El peso de pedir para comer
Los miembros de las entidades vecinales han decidido paliar la situación de las barriadas y coordinan las acciones del banco de alimentos en la ciudad Las asociaciones de vecinos entregan comida a medio centenar de familias
SAN FERNANDO. Actualizado: GuardarCuando se entrega una bolsa llena de alimentos no hay alegría, satisfacción o recompensa espiritual. Hay dolor. Una persona con nombre y apellido que siente vergüenza por tener que pedir para comer. Lo que es peor; que tiene que pedir para que coman sus hijos. Hay desesperación, tormento. Hay depresión por sentir que no se ha sido capaz de proteger a esos pequeños que corren de un lado para otro ajeno a lo que ocurre. Se ha roto esa promesa que se hizo cuando se les cogió por primera vez en brazos.
El peso de la bolsa no es comparable al peso que se arrastra por tener la necesidad de ir a recogerla. Y de eso sabe bien Ana Garrido, representante de la Federación de Vecinos y la encargada de coordinar el Banco de Alimentos de la ciudad. Una iniciativa a la que la Federación decidió apuntarse, ya que la situación de las barriadas empeora por momento y aumenta el número de familias con necesidades por la crisis.
«Es duro y complicado porque en ocasiones ves a una persona que conoces, que durante toda su vida le ha ido bien y que ahora no tiene para darle de comer a su familia. Nos cuentan historias desgarradoras y además de los alimentos intentas dar un poco de ánimo. Somos consciente de lo difícil que resulta venir a recoger esta bolsa».
Tanto que desde la Federación se ha decidido eliminar la conocida como 'cola de la vergüenza'. El reparto de alimentos se hace de forma escalonada, en varios días y en diferentes horas. «Yo personalmente ni siquiera he ido al reparto. Voy a recoger, a llevar comida, pero no al reparto. Tenemos unos voluntarios que se encargan de ello, que han estado en contacto directo con esas personas y yo no pinto nada. Pero es que además tengo que confesar que es superior a mí. Ver esa situación puede conmigo y me destroza. No se entiende cómo no se hacen más políticas encaminadas a erradicar algo que parece de otras épocas, de otros países, pero que ocurre aquí en San Fernando cada día. Familias como cualquier otra de cualquier barrio que no tienen para comer», asegura el presidente de la Federación, Antonio Romero.
Y es que esa vergüenza se ve en cada persona que acude al lugar e incluso llega a ser tan fuerte que se conocen a familias que les supera y prefieren no mostrar su situación a pedir. «Son las entidades vecinales las que coordinamos esto y conocemos mejor que nadie la situación de cada persona. Muchas veces somos nosotros los que tenemos que acudir a una persona y buscar la manera para que venza esa vergüenza, que sabemos que es muy complicado, y gestionen la ayuda. Es indescriptible porque los ves por la calle y son personas normales. No quiero que se entienda mal. Quiero decir que son personas que han trabajado durante toda su vida, que han luchado con más o menos suerte pero que siempre han llevado un plato a la mesa y pagado sus facturas e hipoteca. Y ahora se ven con que se agotan las ayudas y siguen sin encontrar trabajo. Incluso que sus hijos vuelven porque también lo han perdido», afirmó Luis Campos, otro miembro de la Federación.
El primer reparto de comida lo hicieron el pasado mes de julio. El camino para ello no fue fácil porque tuvieron que superar varios procesos administrativos. El objetivo era sencillo: «si formamos parte de la red del Banco de Alimentos nos dan cada cuatro meses, o mejor dicho cada vez que viene de Europa, un reparto de comida. No tenemos que buscar de forma constante, sino que tenemos unos kilos asegurados. Además hacemos diferentes acciones para poder repartir cada mes. Pero solo podemos ayudar al número de familias que hayan superado el papeleo que se requiere. Si tenemos más comidas no podemos dar a más familias», explicó Antonio Romero.
Aunque se trabaja para ampliar el número. Actualmente son 40 familias las que viven por esta acción que ha puesto en marcha la Federación de Vecinos. En total unas 134 personas. Pero ya hay una lista de espera de otras 40 familias, de las que 20 se espera poder ayudar en poco tiempo (serían ya más de 300 personas). De hecho, es posible que en los próximos repartos se haga.
«Nos acaba de llamar el Banco de Alimentos y nos dan esta vez más kilos. Ahora contamos con más de 800 kilos y esperamos que podamos ayudar a más personas». Además de acciones solidarias como la recogida de productos de higiene que se realizó en el Día del Vecino o la entrega de 250 kilos de alimentos por parte del Centro de Formación de Tropa de Camposoto. «Toda ayuda es poca, sobre todo porque hay cosas como productos de higiene que también son necesarias y que no se dona y no entrega el Banco de Alimentos». Una dura realidad que unos vecinos de San Fernando intentan paliar.