Una de las múltiples fotografías de sus entrenamientos que el propio detenido colgó en su perfil de Facebook. :: R. C.
ESPAÑA

Cae el mayor 'depredador' de niñas de la historia reciente de España

Los agentes acusan a Antonio O. de ocho agresiones, cinco de ellas consumadas, e investigan su relación con alguna más

MADRID. Actualizado: Guardar
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No eran tres secuestros en 2014 como se creía. Se trata de cinco supuestos asaltos consumados a niñas de entre cinco y once años en los últimos doce meses en el noreste de Madrid. Y otras tres presuntas tentativas de secuestro de pequeñas en ese mismo período. Y puede haber alguno más.

Antonio Ángel O. M., el vendedor de coches de 42 años capturado en Santander, era, según los investigadores, un auténtico «depredador sexual de niñas», quizás el más activo de la historia reciente de España. La detención de O., que ha movilizado a centenares de agentes, ha supuesto una de las investigaciones más complicadas de la Policía Judicial porque el presunto pederasta, que ya había cumplido siete años de cárcel por abusar de otra niña de seis años en los noventa, era especialmente meticuloso conocedor de las investigaciones policiales y se movía constantemente.

Pero el 'enemigo público número 1' de la Policía cometió un único error. Fue durante su último asalto. El pasado 22 de agosto secuestró durante poco más de una hora a una pequeña de siete años de origen de dominicano en su zona de actuación, en la calle Torquemada, distrito de Ciudad Lineal. No la drogó como en otras ocasiones ni la llevó a su domicilio y la pequeña pudo dar una pista clave: el agresor había usado varias veces su teléfono móvil durante el secuestro.

Y ahí comenzó el principio del fin para el arrestado. La 'operación Candy' se encarrilaba. Decenas de agentes de la Policía Judicial y de la Jefatura de Madrid se dedicaron a rastrear una por una las miles de llamadas que fueron realizadas desde móviles desde esa área tan poblada para compararlas con el millar de comunicaciones que se hicieron en las franjas horarias donde se habían cometido otros siete asaltos cometidos entre verano de 2013 y verano de 2014 en los cercanos distritos de Moratalaz y Hortaleza, y en el también próximo municipio de Coslada. Era buscar una aguja en un pajar, pero era lo único que tenían. Eso, y la descripción de un hombre robusto de unos cuarenta años. Nada más, porque los testigos hablaban de coches de diferentes características y había versiones contradictorias por doquier.

Para más inri, el depredador presentaba el perfil más complejo de rastrear, un 'agresor no preferenciado' en el argot policial. O sea un atacante que elegía sus víctimas al azar, «en razón de oportunidad» sin conocerlas y sin relación entre ellas. «Una verdadera pesadilla para cualquier investigador», afirman en la Jefatura.

FBI

La Policía pidió a finales de agosto ayuda incluso a los especialistas de la Escuela de Quantico (Virginia) del FBI, los mayores analistas mundiales en la búsqueda de criminales en serie 'no preferenciados'.

Los listados de llamadas se fueron depurando cotejándolos con los padrones, propietarios de vehículos, antecedentes policiales, detenciones y antecedentes penales. El nombre de Antonio Ángel O. M., entre otros doce, despuntó hace solo un mes, según mandos del operativo. El sospechoso ya era un viejo conocido de la Policía por secuestro, detención ilegal, robos con violencia, robos con fuerza y violencia de género, amén de la violación de la pequeña hace dos décadas.

Pero no era suficiente. Ahí vino el rastreo de cámaras de seguridad hasta encontrar en una grabación de un cajero de Bankia cercano al último rapto una imagen de uno de los coches que usaba -de la empresa de compra-venta de vehículos en la que trabajaba-. El turismo, que no estaba a su nombre, fue grabado durante una parada que hizo en una tienda de 'todo a cien' mientras mantenía en el turismo a la menor secuestrada.

Casi de manera simultánea, y sabedor de que cada vez la Policía le pisaba los talones más de cerca, el sospechoso huyó precipitadamente a Santander hace tres semanas y de inmediato puso en venta a través de una web el coche que utilizó para abusar de la última niña, un Citroën, y otro de los vehículos que usaba habitualmente.

De inmediato, y con autorización de la juez de instrucción número 10 de Madrid, María Antonia de Torres Díez-Madroñero, se intervinieron sus comunicaciones y balizaron sus vehículos. En cuestión de horas, la Dirección General de la Policía envió de Madrid a capital cántabra a 40 agentes, entre ellos efectivos del Grupo Especial de Operaciones (GEO).

A las 7.37 horas de este jueves, en una casa del número 79 de calle Bajada de San Juan, de Santander, Antonio Ángel O. M. era capturado poniendo fin a un año de pesadilla.

Los agentes, que de inmediato registraron el inmueble donde se refugiaba en la capital cántabra, le trasladaron a Madrid. Los funcionarios también allanaron dos inmuebles en el distrito de Hortaleza, en la misma zona donde presuntamente secuestró a las niñas. Una casa que iba a habitar su madre, M.D.M., en breve en el número 3 de la calle Santa Virgilia, y otra vivienda en la calle Montearagón. En ambas, sospechan los agentes, pudo abusar de las pequeñas.

La Policía, según responsables del caso, agotará las 48 horas de detención y el arrestado no pasará a disposición de la juez hasta el viernes por la mañana.