Artur Mas, durante la celebración de la Merced de anteayer. :: GUSTAU NACARINO / REUTERS
ESPAÑA

Artur Mas consumará mañana su desafío al Estado con la convocatoria del referéndum

El presidente catalán firmará el decreto en un acto solemne en el Palau de la Generalitat al que acudirán todas las fuerzas soberanistas

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Después de días de especulaciones, se ha resuelto la incógnita. La Generalitat confirmó ayer que el presidente del Gobierno catalán, Artur Mas, firmará mañana el decreto de convocatoria de la consulta independentista para el 9 de noviembre y consumará su desafío al Estado.

El acto será a las diez de la mañana en el Palau de la Generalitat y tendrá la solemnidad de los grandes acontecimientos, pues no en vano será la primera vez en la historia que un presidente de la Generalitat llama a los catalanes a votar sobre su independencia. Se espera que junto a Mas estén los líderes de las cuatro formaciones que dan su apoyo al proceso soberanista -de momento solo ha confirmado su presencia el líder de Esquerra, Oriol Junqueras,- así como también la presidenta del Parlamento autonómico, Nuria de Gispert.

Tras la firma, está previsto que Mas pronuncie un discurso institucional. Con la fecha, la pregunta y la convocatoria del referéndum, Mas, a quien todos sus interlocutores ven «totalmente decidido a que los catalanes voten», habrá consumado el desafío al Gobierno central y a partir de ese momento, en cuanto el decreto entre en vigor con su publicación en el Diario Oficial de la Generalitat, la administración catalana pondrá en marcha todos los mecanismos previstos para organizar la consulta.

La publicación coincidirá con el inicio de una campaña institucional, tanto en Cataluña en medios de comunicación y en la calle, como en el extranjero, y de los actos que lleven a cabo los partidos para defender el sí o el no a la secesión. La semana que viene el pleno del Parlamento autonómico designará los siete miembros que formarán parte de la comisión de control electoral, el órgano que velará por el correcto desarrollo de la votación. El Consejo Asesor para la Transición Nacional, el órgano que orienta legalmente a la Generalitat en la hoja de ruta soberanista, presentará el lunes el libro blanco sobre la independencia, como hizo el Gobierno de Alex Salmond en Escocia.

En plena cuenta atrás hacia el referéndum, llegará también la hora de los aspectos logísticos, como el sorteo de la composición de las 8.000 mesas, la distribución de los colegios y la publicación de un censo conformado a partir del registro de población que hace la Generalitat con el padrón de los ayuntamientos.

Lo que está aún en el aire es qué pasará el día de la votación después de que el Tribunal Constitucional prohíba su celebración. Mas lleva meses reafirmando su compromiso y su determinación con la consulta, pero no está en sus manos. Cuando el Constitucional suspenda la ley de consultas y el decreto, el referéndum ya no tendrá base legal. Llegará la hora de la verdad para el proceso. De momento, Mas promete actuar con inteligencia. «El adversario es más poderoso que nosotros, pero David no venció a Goliat por su fuerza sino por su habilidad y astucia», dijo ayer desde Lérida. Se muestra convencido de que saldrá victorioso y pide a los catalanes que crean en sí mismos, aunque no dice cómo saldrá del laberinto. Si no realiza la consulta para no saltarse el veto del Constitucional, Mas puede verse obligado a convocar elecciones anticipadas. No el 9 de noviembre, pero sí más adelante para cumplir su promesa de que de una manera u otra los catalanes votarán para decidir sobre su futuro político. De momento, cuenta con el apoyo del mundo soberanista, como la Asamblea Nacional Catalana, que mañana, minutos después de la firma del decreto, celebrará una movilización de apoyo a la convocatoria en la plaza de Sant Jaume. Desde un balcón de la plaza, pondrán en marcha un marcador con la cuenta atrás hacia la consulta del 9 de noviembre.

¿Por qué el sábado?

El presidente catalán se ha decantado por firmar el decreto mañana y no hoy, como se especuló en su entorno, porque quería evitar que un acto de la trascendencia de la firma de la convocatoria de la consulta coincidiera con la comparecencia de Jordi Pujol en el Parlament para explicar su fortuna oculta en el extranjero y alguien pudiera pensar que intentaba tapar o mitigar el impacto de la imagen del expresidente admitiendo un fraude fiscal. El jefe del Ejecutivo catalán ha demorado tanto la rúbrica para no encontrarse con el portazo de una suspensión inmediata del Constitucional, reunido en pleno de martes a jueves esta semana. Con la elección de mañana, además, esquiva la reunión del Consejo de Ministros, que se celebra todos los viernes.

La Generalitat necesita contar con la ley y el decreto vigentes el mayor número de días para ultimar los preparativos la consulta. Tiene que movilizar a unas 45.000 personas para organizar la votación. Miles de personas, entre autoridades, funcionarios y policías, que corren el riesgo de incurrir en un delito de desobediencia si realizan actividades relacionadas con la consulta una vez que el decreto esté suspendido por el Constitucional, según advirtió ayer el exfiscal del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, José María Mena.