Miguel Arias Cañete, candidato a comisario de Energía. :: F. A. / EFE
Economia

Cañete se la juega en la Eurocámara

El exministro se someterá el miércoles a un duro examen político de tres horas que le llevará o no a ser comisario

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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Corría septiembre de 2004 cuando Hungría propuso formalmente que Laszlo Kovacs fuese el próximo comisario húngaro en la primera Comisión Europea presidida por José Manuel Durao Barroso. El mandatario portugués hizo el reparto y dio a Kovacs la cartera de Energía. Craso error. La Eurocámara tenía la última palabra y enmendó la plana por la falta de preparación del examinado. «A Energía no, pero a otra área, quizá», le vino a decir la Cámara. Kovacs finalmente fue propuesto como nuevo titular de Fiscalidad y entonces sí, sus señorías dieron el plácet.

Una década después, los viejos fantasmas vuelven a sobrevolar Bruselas. Comisario, Energía, críticas, Parlamento Europeo, polémica, examen... Los ingredientes son demasiado parecidos, pero el resultado no tiene por qué ser el mismo que el de 2004. En eso se afana Miguel Arias Cañete, el exministro español de Agricultura que el miércoles, a las seis de la tarde, se enfrentará durante tres horas al que quizá es su examen más complicado en una trayectoria política que ha sido de lo más variopinta. Concejal, parlamentario autonómico, senador, diputado nacional, ministro... Y europarlamentario.

La meta es clara: Arias Cañete quiere ser comisario de Acción Climática y Energía a partir del próximo 1 de noviembre, fecha prevista -que no cerrada- para que eche a andar la nueva Comisión Europea presidida por el luxemburgués Jean-Claude Juncker. El jueves recibió el plácet jurídico para seguir en la carrera, pero el mal trago político todavía está por llegar. Así lo ha advertido todo el arco parlamentario comunitario, sobre todos los de izquierdas y abanderados por los socialistas españoles (el PS europeo es clave al sumar con el PP una holgada mayoría). También UPyD se ha posicionado en contra del nombramiento, así que el rechazo en la bancada española es mayoritario.

El que es considerado uno de los colaboradores más fieles de Mariano Rajoy ha sido encuadrado en el grupo de candidatos potencialmente rechazables por una Eurocámara a la que siempre le ha gustado cobrarse alguna pieza política para demostrar su peso real en el organigrama comunitario (provocó dos bajas en 2004 además del mencionado cambio de cartera del húngaro, y una en 2010).

El apoyo socialista, clave

Cañete llegó con mal pie a Bruselas tras su patinazo verbal sobre Elena Valenciano, declaraciones que fueron tachadas de machistas durante la campaña electoral y por las que tuvo que disculparse. El eco fue mucho, pero el gran problema no es éste, sino las participaciones que hasta hace dos semanas tenía en dos empresas del sector petrolero que son propiedad de la familia de su mujer, los Domecq. Todo ha sido vendido, pero los grupos políticos insisten en que «una persona con ese historial no puede ser comisario precisamente de Energía».

Todo está en el alero. Cada comisario no se somete a una votación individual, sino que es la Comisión Juncker en su conjunto la que recibirá el voto favorable o negativo de la Eurocámara. No obstante, después de estas audiciones que se celebrarán desde hoy y hasta el 7 de octubre, cada comisión se reúne y emite informes sobre los aspirantes, que luego son analizados por los grupos y refrendados por la conferencia de presidentes. Esto será el día 9, fecha en la que el Parlamento 'orientará' a Juncker sobre a quién debe mover si quiere que su Comisión sea aprobada el 22 de octubre en Estrasburgo. ¿Estará Miguel Arias Cañete?