Artur Mas, tras las votaciones en el debate de política general del Parlamento de Cataluña la semana pasada. :: INÉS BAUCELLS
ESPAÑA

El soberanismo lanza una ofensiva municipal en favor de la consulta independentista

Más de 600 ayuntamientos, entre ellos Barcelona, aprobarán mociones para pedir que se celebre el referéndum

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Unos 600 ayuntamientos, unos dos tercios de los que hay en Cataluña y que representan a unos cinco millones de personas, aprobarán esta semana mociones a favor de la consulta del 9 de noviembre y para expresar su total determinación para colaborar con la Generalitat de Cataluña en la celebración del referéndum independentista. El primero en dar el paso para dar ejemplo fue el de Barcelona.

Mientras Artur Mas deshoja la margarita y decide qué día le es más propicio para firmar el decreto de convocatoria de la consulta, previsiblemente esta semana, el soberanismo hizo gala de su alto apoyo en el terreno local. Días después de que casi el 80% del Parlamento catalán aprobara la ley de consultas, los ayuntamientos exigieron que se garantice la libertad individual y el proceso democrático y se comprometieron a facilitar los recursos e instrumentos necesarios para hacer posible la celebración de la consulta.

Según uno de los informes del Consejo Asesor para la Transición Nacional, la labor de los consistorios en la consulta puede ser doble. Por un lado, si la organiza la Generalitat, facilitarán el apoyo logístico, en cuanto a instalaciones para los colegios electorales, seguridad con los policías locales y cesión del padrón municipal; pero además, si como se espera, el Constitucional suspende la votación, ayuntamientos y entidades privadas de la sociedad civil podrían llevar a cabo la consulta por su cuenta sin el concurso de la Generalitat.

Por ello, el movimiento municipalista trató de enviar dos mensajes a Madrid: que el respaldo a la consulta es mayoritario y que pase lo que pase desde el punto de vista legal, el soberanismo tiene recursos para sortear el entuerto.

En cualquier caso y a pesar del amplio apoyo municipal, no todos los ayuntamientos están dispuestos a colaborar. Los que están gobernados por PP y PSC, como Badalona, Castelldefels, L'Hospitalet de Llobregat, Terrassa o Cornellà, que son de los más poblados de Cataluña, ya han expresado su rechazo a participar en la logística del referéndum. En cambio, Barcelona, donde reside más del 20% de la población de Cataluña, sí respalda la consulta y mostró ayer su apoyo firme y cerrado al presidente de la Generalitat.

Por 21 votos a favor de los concejales de CiU, Iniciativa, Esquerra y Joan Laporta, y 12 en contra de los del PSC y PP, Barcelona se sumó a la petición de la realización de una consulta el 9 de noviembre. «Debemos aprovechar la proyección internacional de Barcelona para explicar el proceso político que hemos iniciado», expresó el alcalde, el 'convergente' Xavier Trias. «Tenemos que ir todos juntos, entidades, instituciones y todas aquellas personas que quieren un futuro mejor para nuestro país. Actuar con coraje, inteligencia y una gran cohesión social», dijo. Trias facilitará los recursos necesarios para la consulta, tanto las infraestructuras como los datos de los ciudadanos.

Desde el PP replicaron que la consulta es «un referéndum ilegal» y la ley de consultas «contraria a derecho», por lo que Trias puede cometer un delito de prevaricación y el ayuntamiento deberá asumir las consecuencias de apoyarlas.

Los cerca de 600 alcaldes soberanistas entregarán el 4 de octubre las actas que recogen las votaciones de los plenos al presidente de la Generalitat, en un acto simbólico que supondrá «la mayor concentración de alcaldes catalanes de la democracia», según la Asociación de Municipios por la Independencia. Los textos de las mociones serán remitidas también al Gobierno central, al presidente del Congreso, al secretario general de la ONU, al presidente de la Comisión Europea y del Parlamento comunitario, entre otros organismos internacionales.

Convergència y Unió

En plena «semana decisiva» para el proceso catalán, en palabras de Artur Mas, ya que los «próximos días» convocará la consulta y acto seguido el Gobierno central la impugnará, Convergència anunció que está en conversaciones con los partidos favorables a la secesión, Esquerra básicamente, para empezar una campaña de cara al 9 de noviembre. Su idea es emular al «Yes, Scotland», y crear un bloque de las fuerzas que están por el doble sí -sí al Estado propio y sí a la independencia-, junto a las entidades sociales secesionistas, como la Asamblea Nacional Catalana.

Convergència invitó a Unió a este bloque, aunque tampoco esperará a los democristianos, que aún no han decidido qué voto pedirán en la consulta a su militancia. Unió descarta de momento sumarse al frente independentista y no lo hará hasta que su dirección defina su voto, decisión que tomará cuando Mas convoque la consulta. El PSC, por su parte, anunció que no participará en ninguna campaña si el Constitucional, como se prevé, suspende la consulta.

En cuanto Mas firme el decreto del referéndum, la Generalitat ya habrá lanzado una campaña institucional que incluirá una web específica y material publicitario para explicar la consulta.