Pablo Iglesias propone concurrir con la marca Podemos solo a las autonómicas
Apuesta por implicarse en candidaturas locales como Ganemos con claras líneas rojas y siempre que la lista se elabore con primarias abiertas
MADRID. Actualizado: GuardarPablo Iglesias y el núcleo duro fundacional de Podemos proponen a la Asamblea Ciudadana que antes de final de octubre tendrá que aprobar la estrategia política del nuevo partido que la formación solo presente listas propias a las elecciones autonómicas de mayo de 2015, pero que no concurra con su marca en los comicios municipales que se celebrarán el mismo día.
La cara visible de Podemos defiende que el objetivo prioritario de la formación tiene que ser lograr un importante resultado -si es posible la victoria- en las elecciones generales del año próximo y que para que eso sea posible no pueden cometer un solo fallo porque defraudarán a sus simpatizantes, y los partidos tradicionales y los medios de comunicación se lo harán pagar muy caro.
Desde ese punto de vista, el equipo de Iglesias considera que la formación, pese a su bisoñez, será capaz de presentar candidaturas sólidas y contrastadas en las trece autonomías que renovarán sus parlamentos y gobiernos, pero que aún no tienen infraestructura como para garantizar que pueden presentar listas «fiables» en los 8.177 municipios españoles.
El análisis del equipo fundador es que el próximo ciclo electoral es «decisivo» para el futuro de Podemos, pero no les beneficia por anteponer locales a generales, por lo que deben ser «cuidadosos y astutos» en la estrategia, no precipitarse y sobre todo no favorecer con sus decisiones a los «viejos partidos» a los que quieren barrer.
Su plan es convertir las autonómicas, unos comicios de alta relevancia política y con menor número de candidatos, en la constatación del éxito de la marca Podemos en las europeas y en el trampolín que permita al nuevo partido disputar a PP y PSOE las generales. Su idea es presentar listas propias en todas las autonomías y solo integrarse en plataformas más amplias en casos «excepcionales», cuando así lo decidan las asambleas territoriales y siempre que exista el compromiso de no aliarse con los partidos tradicionales y sus políticas.
Iglesias, no obstante, no pretende que los integrantes de Podemos renuncien a entrar en los ayuntamientos, lo único que pide es que se preserven las siglas del desgaste. De hecho, su apuesta es que, allí donde sea posible, sobre todo en las grandes ciudades, los miembros de los círculos apoyen y se impliquen en «iniciativas municipales de unidad popular» del tipo a las que bajo el sello 'Ganemos' se han comenzado a estructurar en Madrid, Barcelona, Murcia, Málaga, Valladolid o Logroño.
Eso sí, también pide que la Asamblea Ciudadana imponga líneas rojas muy estrictas para que Podemos apoye estas candidaturas locales, que deben cumplir «a rajatabla» con los requisitos de la «nueva política». Entre esas condiciones, rechazará cualquier proyecto que surja de la suma de siglas o de los pactos entre partidos, o que esté dispuesto a colaborar con las formaciones tradicionales, y, sobre todo, la lista electoral deberá elegirse de forma íntegra en primarias abiertas.
Secretario general
La cara visible de Podemos y su núcleo duro también han presentado al debate de la asamblea constituyente su modelo de organización del partido, con el que pretenden compaginar la agilidad y coordinación política con la permanencia de la alta participación ciudadana en la toma de decisiones que está en la base del proyecto.
El máximo órgano de decisión será la Asamblea Ciudadana -la reunión de todos los afiliados-, que tendría la última palabra en todas la decisiones relevantes, ya sean listas, pactos, programas, elección y revocación de cargos nacionales, y que al menos se convocará una vez cada tres años. Tendrá sus réplicas territoriales en autonomías y ciudades, donde se mantendrá el 'círculo' como agrupación básica.
La Asamblea Ciudadana designará el Consejo Ciudadano -el órgano de dirección política nacional-, con 63 miembros electos, los 17 secretarios autonómicos y el secretario general de Podemos, que sería «la representación política e institucional del partido». El secretario general, elegido de forma directa, contará con un Consejo de Coordinación de entre 10 o 15 responsables de área.