Algo está fallando
Actualizado: Guardar«Ahí no me tocan los dientes ni dándome dinero», es posiblemente el comentario más sobrado de los leídos en los últimos días al pie de una noticia publicada en la red. Rezuma menosprecio ante una iniciativa solidaria dirigida a ofrecer tratamientos bucales (no cubiertos por la sanidad pública, es decir, gran parte de los recomendados y requeridos) a personas sin recursos y en riesgo de exclusión social, e indiferencia ante el padecimiento ajeno. Y es que, además del dolor y de los problemas o trastornos físicos que puedan derivarse de una mala salud bucal, está el impacto psicológico causado por la pérdida y no reposición de las piezas dentales, así como los obstáculos sociales y laborales surgidos como consecuencia de semejante situación. Como indica el refrán: «a perro flaco, todo son pulgas». Si, paralelamente al aumento del número de millonarios, cada día es más necesaria la participación y colaboración de colectivos y organizaciones no gubernamentales para cubrir necesidades elementales de la población, algo está fallando en la política de manera escandalosa. O, por el contrario, ¿puede considerarse como acertado o exitoso?