Aguirre declara que no vio que los agentes le dieran el alto

Casi seis meses después de su incidente de tráfico en el centro de Madrid con fuga incluida, Esperanza Aguirre declaró ayer ante el juez como imputada por un presunto delito de desobediencia a la autoridad.

La presidenta del PP de Madrid dijo al juez instructor, Carlos Valle, según informaron fuentes judiciales, que no vio a los agentes municipales que, según la denuncia, la persiguieron hasta su domicilio «llevando las señales acústicas y luminosas», indicándole así que detuviese su vehículo. Los dos efectivos policiales rebatirán esta afirmación el 30 de septiembre, fecha señalada por Valle para su comparecencia.

Estas mismas fuentes indicaron que Aguirre reiteró ante el magistrado los «malos modos» con los que supuestamente los denunciantes se dirigieron a ella. También manifestó que uno de ellos le habría invitado a quejarse a su «amiga [la alcaldesa Ana] Botella», en referencia a la edil madrileña.

Aguirre se mostró «encantada de contarle al magistrado todo lo que ocurrió aquel fatídico día». La expresidenta no desperdició la ocasión para recordar que el juez no la acusaba de un delito «ni mucho menos». La Audiencia Provincial de Madrid decidió que debía ser investigada como presunta autora de un delito.

Una vez que termine la instrucción, Aguirre conocerá si se sienta en el banquillo o Valle vuelve a estimar que debe ser juzgada por un simple delito de faltas, como sostiene la Fiscalía, que no hizo ni una pregunta a la dirigente del PP.

Si Aguirre es declarada culpable de desobedecer a la autoridad, sus aspiraciones, nunca confesadas pero de todos conocidas, de ser candidata a la alcaldía de Madrid en 2015 se verían frustradas. «Estoy en manos de la providencia», dijo a este respecto.