Un hombre con historial violento mata a su hija y a sus seis nietos en Florida
MIAMI. Actualizado: GuardarUn hombre de 51 años con un largo historial de conducta violenta acabó a tiros la noche del jueves con su hija de 28 y con los seis hijos de ella, con edades comprendidas entre los dos meses y los diez años, en el pueblo de Bell, en el norte de Florida. El suceso, una de las mayores tragedias registradas en este territorio, mantiene conmocionada a la pequeña comunidad de 350 habitantes a unos 50 kilómetros al oeste de Gainsville. La Policía investiga qué pudo llevar al asesino a terminar con la vida de toda su familia. Donald Charles Spirit llamó al teléfono de emergencias a media tarde del jueves para anunciar que se creía capaz de causar daño a su familia y a sí mismo, según explicó la oficina del sherif del condado de Gilchrist.
Cuando los agentes acudieron a la vivienda familiar, el comunicante se pegó un tiro. Dentro de la casa, los policías encontraron los cadáveres de Sarah Spirit, de 28 años, y de los seis hijos de la mujer, tres niños y tres niñas: Kaleb (11 años), Kylie (9), Jonathon (8) Kuhimann, y Brandon (4), Destiny (5) y Alanna (dos meses) Stewart. «Este es un lugar pequeño. Todos somos como una familia aquí... Hay cosas en la vida que puedes explicar y hay otras que no», aseguró el sheriff Robert Schultz.
Según el responsable policial, Donald Spirit, originario de Nueva Jersey, acumulaba un largo historial de problemas con la ley. El más grave de ellos la muerte en 2001 de su hijo Kyle, de ocho años, en lo que él quiso presentar como un accidente de caza. Según su versión, la escopeta que limpiaba se le disparó de modo fortuito e hirió al niño mortalmente en la cabeza. Cargó al menor en la trasera de la furgoneta y llegó hasta un cámping para pedir ayuda, pero nada pudo hacerse por la vida del chico.
Como consecuencia de este suceso, Spirit pasó tres años en la cárcel, después de confesarse culpable de un delito de posesión de arma de fuego pese a tener antecedentes, a cambio de cumplir una sentencia mínima de prisión. De haberse expuesto a un juicio con jurado podrían haberle caído hasta quince años entre rejas. Spirit acumulaba además detenciones por posesión de droga, dejar de alimentar a un menor y violencia doméstica.
El terrible suceso reaviva, siquiera por unos días, el debate sobre la tenencia de armas en Estados Unidos. En Florida, uno de los territorios más poblados de la Unión, un millón de personas tienen permiso para portarlas. Y el pasado julio este Estado aprobó una ley que impide a los médicos preguntar a sus pacientes si disponen de armas de fuego, bajo multa o amenaza incluso de retirar la licencia al facultativo.