Mas consigue amarrar una frágil unidad de mínimos para la consulta
El Parlamento catalán insta a la Generalitat a llevar a cabo la votación con «todas las garantías democráticas posibles»
BARCELONA. Actualizado: GuardarCiU, Esquerra, Iniciativa y CUP trataron ayer de enviar un mensaje de unidad en torno al proceso soberanista. Una semana después de la Diada, en la que la ciudadanía les pidió que no se arruguen y días antes de que Artur Mas firme el decreto de convocatoria de la consulta, los cuatro partidos que forman el frente que impulsa el referéndum -además de un diputado escindido del PSC y otros dos socialistas díscolos- sacaron adelante una resolución en la Cámara catalana, en la que insistieron en su «apoyo» al proceso y reiteraron la «necesidad de que la consulta se celebre el 9 de noviembre». Las cuatro fuerzas soberanistas instaron además al presidente de la Generalitat a que «destine todos los recursos y medios técnicos y humanos necesarios para que la consulta se lleve a cabo con todas las garantías democráticas y de participación posibles» y «de acuerdo con los marcos legales».
Una declaración que cuenta con el respaldo del 65% de la Cámara catalana, pero que es de mínimos, pues no incluye ninguna referencia maximalista, como querían Esquerra y CUP, que son partidarios de que la Generalitat desobedezca al Constitucional y celebre la consulta esté o no suspendida. Se trata de una resolución escrita a la medida de CiU, que sitúa dónde está el límite común entre las fuerzas soberanistas, y en la que la única referencia que hay a la respuesta que Mas pueda dar al veto del Constitucional es que «consulte al pleno del Parlamento cuando las circunstancias del proceso democrático lo requieran».
A día de hoy, y como Mas ha reconocido esta semana, la unidad del frente soberanista es tan frágil como una figura de porcelana. Las diferencias son tan simples y tan profundas como que Esquerra y CUP defienden que el presidente de la Generalitat desoiga el veto del tribunal y se salte la ley, a pesar de que Esquerra evitó votar una resolución en este sentido que proponía CUP, mientras que CiU e Iniciativa están por que la consulta se celebre con todas las garantías democráticas, el nuevo concepto de moda en el proceso catalán y que sustituye al que hasta ahora utilizaban los soberanistas moderados, que decían que la consulta debe ser legal, es decir, que descartan sacar las urnas a la calle si hay suspensión de la corte.
Esquerra y CUP no forzaron la máquina para arrancar una resolución más acorde a su ideario porque las fuerzas que impulsan la consulta tratan de mantener el consenso, al menos hasta el día en que Mas les convoque para pactar una respuesta al veto del Constitucional. El presidente de la Generalitat ya ha deslizado estos días que no es partidario de hacer consulta suspendida y que su opción alternativa son las elecciones anticipadas, a las que daría carácter de plebiscitarias y que podrían ser la antesala de una declaración unilateral de independencia.
38 mociones conjuntas
Después de que el martes, Mas y Junqueras dejaran la sensación de que empiezan a distanciarse, CiU y Esquerra rebajaron ayer la tensión, cerraron filas y lograron sacar adelante 38 mociones conjuntas, como la que insta a la Generalitat a planificar las estructuras de Estado, sea cual sea el resultado de la consulta, o la que establece el protocolo de actuación si sale sí en el referéndum en el proceso de negociación de secesión con el Estado español.
La última jornada del debate de política general estuvo marcada por los gestos. Los de unidad del frente soberanista y también los de firmeza contra el referéndum por parte del PP, en línea con las declaraciones que ha hecho el Gobierno y que anticipan la ofensiva que tienen preparada los populares contra la votación. El PP intentó, sin éxito, que la Cámara catalana no votara la resolución de apoyo a la consulta con el argumento de que en el preámbulo dice que la declaración de soberanía que aprobó la Cámara catalana en enero de 2013 y que el Constitucional declaró inconstitucional «mantiene toda su vigencia política». Para el PP era un desafío y una desobediencia al fallo del tribunal.
Y gestos también en el PSC, que una vez más se rompió en una votación sobre el proceso soberanista. Nuria Ventura y Marina Geli votaron a favor de la resolución, a diferencia de sus compañeros, que se opusieron junto al PP y Ciutadans.