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El Gobierno fulminará la consulta y dejará a Artur Mas en su laberinto
Advierte de que perseguirá todo acto que trate de preparar o ejecutar el referéndum tras su suspensión por el Constitucional
MADRID. Actualizado: GuardarEl Gobierno no tardó ni dos horas en comparecer para decirle a Artur Mas que la consulta de autodeterminación que acababa de convocar está ya muerta y que considera que ha cometido un grave error al tratar de desafiar al Estado, que le va a conducir a un callejón político y jurídico sin salida del que no piensan ayudarle a escapar salvo que renuncie a la vía rupturista.
El Ejecutivo, que sabe que cuenta con todos los instrumentos legales y coercitivos precisos para enfrentar el pulso de la Generalitat y los partidos soberanistas catalanes, garantizó que tomará, en cada momento, las medidas que sean necesarias ante cualquier intento por el contrario de desbordar las leyes o la Constitución o de ignorar el obligado cumplimiento de las sentencias y resoluciones de los tribunales.
El mensaje lo lanzó la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, que fue la persona encargada de poner en marcha en la misma mañana del sábado todos los mecanismos legales para impedir que el 9 de noviembre se celebre el referéndum independentista, en su papel de presidenta en funciones. El Ejecutivo, tras celebrar una reunión de la comisión de secretarios y subsecretarios para preparar el Consejo de Ministros extraordinario de mañana, quiso evitar cualquier imagen de vacío de poder, mientras Mariano Rajoy volaba de regreso de su viaje a China, y convocó una rueda de prensa en Moncloa para dar un respuesta inmediata al desafío de Mas.
El resumen de los argumentos de Santamaría es que la consulta del 9 de noviembre, diga lo que diga la Generalitat, es «un referéndum como la copa de un pino» para decidir sobre la salida de Cataluña de España y, por lo tanto, invade las competencias exclusivas del Gobierno y viola la Constitución, que consagra la unidad de la nación y dice que cualquier cambio en esta estructura territorial solo la pueden decir todos los españoles, en los que reside la soberanía nacional. «El referéndum no se va a celebrar, porque es inconstitucional», prometió.
Consejo de Estado
El Gobierno encargó de inmediato al Consejo de Estado el dictamen que certificará estas violaciones, que recibirá hoy por la tarde, y con este aval aprobará mañana, con Rajoy ya al frente del Consejo de Ministros, sendos recursos de inconstitucionalidad contra la ley de consultas y contra el decreto que en su nombre convoca el referéndum, que entregará de inmediato al Constitucional. La corte, que podría reunir a su pleno de inmediato, posiblemente el martes, admitirá a trámite las impugnaciones y suspenderá de forma cautelar, hasta que resuelva el fondo del asunto, la ley catalana y la consulta.
Sáenz de Santamaría quiso disipar malentendidos y aseguró que, una vez se declare la suspensión, todo acto que trate de preparar o ejecutar el referéndum o de desarrollar la ley será una violación de la resolución y que el Gobierno y la Fiscalía lo perseguirán.
Y es que la única respuesta que le cabe esperar desde ahora a Artur Mas de Mariano Rajoy es la ley y solo la ley. El Gobierno continuará colaborando con la Generalitat en su relación institucional ordinaria, pero no abrirá diálogo político alguno para dar cauce a las reivindicaciones de los soberanistas salvo que el president y CiU reculen y abandonen su desafío.
En palabras de Rajoy, se ha metido en ese «lío» solo y después de que le advirtiese que no se lo iba a permitir. Ahora, piensa, lo que haga tras quedarse sin consulta es cosa suya. El presidente está convencido de que su homólogo catalán no desobedecerá el veto del Constitucional y que, tarde o temprano, las aguas volverán al cauce constitucional. Sabe que es posible que en Cataluña la prohibición de la consulta conduzca a una radicalización de posturas políticas, con Ejecutivo de concentración independentista o elecciones plebiscitarías, pero no piensa mover el pie de la pared. Ni siquiera se plantea explorar la reforma de la Carta Magna que pide el PSOE.
El mensaje de Santamaría fue coincidente: «Lamentamos profundamente, y consideramos un error, la iniciativa del presidente de la Generalitat, que fractura y divide a la sociedad catalana y les aleja del de Europa y del sentir de los tiempos».