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Familiares y compañeros despiden a Manuel García, «un gran hombre de verdad»
Los restos del misionero fueron enterrados en el panteón de su Orden junto a los de Miguel Pajares, el otro español fallecido por el ébola
MADRID. Actualizado: GuardarElizabeth Yamasa puso rostro y voz al drama que viven miles de sus compatriotas a causa del ébola, enfermedad que acabó con la vida de Manuel García Viejo el pasado jueves. Esta joven sierraleonesa, entre lágrimas, agradeció el trabajo que está haciendo la orden de San Juan de Dios en toda el África occidental, la zona más castigada por la pandemia. «Lo que ha hecho por mi país no hay palabras que lo describan», indicó Elizabeth durante el funeral del misionero religioso celebrado ayer en la capilla del hospital San Rafael de Madrid.
«Era un gran hombre de verdad», indicó la joven. Gracias a otro miembro de la orden, José Luis Garaoya, pudo estudiar en España. Además, Garaoya mantenía una relación directa con García Viejo, ya que mandaba a los enfermos del pueblo de Elizabeth a que fueran atendidos por el misionero leonés. A su despedida, acudieron unas 200 personas entre familiares, compañeros y amigos. El superior general de la orden, Jesús Etayo, acudió desde Roma para despedir al segundo miembro de su comunidad que fallece por culpa de esta pandemia sin cura que ha causado cerca ya de tres mil muertos. «Era sencillo, amable, un poco tímido. Estaba alejado de cualquier protagonismo, preocupado toda su vida por los enfermos y los pobres», glosó Etayo.
La misa fue oficiada por el obispo José Luis Redrado, acompañado por una veintena de miembros de San Juan de Dios, y estuvo presidida por la urna con las cenizas del religioso. Siguiendo el escrupuloso protocolo de seguridad, cualquier finado de una enfermedad tan grave y contagiosa como el ébola debe ser incinerado. Además, sus compañeros depositaron el hábito de García Viejo, un escapulario, las constituciones de la orden de San Juan de Dios y un fonendoscopio, en recuerdo de su profesión de médico. «Es un estimulante ejemplo de humanidad y de fe», apuntó, por su parte, Miguel Ángel Barona, portavoz de la orden, quien también recordó a los tres miembros -entre ellos Miguel Pajares- que han perdido la vida en Liberia y Sierra Leona.
Corredor humanitario
Senegal decidió ayer abrir un corredor humanitario aéreo para permitir llevar ayuda a los tres países más afectados por el virus del ébola, después de haber cerrado sus fronteras el 21 de agosto. Un avión del Programa Mundial de Alimentos que transportaba personal humanitario desde Conakry -capital de Guinea- aterrizó en la tarde de ayer en el corredor humanitario, instalado en una base militar aérea cerca del aeropuerto de Dakar, la capital senegalesa.
El corredor está operativo desde hace dos días, según recoge AFP, y se abrió «en el marco de la solidaridad internacional». Nos hemos puesto de acuerdo [con las organizaciones internacionales y los países occidentales] para pasar [por el corredor] equipos, medicamentos y recursos humanos para salvar vidas» declaró ante la prensa la ministra senegalesa de Sanidad, Awa Marie Coll Seck.