la fe y recemos e intercedamos ante quienes tienen necesidades», expresó Francisco. Además, dio las gracias a Benedicto XVI por participar en la primera parte de este encuentro dedicado a los ancianos y aseguró que vivir con él en el Vaticano es como «tener el abuelo sabio en casa». Francisco abrazó con cariño al Papa emérito.