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San Fernando rinde homenaje al difunto Adolfo Suárez
El expresidente centra los actos del 24 de septiembre
Actualizado: GuardarEl hombre del «puedo prometer y prometo», el hombre que no se arrodilló ante un golpe de Estado con armas, el hombre que llevó a cabo la operación más importante a la que se enfrentó España en su historia reciente, en definitiva el nombre de la transición española. San Fernando rindió ayer homenaje a Adolfo Suárez, persona que centró el acto institucional por la conmemoración del 204 aniversario de Las Cortes isleñas. La ciudad reconoció la importancia de su figura y lo hizo entregándole a título póstumo el Premio a los Valores Constitucionales, que se entrega cada dos años y que ya va por su séptima edición.
Un premio más que merecido y aunque no hace falta justificarlo, las palabras del portavoz del Gobierno municipal, Daniel Nieto, lo hicieron con rotundidad. «Todas las sociedades necesitan héroes a los que imitar, referentes a los que seguir, sobre todo en los momentos críticos y Suárez fue ese hombre que hizo posible lo imposible». Unas palabras a las que asentía sin querer en la mesa presidencial José Manuel Otero Novas, el que fuera ministro de Presidencia de Suárez y que recogió este reconocimiento.
Aunque la jornada comenzó antes del acto institucional. A las once y media Otero Novas firmaba en el libro de honor del Ayuntamiento y recibía una réplica del cuadro del Juramento a Las Cortes. A continuación se realizó un solemne izado de la Bandera de España con la participación de las fuerzas del Tercio de Armada de Infantería de Marina. La lluvia amenazó en un par de ocasiones con deslucir este acto, que se realizó sin problemas bajo la atenta mirada del Almirante de la Flota, Santiago Bolívar, concluyendo con un pequeño desfile de la dotación, que pasó algún que otro apuro por el estado de las losas de la calle Real.
A partir de ahí el protagonismo se centró en el Real Teatro de Las Cortes y planeó sobre la figura de Suárez con sentidos discursos que ensalzaron su labor y capacidad política. Aunque las palabras que más calaron en el público fueron las de Otero Novas, que agradeció el volver a pisar el considerado como primer edificio constitucional, como ya hiciera hace más de 50 años cuando realizó una visita en sus prácticas como Alférez de Navío en Camposoto.
Aunar las dos Españas
Novas mostró al Suárez más íntimo, al hombre que «se hizo a sí mismo» que fue capaz de aunar «las dos Españas bajo la corona». Habló de las notas que conserva de puño y letra del ex presidente, de los obstáculos, de las dificultades y de los «agoreros que afirmaban que el proceso estaría de nuevo lleno de sangre». Como el propio Suárez sabía que esa operación que llevaba entre manos solo tenía dos caminos «o el éxito o enfrentarse a un pelotón de fusilamiento, pero triunfó». Porque Suárez no era neutral «procedía de una de las Españas que quería reconciliarse».
Por su parte, el alcalde de la ciudad, José Loaiza, destacó de Suárez que para hacer tuvo que deshacer primero. «Ni la decadencia de las instituciones del anterior régimen ni la quiebra económica de España, más grave aún que la crisis que ahora comenzamos a superar, le pararon; como tampoco consiguieron frenar a los españoles de aquellos años de los que hoy, aquí, en este recinto sacro para la Democracia, nos declaramos herederos». Recordó la que considera una «fecha clave» para España. El 9 de junio de 1976, un día en el que las Cortes españolas escuchan el discurso de un ministro del Gobierno de Arias Navarro, que explica la necesidad de la Ley de Asociaciones Políticas a cuya votación se iba a proceder de inmediato.
«Lo que propone entonces Suárez con esa Ley no es una forma de continuidad del régimen más o menos edulcorada con unos pequeños reflejos de libertad, sino lo que expone aquel joven Suárez es la democracia en estado puro. Algo que poquísimos podían esperar».
Doce meses después de aquella apelación a la «normalidad» ante Las Cortes, Suárez había concedido una amnistía que desbloqueaba las relaciones con la oposición; había hecho aprobar una Ley de Reforma Política que removía los cimientos del orden impuesto; había disuelto el Movimiento Nacional, legalizado al Partido Comunista de España y a los sindicatos Comisiones Obreras y UGT; había creado un nuevo partido político, la UCD; y celebrado y ganado, las primeras elecciones democráticas desde la República; había puesto en marcha unas Cortes Constituyentes, que elaborarían una nueva Constitución, porque en 1810 bajo el Real Teatro de Las Cortes se discutieron y consensuaron los artículos de la primera que se promulgó en Cádiz en 1812.
«Resulta increíble como en tan poco tiempo se puede desmontar un régimen y establecer un nuevo Estado democrático con las libertades garantizadas así como la participación plural de fuerzas políticas muy distintas, y acabar construyendo el marco constitucional en donde esa convivencia y esa concordia fuera posible».
Todo el teatro se puso en pie al ver entrar la foto de Suárez para finalizar el acto con las fotos oficiales de rigor.
Y como ya es habitual a la hora de comer los isleños se desplazaron a la Feria de la Tapa en el que parque Almirante Laulhé. Un evento que se consolida por año y que en los festivos se llena hasta la bandera con largas colas. La tarde fue más liviana con una novillada en clase práctica, una representación del juramento de Las Cortes en el teatro y un homenaje a los isleños que lucharon contra el ejército francés.
El programa continuará en estos días cediendo el protagonismo de forma absoluta a las recreaciones sobre todo durante el fin de semana.